El tipo que regaló esta tarta a su mujer por su cumpleaños sabía qué era lo que ella quería: una Nikon D700. Y, como véis, se la regaló. Aunque con matices…
Consciente de que la situación económica mundial no está para tirar cohetes, este hombre se acercó a una confitería de Pennsylvania (Granny Schmidt’s) especializada en la reproducción de gadgets y, efectivamente, compró una D700 a su esposa. Concretamente, la de la foto.
Sobre cuántas fotos habrán podido hacer con ella, si su carcasa es robusta o si es correcta la limpieza del sensor nada sabemos. Lo que sí sabemos es que se ahorró los buenos 2.700 euros que cuesta la D700 y le cumplió, de aquella manera, un capricho a su mujer.
Vía | La Tejedora
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