Parece mentira que hoy en día sigan sucediendo estas cosas, pero ahí están. Sigue habiendo gente sin escrúpulos a la que no le importa recurrir al engaño para sacar tajada de la ilusión de los demás. Cuando Nikon lanzó la D810 llegaron al mercado de segunda mano muchas cámaras D800 y D800E procedentes, en principio, de usuarios que querían venderlas para comprarse el nuevo modelo. Hasta aquí no hay nada sospechoso.
Al parecer, las D800E se venden mejor que las D800 sobre todo porque la diferencia de precio entre ambos modelos en el mercado de segunda mano es reducida, y hay usuarios que prefieren el modelo D800E porque su filtro óptico de paso bajo carece de las propiedades de antialiasing, por lo que esta cámara ofrece una mayor nitidez. El problema es que algunos «vendedores» se han dado cuenta de la desventaja con la que cuentan las D800, y han decidido «dar gato por liebre».
Nikon Europa ha publicado hoy mismo en su página web un comunicado oficial en el que informa a todos sus clientes de que se han distribuido cámaras D800 remarcadas como si realmente se tratase de cámaras D800E. Al parecer, la firma japonesa se ha dado cuenta de este fraude al recibir en su servicio técnico cámaras etiquetadas como D800E que realmente son D800. También ha indicado que estas cámaras fraudulentas están siendo colocadas en circulación a través de Internet, normalmente en páginas de subastas y similares.
Afortunadamente, es fácil protegerse de este engaño. Quien decida hacerse con una D800E usada o fuera del canal de venta oficial, solo tiene que desconfiar del etiquetado del cuerpo de la cámara, y comprobar el modelo desde la interfaz de la propia cámara. La identificación que aparezca ahí es la auténtica. Si en la esquina superior derecha de la interfaz pone algo diferente a «Nikon D800E», nos habrán tomado el pelo.
Más información | Nikon Europa
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