Puede ser que alguno de vosotros haya oído alguna vez que los objetivos de cualquier cámara fotográfica tienen un punto dulce o sweet spot. Este término se refiere a las focales y aperturas de diafragma en las que el objetivo trabaja mejor. En el punto dulce de un objetivo, se mejora la nitidez de la imagen y las aberraciones cromáticas (en el caso de que las haya) se reducen.
Así que os invitamos a que averigüéis cuál es el punto dulce de vuestro objetivo. De esta manera sabremos cómo exprimir al máximo su capacidad siempre y cuando nos sea posible.
Por regla general, los objetivos ofrecen sus peores resultados en ambos extremos de funcionamiento: en las focales más cortas y más largas y en los diafragmas más abiertos y más cerrados. Es por ello que obtendremos lo mejor de ellos trabajando en el camino intermedio de focal y apertura. Algunos fotógrafos afirman que este punto dulce se encuentra a dos pasos superiores a la apertura máxima.
Por otro lado, si queremos ver datos técnicos de la calidad de nuestro objetivo en función de estos dos parámetros que definen su calidad, DP Review tiene una base de datos con algunos de objetivos existentes en el mercado, en la que podremos ver cómo se comportan variando la apertura y la focal a través de un gráfico de colores en el que cuanto más azul sea, más calidad obtendremos, y cuanto más rojo sea, peor calidad obtendremos.
Si queremos hacer la prueba nosotros mismos, tendremos que montarnos un bodegón en casa y apoyar la cámara en un sitio fijo o un trípode. Necesitamos que la cámara esté perfectamente fija para no evitar que nuestro pulso incida en la nitidez de las fotografías.
Después colocaremos la cámara en modo Prioridad de Apertura e iremos variando ésta en cada una de las distintas tomas que hagamos. Tendremos que hacer tantas fotografías como aperturas de diafragma nos permita nuestro objetivo.
Una vez terminadas las fotos, tendremos que pasarnos al ordenador y comprobar los resultados. Para ello ampliaremos la foto al 100% y observaremos en la misma zona las distintas fotografías, evaluando la nitidez y las aberraciones cromáticas que produce cada diafragma.
En cuanto a la longitud focal, dependiendo de ésta obtendremos mayores o menores distorsiones geométricas además del correspondiente viñeteado según la calidad del objetivo.
Ahora deberíamos hacernos una pregunta: ¿tengo siempre que trabajar en el punto dulce de mi objetivo? La respuesta es un no rotundo. Saber el punto dulce de nuestro objetivo tan sólo nos servirá para utilizarlo en el momento en el que nos sea posible y la composición nos lo permita. Deberemos utilizar las focales y diafragmas que necesitemos en cada momento y acudiremos al punto dulce sólo cuando nos sea posible.
Foto de cabecera | Flickr Vía | Canonistas
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