En los últimos meses se ha multiplicado el lanzamiento de objetivos con focales fijas frente a los de los zooms y nos hemos preguntado el porqué de esta tendencia. Y es que, aunque está claro que los objetivos de longitud focal fija tienen ciertas (e importantes) ventajas, no lo es menos que los zoom han evolucionado mucho, y son capaces de sumar versatilidad y calidad óptica como nunca antes.
Sin embargo, lo cierto es que en los últimos tiempos se están multiplicando las exigencias, sobre todo por la necesidad de fabricar lentes para los distintos formatos existentes de cámaras con objetivos intercambiables. A saber: APS, Full Frame, Micro Cuatro Tercios... (en sus distintas variantes). Cada uno de ellos requiere de unas exigencias diferentes de modo que, aparte de tener contentos a sus usuarios con una gama variada que cubra todas las necesidades, es necesario tener muy en cuenta también los requerimientos de calidad.
El ejemplo más claro lo tenemos en la gamas de modelos con sensores full frame (de los que la Pentax K1 es la última incorporación), que han obligado a rediseñar las líneas de productos de las diferentes marcas para poder ofrecer lentes que estén a la altura de estos exigentes sensores. Y claro, esto se consigue más fácilmente con ópticas de focal fija.
Mayoría de focales clásicas
Si echamos un vistazo a las noticias que hemos venido publicando en los últimos meses sobre lanzamiento de lentes, veremos que las fijas son mayoría. Desde algunas que apuestan por la innovación, como esta lente Canon de 28 mm que incorpora un led para amantes de la fotografía macro, hasta otras más convencionales como este objetivo Sigma Art de 24 mm, que es el primer gran angular diseñado para cámaras de formato completo con apertura f1,4.
Igualmente, si repasamos los artículos de hace unos meses en los que os listábamos los objetivos más interesantes de Canon, Nikon y Sony según su relación calidad/precio, también nos encontramos con que los de longitud focal fija ocupan un buen lugar, sobre todo en el caso de la última marca citada. Y es que es evidente que las ventajas de estas lentes siguen ahí. Y una de las principales es precisamente un precio atractivo que las hace muy interesantes para todos los públicos.
Y ya si hablamos de calidad la cosa no tiene punto de comparación. Remitiéndonos a los análisis de la prestigiosa DxOMark, si buscamos en los rankings de calidad en lentes de los dos principales actores del mercado fotográfico comprobamos que en el TOP 10 no aparece ni un solo objetivo zoom. Buscando hacia abajo, en el puesto 11 de las ópticas Canon tenemos el primer objetivo de longuitud focal variable que es el EF 24-70mm f/2.8L II USM. Por su parte, en el caso de Nikon hay que bajar hasta el puesto 22 para encontrar el primer zoom, el AF-S NIKKOR 70-200mm f/2.8G ED VR II.
Ventajas de las focales fijas
Ya os hemos contado en muchas ocasiones las ventajas de las focales fijas, pero no está de más repasarlas de nuevo. La primera, como venimos contando, es la calidad. Es evidente que estos objetivos ofrecen la mejor calidad de imagen posible ya que están diseñados para exprimir la focal y evitar aberraciones cromáticas y distorsiones. Este diseño implica también una arquitectura óptica más simple, con menos elementos, lo que los hace más compactos y, consecuentemente, más ligeros y fáciles de llevar.
Por si todo esto fuera poco, su construcción permite a estas lentes ser muy luminosas, llegando a valores que los zoom difícilmente pueden alcanzar como f/1,4 o f/1,2 (o incluso a f/0,7 en el caso del objetivo más luminoso que se ha fabricado). Esto, como sabéis, no sólo permite tomar mejores fotos en condiciones de baja luminosidad, sino que también posibilita jugar con la profundidad de campo y el bokeh de una forma que es imposible con lentes zoom, logrando unos desenfoques sólo al alcance de ópticas fijas.
Por último, esa construcción más sencilla a la que aludíamos hace que sean generalmente objetivos más económicos y fáciles de conseguir. Así, los 50 mm f/1,8 de las marcas que hemos comentado se pueden encontrar por menos de 100 y hasta unos 150 euros. Muy poco dinero para la calidad que ofrecen y las alegrías que pueden dar al fotógrafo que esté dispuesto a perder un poco de la versatilidad de los objetivos con longitud focal variable.
Si te decides por uno de ellos, no sólo tendrás una lente de gran calidad óptica sino que te servirá para aprender y desarrollar tus capacidades al obligarte a esforzarte un poco más para lograr la composición perfecta. Por todo ello, auguramos un buen futuro a este tipo de focales. Como mínimo, este tipo de objetivos no parece que vayan a quedar olvidados en el fondo de armario de los catálogos de las marcas fabricantes, sino más bien al contrario.
Foto de portada: Eder Fortunato
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