Hay algunos debates que son casi tan antiguos como la fotografía misma: RAW vs JPG, Canon vs Nikon, sensor full frame vs formato recortado… Uno de ellos es el eterno debate sobre si son más recomendables los objetivos de longitud focal fija o los de longitud variable; es decir, la óptica fija vs el zoom. ¿Cuáles son mejores? Vamos a desgranar varios aspectos para valorar la mejor opción en cada caso.
Por supuesto no existe una respuesta clara y contundente porque, como casi todo en la vida, depende de muchas cosas. En este caso, ese “depende” deberíamos acompañarle de un “de para qué” o “de la situación”. Por eso vamos a ir viendo distintas cualidades de los objetivos y comparando las bondades de unos y otros para determinar cuáles son mejor y por qué.
Peso y tamaño
Una de las diferencias principales, y más obvias, entre las ópticas fijas y las de tipo zum las encontramos en sus dimensiones físicas, es decir en el tamaño y peso. Como sabréis, la mayoría de objetivos de tipo variable incluyen más elementos ópticos que los fijos. Aproximadamente uno tipo zoom puede llegar a tener unas veinte lentes frente a las entres seis y doce que suele contener un objetivo fijo.
Esto, evidentemente, implica que una óptica fija pesa menos que una de longitud variable. Por ejemplo, el objetivo Canon 24-70 mm ƒ2.8, uno de los zoom estándar más usados por profesionales que trabajan con cámaras de esa marca, pesa unos 800 gramos mientras que un Canon 50mm ƒ1.8 roza los 160 gramos. Evidentemente si quisieras tener la misma cobertura focal con ópticas fijas necesitarías al menos dos objetivos más (por ejemplo los objetivos Canon de 28 mm y 85 mm ambos ƒ1.8), pero es que incluso estos tres juntos solo pesarían un poco más que el objetivo zum.
En cuanto al tamaño más de lo mismo, el diseño más complejo de los zoom hace que sean mucho más grandes como norma general. Eso sí, es cierto que los no muy entendidos asocian los objetivos grandes con la calidad (una cámara es mejor cuanto mayor es su objetivo, piensan), y si eres principiante puede que te tiente llevar uno de esos grandes, para aparentar... Pero cuando tu cuello o espalda empiecen a protestar por el peso o cuando compruebes la calidad de las fotos probablemente cambiarás de opinión.
Así, podemos concluir que las ventajas de utilizar objetivos más ligeros y pequeños son evidentes. Básicamente permiten ir menos cargados y esto puede suponer que tardemos menos en cansarnos de llevar el equipo a cuestas, pero también añaden un plus de discreción muy recomendable para ciertos géneros como la fotografía de calle y el fotoperiodismo. Por tanto, en este primer apartado referido al peso y el tamaño claramente podemos decir que los ganadores son los objetivos fijos.
Precio de compra
Si hablamos del “cochino dinero” las ventajas de los objetivos fijos siguen situándolos por delante. Continuando con el ejemplo de los dos Canon que decíamos antes, el 24-70 mm ƒ2.8 se puede conseguir ahora mismo en Amazon por unos 2.000 euros mientras que el 50 mm ƒ1.8 en la misma página ahora mismo cuesta solamente 126 euros (eso sí, ya sabéis que los precios de Amazon son muy variables). Esta diferencia de precio es más evidente cuanto más luminoso es el objetivo, sobre todo en el caso de los zum con grandes aberturas cuyo coste suele dispararse.
Para entender porqué tanta diferencia de precio hay que pensar en dos variables. La primera es su construcción más complicada y con más elementos, lo que hace evidente un mayor coste. Respecto a la otra hay que pensar que los objetivos de tipo zoom sn relativamente recientes (el primero fue patentado en 1902 pero no han sido comúnmente usados hasta los años 90 del pasado siglo) mientras que las ópticas fijas siempre han estado ahí, desde que se inventó la fotografía. Por eso, se puede decir que el coste de desarrollo está más que amortizado. Así que, como ya habíamos adelantado, en este segundo apartado los objetivos de longitud focal fija vuelven a quedar vencedores.
Calidad y nitidez
Es cierto que los objetivos zum han mejorado mucho en los últimos años y que permiten hacer fotografías de una gran calidad, pero una vez más en esto los fijos tienen ventaja. Hay que pensar que las ópticas fijas sólo necesitan rendir en la distancia focal para la que están diseñadas, mientras que las de longitud focal variable deben cubrir múltiples distancias. Esto significa, ni más ni menos, que estos objetivos siempre va a ser más propensos a la distorsión y la aberración cromática.
Por supuesto esto no significa que un objetivo fijo te vaya a permitir hacer mejores fotografías que uno zoom, pero está claro que en este tercer apartado vuelven a quedar por delante, aunque quizá con algo menos de ventaja que en los apartados anteriores.
