Nikon Z50, análisis: una pequeña gran cámara sin espejo con una ergonomía envidiable

La Nikon Z50 es una cámara sin espejo con un sensor APS-C y un diseño llamativo. Es la versión reducida -en tamaño- de la Z6. Conserva todas las virtudes de la serie, que poco a poco va ganando adeptos, en un cuerpo notablemente más pequeño. Estamos ante una seria apuesta de Nikon por reconquistar definitivamente al público.

La Nikon Z50 tiene un sensor CMOS APS-C de 20,9 Mp, el procesador EXPEED 6 de la casa, un sistema AF híbrido de 209 puntos, con detección de ojo inteligente y enfoque hasta –4 EV. Tiene una sensibilidad entre 100 y 51.200 ISO. Permite disparar una ráfaga de 11 fps con AF y como no podía ser de otra manera, graba vídeo en 4K/UHD a 30p.

Y sobre todo es una cámara con una ergonomía perfecta. La empuñadura tan prominente que tiene compensa el pequeño tamaño del cuerpo y la convierte en uno de los modelos más cómodos de los últimos años. Pequeña y cómoda, nada de líneas cuadradas. Parece algo secundario pero si la sujetas una vez no te olvidas nunca de ella.

Especificaciones técnicas de la Nikon Z50

El sensor no es nuevo. Es el mismo que llevan la Nikon D500 y D7500. Está modificado para adaptarse a la filosofía de las sin espejo. La respuesta es, por lo tanto, similar a la de estos dos modelos. Pero está dentro de un cuerpo mucho más pequeño y manejable que se puede comparar con una Canon EOS M6 Mark II, Sony a6400 o una FujiFilm X-T30.

Este modelo es para todos los que quieren empezar en el mundo de la fotografía con una sin espejo de una marca reconocida. Por este motivo trae algunos filtros y funciones que parecen más propios de un teléfono móvil que de una cámara de esta gama. Son los típicos filtros y efectos que solo utilizaremos la primera vez que los encontremos para jugar y luego olvidaremos.

Pero vamos a centrarnos en sus prestaciones, que es lo más interesante. No son deslumbrantes, tampoco lo busca, pero ofrece todo lo que un fotógrafo que empieza o un usuario medio puede desear. Incluso sirven para un fotógrafo que quiera tener un segundo cuerpo para llevar encima en todo momento.

Diseño y construcción

El diseño de la Nikon Z50 es una de los aspectos más destacados. Es como una Z6 en pequeño formato. Disminuye el tamaño del sensor y el del cuerpo pero mantiene la ergonomía gracias a esa enorme empuñadura que llama la atención por donde va. Con el visor en posición central parece una réflex pequeña, como aquella primitiva compacta Canon Powershot G5x

Y es la primera sin espejo de la marca con un sensor APS-C, pues la anterior serie 1 tenía sensores de tan solo 1". De aquella aventura solo nos queda el recuerdo. Fue un experimento para dar forma a esta nueva gama.

Es una Nikon. Está bien construida (aleación de magnesio) y algunos pueden sospechar que está preparada para aguantar lluvia y polvo. Pero no está sellada. Es otra cosa que la separa de sus hermanas mayores. Pero no es necesario, pues el público al que está orientada no suele fotografiar bajo grandes tormentas y nubes de polvo. Y certifico que aguanta paseos en la playa e incluso alguna que otra llovizna sin problemas.

Los diales son grandes en comparación con el cuerpo. Dicen que son los mismos que los de las cámaras réflex con las que comparte el sensor, de ahí el aparente sobredimensionamiento que tienen. Sorprende que incluso tenga una rueda en el extremo derecho que podemos utilizar para la compensación de exposición como ocurre con las Sony A7. Y desgraciadamente no tienen tope alguno, por lo que si la sacas de la mochila te tocará vigilar si se ha movido algo.

La ubicación del resto de los botones es correcta, salvo los dos que encontramos al lado de la montura. Dudo mucho que se puedan accionar con comodidad si colocamos cualquier objetivo voluminoso de la serie Z o alguno de los clásicos con el adaptador.

El visor electrónico OLED no llega a la altura de las hermanas mayores. Pero sus 2,36 Mp confirman lo que todos sabemos ya, que nunca echaremos de menos a los visores ópticos. Nunca suspiraremos cuando miremos por uno recordando viejos tiempos. Pocas cosas se pueden hacer ya en este apartado.

La pantalla LCD es táctil y abatible. Se conforma con 1.040.000 puntos. Mucha menos información que el visor electrónico, por supuesto. Pero suficiente para contemplar nuestras fotografías o hacer vídeos. Y lo más importante hoy en día, la función táctil es perfecta, como si estuviéramos trabajando con un teléfono móvil.

