Mucha gente, al verte sacar una cámara réflex no puede evitar la expresión: "Esa cámara debe de hacer buenas fotos". Es algo que me da mucha rabia porque, si acaso, las buenas fotos las haré yo. La cámara puede ayudarnos ofreciendo las herramientas necesarias para explorar la creatividad fotográfica, pero no es ni mucho menos necesario disponer de una cámara réflex.
Hoy vamos a ver 11 ideas para explorar nuestra creatividad fotográfica con una cámara compacta. Para ello nos llevamos de viaje a Irlanda una Fujifilm XQ1, una cámara compacta perfecta para nuestro propósito, ya que a su reducido tamaño añade la comodidad de un acceso sencillo a los diferentes controles (apertura, velocidad, ISO...) especialmente gracias al anillo colocado en el objetivo, que podemos configurar a nuestro gusto.
Pero que no os asuste esta referencia a los controles, porque para sacar partido de estas ideas tampoco nos hará falta un conocimiento exhaustivo. La mayoría de ellas se pueden realizar fácilmente en modo automático, y solo en algunas nos hará falta conocer un poco el funcionamiento del modo prioridad de la velocidad.
Muévete y prueba diferentes puntos de vista y encuadres
Esta siempre es mi primera recomendación para empezar a ser creativos con nuestra cámara compacta. Probar diferentes puntos de vista y encuadres es la mejor manera de descubrir cómo puede cambiar algo según desde donde lo fotografiemos.
Valga como ejemplo esta antigua torre en el asentamiento de Glendalough en Irlanda. Podemos retratarla de muy diversas maneras: de forma más convencional como protagonista de la escena, de muy cerca con un contrapicado, de muy lejos integrada en el paisaje, creando juegos visuales con otros elementos del entorno, escondiéndola entre otros elemento en primer plano, enmarcándola...
Echad un vistazo a la galería y comprobaréis cuántas fotos diferentes podemos conseguir del mismo sujeto y con sólo dar un paseo.
Cambia el horizonte
De forma natural, al realizar una foto, tendemos a colocar la línea del horizonte en el centro de la imagen. Sin embargo, esta no suele ser la mejor opción compositivamente, por lo que es interesante que cambiemos el horizonte para ver los diferentes resultados.
En este trío de imágenes de un lago podemos ver qué ocurre si colocamos el horizonte en el centro o si seguimos la regla del horizonte, colocando el horizonte en el tercio superior de la imagen o en el tercio inferior. Cada una ofrece una perspectiva muy diferente del mismo escenario, y solo hace falta inclinar un poco la cámara para probar dónde le sienta mejor el horizonte a nuestra fotografía.
El sujeto principal no tiene por qué estar en el centro
De la misma manera que tendemos a colocar el horizonte en el centro, es bastante normal que solamos centrar al sujeto principal de la escena, cuando probablemente la composición resulte más interesante cuando colocamos el sujeto principal en alguno de los tercios laterales de la imagen, aplicando la regla de los tres tercios.
En este ejemplo la fotografía cambia mucho de colocar la torre de Glendalough en el centro a hacerlo en un lado, con el conjunto de tumbas marcando una diagonal que nos conduce visualmente hacia la torre.
Agáchate, y vuélvete a agachar
No todas las fotos se tienen que hacer desde la altura de nuestros ojos. A la hora de explorar puntos de vista es interesante que no sólo nos movamos, sino también que nos agachemos y probemos puntos de vista extremos, como con la cámara a ras de suelo para obtener una perspectiva diferente de una hoja en medio de un camino en el bosque.
Congela el tiempo, o déjalo pasar
La mayoría de cámaras compactas incluyen un modo con control de la velocidad de disparo (denominado normalmente S en el dial), en el que podemos fijar la velocidad de obturación. Con una velocidad de obturación alta, los objetos en la escena aparecerán congelados incluso si estaban en movimiento, mientras que con una velocidad de obturación lenta, estos dejarán una estela a su paso, obteniendo lo que se conoce como motion blur.
