Cuando se empieza en el mundo de la fotografía un cuestionamiento inicial es: ¿qué cámara debo comprar? Entre otras cosas, es cierto que hay que considerar calidad de imagen, innovaciones, marca y precio, entre otras cosas; pero también la variedad de objetivos.
Y es que la fotografía no es sólo el resultado de la elección de la cámara, sino también de esa otra parte fundamental que, además, puede disparar millones de posibilidades para plasmar imágenes más creativas.
Durante años las cámaras réflex fueron referente para la industria de la fotografía, pero los sistemas mirrorless cada vez son más populares. En Europa, por ejemplo ya son el 40% del mercado de cámaras de lentes intercambiables. Tras 10 años de evolución, dichas tecnologías parecen ser el futuro y eso hace que se añada la pregunta: ¿este sistema cuenta con suficiente variedad de objetivos?
La respuesta rápida es sí, pero depende de la marca. Aquellos fabricantes que más se tardaron en lanzar equipos mirrorless llevan una desventaja en este aspecto, como por ejemplo Nikon o Canon. Sin embargo, el ecosistema de lentes para las cámaras Sony Alpha es más numeroso con 31 lentes para cámaras full frame y tiene una gama de objetivos que permite elegir libremente para conseguir fotografías únicas.
Los objetivos, tan importantes como la cámara
Si se está considerando cambiar a un sistema mirrorless, como el que ofrece Sony Alpha, es posible contar con una buena variedad hasta 50 lentes E-Mount: desde angulares, hasta telefotos, pasando por las opciones prime, de 16, 20, 30, 50, 85, 135 y 400 MM.
Por supuesto, para cualquier amante de la fotografía, profesional o amateur, es básico contar con un objetivo de 50 MM, que tiene un ángulo de visión similar al de la vista humana. Ahora, los objetivos con un ángulo de visión más amplio permiten ver más de la escena (es más amplio de lo que se capta con la mirada), son los conocidos como gran angular y su distancia focal está debajo a los 50 MM, por ejemplo, un 14 MM. Mientras que los lentes que nos ofrecen una distancia focal más larga se denominan telefotos, por ejemplo, un lente 400 MM.
Claro que también existen los objetivos capaces de abarcar varias distancias focales, sí, son los llamados zooms y los lentes con una sola distancia focal y, por ende, más especializados son los prime. Estos últimos están diseñados para aumentar la calidad de la imagen, además de que son más luminosos y rápidos.
Supongamos dos escenarios: en el primero se tiene un objetivo macro que da la oportunidad de tomar fotografías a escala 1:1, con este tipo de objetivos se puede acercar bastante al sujeto que se quiere fotografiar, estamos hablando de un 30 MM f3.5, el 50 MM f2.8 o el 90 MM f2.8, por mencionar algunos.
Si se quiere una visión telescópica pueden considerarse lentes como un 70-300 MM F4.5-5.6, o si se es fotógrafo deportivo con la necesidad de insertarse todavía más en las jugadas un 100-400 MM F4.5-5.6. Claro que si se es videógrafo también pueden servir para crear efectos visuales de impacto como el llamado dolly zoom, traveling compensado o, más popular, “efecto vértigo”.
Además, se deben probar definitivamente los objetivos con distancia focal fija, porque pueden sorprender al usuario por lo mucho que cambia el resultado en la fotografía cuando es el fotógrafo el que debe acercarse o alejarse para conseguir una composición (a diferencia de cuando se usan objetivos zoom dónde es posible modificar la composición con la distancia focal), y ni hablar de la nitidez que dan, sin dudar hay que probarlos. ¿Qué tal un 85 MM F1.4?
Así, queda claro que la elección de los objetivos es tan importante como la de la cámara, por lo que, si se está considerando dar el paso hacia mirrorless, hay que saber que existen múltiples opciones en cuerpos (full-frame) y lentes, como los del ecosistema Sony Alpha, que pueden hacer la diferencia para capturar la mejor toma.
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