Luminosidad
Entramos en otra categoría en la que las ópticas fijas vuelven a sobresalir sin ninguna duda respecto a los zoom. Salvo alguna excepción, no vas a encontrar un objetivo de focal variable que ofrezca un diafragma mayor de ƒ2.8 (y esta luminosidad no siempre es fija en toda la distancia focal), mientras que en las ópticas fijas es muy común ver aperturas de diafragma por debajo de ese valor, por ejemplo en los recurrentes objetivos de 50 mm que suelen ser ƒ1.8 o 1.4.
Esto hace que estos objetivos ofrezcan evidentes ventajas en muchas situaciones. Sobre todo cuando la luz escasea, momentos en los que la diferencia entre disparar a ƒ1.8 a hacerlo a ƒ3.5 (el mayor que suelen ofrecer las lentes zoom más convencionales) es de hasta tres diafragmas. Como sabéis, un diafragma arriba/abajo supone el doble/la mitad de luz, de modo que este implicaría tener que disparar a 1/250 o a 1/60, una diferencia notable.
También se nota, por ejemplo, si lo que queremos es conseguir un bonito bokeh. Así, aunque con un zoom luminoso también se puede conseguir, es evidente que esto es algo mucho más sencillo si contamos con lentes de tipo fijo. Por eso, una vez más (y van…) los objetivos fijos salen ganando.
Versatilidad
Por fin un apartado en el que los objetivos de distancia focal variable vencen claramente a los fijos. En esas ocasiones en las que no es posible movernos para buscar un punto de vista diferente o acercarnos a las cosas es donde la posibilidad que tienen los zoom para alterar el punto de vista sin moverse del sitio no tiene precio.
Hay muchos ejemplos, como los fotógrafos de deportes de interior que normalmente tienen asignado un sitio del que no se pueden salir, o los de fauna que tienen que disparar desde un coche (en el típico safari fotográfico) en movimiento y para quienes la flexibilidad de los objetivos variables es fundamental.
Pero la ventaja de los zoom en este campo van más allá y se extienden a otros ámbitos. Por ejemplo al momento en el que las condiciones climatológicas desaconsejan el cambio frecuente de objetivos para evitar que el sensor pueda dañarse por el polvo o la humedad. Por supuesto siempre se puede recurrir a cambiar los objetivos en un lugar más o menos cerrado, o incluso a utilizar una bolsa de plástico, pero en muchas ocasiones es mejor recurrir a la versatilidad de un buen zum. Así que, en este apartado, ganan los objetivos de longitud focal variable.
Otras variables
Hemos hablado ya de los apartados más importantes para valorar la confrontación entre lentes fijas y variables pero no podemos terminar sin mencionar algunas otras cosas que también tienen su importancia, aunque sea algo menor. En primer lugar hablamos de la velocidad de enfoque, un aspecto sin duda importante para determinados ámbitos.
Si no lo hemos puesto en solitario es sobre todo porque es algo en lo que la diferencia entre los dos tipos de ópticas está muy difuminada (por lo cual no lo vamos a contar para la nota final). En principio las fijas suelen ser más rápidas y precisas fruto de su menor complejidad interna y su dedicación a una única distancia concreta. Sin embargo, muchas de ellas, sobre todo las antiguas, sólo ofrecen modo de enfoque manual con lo que la cosa se complica. Por otro lado, muchos objetivos zoom modernos, normalmente autofocus, son realmente sofisticados y ofrecen grandes resultados enfocando en la mayoría de situaciones.
Otro tema a apuntar aquí sería el de la creatividad. Este asunto sin duda es bastante subjetivo porque no podemos decir que un tipo de óptica u otra importe a la hora de conseguir una buena fotografía. Sin embargo, sí es cierto que existe el peligro de que un zoom nos tiente a no movernos del sitio, lo que a la larga limitará nuestra creatividad.
Y el ganador es…
Pues si sumamos los puntos logrados en cada uno de los apartados parece que está claro… ¡Los objetivos fijos! (por 4-1 en terminos futbolísticos, sin contar el último epígrafe). Claro que todo depende, como decíamos al principio. Porque es muy importante saber primero qué es lo que quieres conseguir y que tipo de fotos quieres hacer. Por ejemplo, para fotografía macro los objetivos fijos seguramente te darán mucho mejor resultado, pero para cubrir reportajes quizá la flexibilidad de un zoom sea determinante. Por ello, seguramente lo más importante es ser capaz de elegir el objetivo que realmente necesites.
Así que si eres de esos que pensabas comprarte un superzoom, como un 18-200 mm para poder usarlo en todos los escenarios posibles, quizá debieras pensártelo dos veces. Ciertamente, la flexibilidad que te va a dar es muy grande pero, como has visto, tiene contrapartidas importantes (falta de nitidez, distorsión, aberraciones…).
Y lo mismo si eres de los que crees que un objetivos zoom no puede dar calidad de imagen, en cuyo caso tal vez deberías ver algunos de los últimos presentados (por ejemplo estos de Sony). Pero, como siempre, recurrimos a vosotros para que nos contéis vuestra experiencia ¿qué tipo de objetivos os gustan más? ¿fijos o zoom?
Foto de portada | James Bold
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