Prueba a explorar estas dos opciones y comprobarás lo diferentes que son los resultados. Puedes hacerlo con cualquier objeto en movimiento, como un arroyo, personas corriendo, coches... solo ten en cuenta que para ciertas velocidades de exposición muy bajas necesitarás un trípode o apoyar la cámara en una superficie. Como no llevaba trípode durante el paseo, para esta toma del río aproveché la barandilla del puente para conseguir la estabilidad necesaria.
Explora la fotografía abstracta
Explorar la fotografía abstracta es algo que podemos explorar fácilmente con nuestra cámara compacta. El mundo está lleno de bellos patrones y figuras geométricas que están esperando que un encuadre adecuado los ponga en valor.
Sirva como ejemplo el techo de la terminal del aeropuerto de Alicante. Mientras esperaba mi vuelo, me recosté en el asiento y, al mirar hacia arriba, no dudé un instante en sacar la cámara y probar diferentes encuadres hasta encontrar uno que me convenció.
Utiliza la sensación de profundidad
Aunque la fotografía es un arte bidimensional, eso no quiere decir que no podamos utilizar la sensación de profundidad y aprovechar la perspectiva fotográfica. Busca líneas que enfaticen las tres dimensiones, como caminos, postes, barandillas... y úsalos para guiar al espectador hacia nuestro sujeto, como este camino que nos guía visualmente hasta la torre o, por qué no, también para distraerlo con una perspectiva forzada.
Al mal tiempo, buena cara
Mucha gente tuerce el morro cuando hace mal tiempo, porque quiere que en sus fotos brille el sol y el cielo sea siempre azul, pero como fotógrafo, el mal tiempo ofrece un montón de posibilidades creativas, pudiendo conseguir fotografías realmente espectaculares.
Este camino de montaña, por ejemplo, no sería tan bonito sin esa niebla que intenta colarse a la vez que un tímido rayo de sol la ilumina, y es sólo un ejemplo de cómo el mal tiempo puede hacer nuestras fotografías mucho más interesantes.
Retrata la belleza de lo cotidiano
A menudo nos obsesionamos con capturar grandes paisajes, personas interesantes o escenas únicas, pero tampoco hay que olvidarse de la belleza de lo cotidiano, de esos objetos que nos encontramos cada día y que, bien mirados, ofrecen grandes posibilidades fotográficas.
Por poner un ejemplo, paseando por un pequeño mercadillo gastronómico encontré estas preciosas y coloridas botellas que formaban una bonita gama de rojos y granates.
Juega con elementos de distracción
¿Cuántas veces habéis ido ha hacer una foto y os habéis encontrado con algo en medio que molestaba? Ocurre con más frecuencia de la deseada, pero en vez de lamentarte y maldecir tu mala suerte, aprovecha la situación y juega con elementos de distracción.
En esta imagen, por ejemplo, una valla de alambre de espino me impedía conseguir el encuadre que quería, así que decidí que sería el sujeto de la fotografía, mientras que en la siguiente imagen, aproveché las ramas de una árbol que se interponía entre la torre de Glendalough y mi cámara para crear una maraña que esconde y a la vez realza el sujeto principal.
No te olvides de los reflejos
En el estudio normalmente los odiamos, pero fuera de él, los reflejos nos pueden dar mucho juego, ya sea en espejos, cristales, charcos, mares o, como es el caso, lagos.
Los reflejos nos permiten crear composiciones diferentes gracias a que generan una poco habitual simetría horizontal, pero también llevar el juego un poco más allá, y por ejemplo buscar imágenes en las que el propio reflejo es el sujeto.
Espero que os hayan parecido interesantes estas 11 ideas para explorar nuestra creatividad fotográfica con una cámara compacta, aunque son sólo la punta del iceberg de la cantidad de cosas que podemos hacer con una cámara compacta.
Como he comentado al principio, todas las imágenes del artículo se han realizado con la Fujifilm XQ1, una cámara compacta y ligera, pero que me ha sorprendido en muchos aspectos. A destacar sobre todo su gran apertura (f/1.8), su velocidad de enfoque y disparo, la facilidad de control gracias a su anillo personalizable y también su bonito diseño con un toque retro.
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