Cabe señalar que en la parte derecha de la pantalla encontramos tres botones táctiles que sustituyen a los físicos. Con ellos podemos cambiar la información que aparece y aumentar o reducir el tamaño de la imagen. En algunos casos nos pueden jugar malas pasadas si los rozamos con la nariz. Pero como siempre es cuestión de acostumbrarse.

Es una cámara fácil de manejar. Encender y listo, algo que muchos usuarios agradecerán. Los menús son de la serie Z, muy parecidos a los de las últimas réflex de la casa. Tenemos muchas opciones pero están bien ordenadas y siempre encontraremos lo que buscamos.

Y si queremos ser más prácticos siempre podemos configurar el menú inteligente para tener siempre al alcance de nuestros dedos las opciones más comunes, como el ISO, el modo de enfoque o el equilibrio de blancos.

El autoenfoque y la calidad de imagen de la Nikon Z50

Lo más importante es, desde luego, la calidad de imagen. De nada sirve tener un buen diseño si la calidad técnica de las fotografías no llega a la altura de las expectativas. Aunque es de la serie Z no tiene un sensor de 35 mm. Es un APS-C junto con un procesador EXPEED 6. Y la respuesta es muy buena.

Como podéis ver en la fotografía, podemos hacer fotografías sin miedo hasta 12800 ISO. El ruido es muy moderado y el rango dinámico permite sacar detalles de sombras y luces. La reproducción del color, sobresaliente ya en el formato jpeg, permite mucha libertad de edición cuando trabajamos con RAW. Es llamativo que muchas cámaras recientes insisten en la calidad directa que puede dar el formato comprimido.

Todo depende de la exposición y de la calidad de los objetivos. Junto con esta cámara se estrenan dos objetivos pensados para los sensores APS-C. Hemos probado el equipo con el Nikkor Z DX 16-50mm f/3.5-6.3 VR; y también podemos comprar el Nikkor Z DX 50-250mm f/4.5-6.3 VR. Son objetivos de uso general, con una luminosidad escasa pero muy ligeros y compactos. Y estabilizados, para compensar que la Z50 no lo está, un fallo grave en los tiempos que corren.

Por supuesto podemos utilizar un adaptador para seguir disparando con nuestras ópticas F de toda la vida, pero el conjunto quedará muy desequilibrado... La nitidez que podemos observar, a pesar del objetivo, es muy alta. Seguro que en el futuro Nikon presenta objetivos fijos y pequeños, de alta luminosidad, que harán justicia a esta nueva generación.

Y a pesar del objetivo, de su poca luminosidad, nos ha llamado la atención la rapidez del enfoque automático. La capacidad de ajustar el foco con suma precisión con todo tipo de luces. Es verdad que sufre con poco contraste o en imágenes nocturnas. Pero no podemos olvidar la gama con la que estamos trabajando.

La detección de caras y el seguimiento al ojo son precisos siempre y cuando la persona ocupe una parte importante del encuadre. Y algunas veces pierde la referencia. Pero el sistema cumple con creces en las situaciones familiares como cumpleaños, comidas o la llegada de los reyes magos.

La opinión de Xataka Foto

La Nikon Z50 nos ha sorprendido. Primero por su ergonomía a pesar de su pequeño tamaño. Puede que acabe con la moda de copiar la estética de las máquinas de los años 70, más cuadradas y sin protuberancias.

Pero aparte de la estética nos ha gustado la calidad de imagen. Y nos hubiera gustado trabajar con algunas de las joyas del catálogo de Nikon para encontrar los límites de esta cámara. Pero con el objetivo del kit nos puede dar bastantes satisfacciones.

Es perfecta para llevar siempre encima, como cámara de viaje. Eso sí, no olvidéis comprar más baterías para aseguraros de que tenéis energía para todo el día. Son 300 disparos por carga. En condiciones normales podemos aguantar pero como miremos mucho el resultado en la pantalla LCD, o seamos amigos de las ráfagas, nos quedaremos enseguida sin cámara.

Es una de las opciones mas interesantes que tenemos dentro de su gama de precio. El hecho de tener visor electrónico hace que nos podamos olvidar de la Canon EOS M6 Mark II. Pero no enfoca tan rápido como una Sony A6400, aunque nadie puede discutir que es la que mejor se sujeta...

Tiene algunas cosas que mejorar, como la duración de la batería o la falta de estabilización en el cuerpo. Pero la calidad de imagen hace que estemos ante un modelo que, sin lugar a dudas, podemos recomendar.

La cámara ha sido cedida para el análisis por parte de Nikon España. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.