Periódicamente hablamos de las posibilidades que ofrecen los objetivos fijos luminosos, y no nos cansaremos de recomendarlos: en concreto, los 50mms que tenéis disponibles a precios bastante bajos para prácticamente cualquier montura son especialmente útiles, ya que resulta una focal bastante práctica y cómoda tanto para sensores de 35mm como para los de tamaño APS.
En la web de DxOMark han enlazado y traducido al inglés un artículo de la revista francesa Focus Numerique donde comparan algunos de los objetivos autofocus de esta focal disponibles para algunas de las principales monturas del mercado (Canon, Nikon y Sony). Sin entrar en demasiado detalle, podemos ver algunas conclusiones interesantes:
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Trabajando con aperturas grandes, en sensores de 35mm (FF) encontramos muchos problemas de viñeteo y aberraciones cromáticas, que se reducen drásticamente en sensores de tamaño APS, al aprovechar estos sólo la parte central (todos los objetivos analizados están diseñados para sensores FF, excepto el Sony DT 50mm F1.8 SAM).
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Así, por ejemplo, el Sigma 50mm f1.4 es muy aconsejable para cámaras APS de Nikon, ya que tiene un nivel de detalle muy alto en el centro. En cambio, presenta cierta suavidad en los bordes, amén de ciertas aberraciones cromáticas, que lo hacen menos aconsejable en sensores mayores (en la imagen, notad el verde en el centro, y el rojo en las esquinas). En ese caso, sorprende que el resultado más equilibrado lo consiga el barato Nikkor AF 50mm f/1.8D.
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En monturas Canon, seguimos viendo que los objetivos más caros o luminosos no son siempre mejores en todo: por ejemplo, el Canon 50mm f1.2L USM es capaz de captar menos nivel de detalle en su máxima apertura que su versión f1.4 USM (aproximadamente mil euros más barata), que se convierte en una gran opción para cualquier cámara y sensor de este fabricante.
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Para monturas Sony y Pentax, todos los objetivos analizados salen con una nota relativamente alta, pero en este caso la comparativa es bastante menos exhaustiva (se mezclan objetivos normales con macro, por ejemplo), así que es aún más difícil obtener conclusiones.
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Por lo general, incluso las opciones más baratas de cada fabricante, con apertura de f1.8, son capaces de trabajar con un nivel de detalle que excede las necesidades de cualquier tamaño y resolución de sensor, demostrando la validez que siguen teniendo las lentes de esta focal, que por algo han acompañado a muchísimas cámaras durante décadas.
Foto: Javier Vergara Lacuey, de nuestro grupo de Flickr
Canon 50mm f/1.4 USM a f/1.8, en una Canon 400D
¿Quiere esto decir que no tiene ningún sentido comprar las versiones más caras de estos objetivos? En absoluto: el artículo se centra básicamente en dos valores puntuales (la máxima resolución que es capaz de resolver a aperturas grandes, y la valoración global), y deja de lado muchísimos otros (calidad del bokeh, construcción, fiabilidad, evolución y constancia de los resultados en el rango completo de aperturas, y un largo etcétera), que pueden ser mucho más relevantes en determinados casos.
Si tenéis en mente la compra de algún objetivo, os recordamos que el DxOMark permite comparar el mismo objetivo en distintas cámaras y viceversa, y que nunca debemos comparar objetivos basándonos en resultados de cuerpos distintos, ya que entonces estaríamos añadiendo un nuevo factor a la ecuación.
La conclusión que sí podemos sacar es que no siempre la característica más llamativa (en este caso, la apertura máxima) debe ser el factor más determinante a la hora de la compra, pero eso ya lo sabíamos, ¿o es que aún hay quién sigue buscando cámaras sólo por megapixels, o teleobjetivos sólo por su rango de focales?
Más información | DxOMark (inglés) | Focus Numerique (francés)
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