Este libro, cuya presentación tuvo lugar hace unos días en La Fábrica con la presencia del fotógrafo belga Harry Gruyaert, me ha recordado a ese post que un día escribimos en Xataka Foto donde veíamos la ciudad parisina a través de los fotógrafos que la fotografiaron, con la diferencia que en esta publicación editada por La Fábrica, los autores que se dan cita se han multiplicado.
Bien me habría venido contar con ello para ofrecer un artículo más amplio, pero nunca es tarde y ya podemos decir que este estupendo libro está disponible para el disfrute de los lectores. Porque sí, es un libro para devorar, para deleitarse con las fotografías de Henri Cartier- Bresson, Martin Parr, David Seymour, Robert Capa, Inge Morath, Abbas, Guy Le Querrec, Raymond Depardon o Herbert List por nombrar sólo algunos que hacen de esta publicación un catálogo de más de 400 imágenes.
Con Harry Gruyaert pudimos hablar un poco más, no sólo sobre su fotografía, sino sobre lo que hace de esta publicación algo especial. Eric Hazan es quien pone texto al prólogo y a los capítulos que aparecen de forma cronológica. Porque este libro es un viaje por el París que se conoce tras la guerra, eminentemente obrero pero con más diferencia entre las clases sociales frente a la población burguesa más homogénea actual. Un trabajo que se ha dividido por décadas como su autor nos cuenta:
Para facilitar la lectura, hemos seccionado la historia en capítulos más o menos justificados, aunque existe forzosamente cierta arbitrariedad en un libro de estas características, en particular en la selección de las imágenes: las que hemos elegido no son siempre las más conocidas, sino más bien las que narran mejor lo que ha ocurrido en la ciudad, en sus cafés, sus salones, sus calles, y en los rostros que forman parte de la historia. París como sujeto funciona como una lente convexa que concentra las cosas y las hace más nítidas.
Según contó Gruyaert para este libro no se han escogido las fotografías más impactantes sino aquellas que podían entrar dentro de un discurso en el cual las imágenes podían dialogar, de hecho actualmente en el ayuntamiento de París se proyecta una exposición donde aparecen otras imágenes que no están expuestas en esta publicación. Pero ya que tuvimos la ocasión de contar con la presencia del fotógrafo nacido en Amberes, vamos a comentar un par de cuestiones que salieron a relucir durante la presentación.
Las peculiaridades de Harry Gruyaert
Hablamos de ese sacrilegio que supuso para los más puristas de Magnum que Harry Gruyaert entrase a formar parte de la agencia. Por su color frente al blanco y negro imperante en el fotoperiodismo. Aunque no siempre acudiese al monocromático, por ejemplo una de sus primeras series centradas en Bélgica no atienden a colores. Sus obras, más acordes a la tradición americana que a la europea, son reconocidas como más artísticas, más subjetivas. Según él no tiene alma de fotoperiodista. De hecho se alejó de Magnum durante cinco años para no contaminarse con los preceptos mecánicos que una agencia de noticias requiere, donde según nos dijo el alma del fotógrafo peligra.
Se habló también de Henri Cartier-Bresson, que según Gruyaert fue un genio por esa capacidad para contar historias a través de una fotografía que refleja el lugar y el tiempo donde ha sido tomada. Lo que dio pie a comentar porqué es difícil trabajar en el lugar donde se vive debido a que las cosas se ven con normalidad, porque uno pierde esa mirada curiosa que se tiene cuando se visita un enclave nuevo.
Como dato curioso nos contó que cuando vuelve de un viaje largo, como puede ser la India, se encierra en un hotel para vivir la integración sin el cambio tan brusco que supone esa diferencia de culturas, de formas de mirar fotográficas distintas. Un autor que no está muy al día con las tecnologías y que, cuando viaja, le gusta integrarse en la población, vivirla desde dentro.
En resumen
Un fotógrafo peculiar en su manera de sentir la práctica fotográfica, que nos ha regalado imágenes antológicas, como las que pueden verse en el libro que desde ya se ha convertido en un imprescindible en nuestra biblioteca. Si siempre es bonito volver a París, mejor si además lo hacemos a través de los mejores fotógrafos que han pisado la agencia Magnum.
Más información La Fábrica Fotografía Robert Capa, 26 de agosto de 1944. La alegría de la victoria. © Robert Capa/International Center of Photography, Magnum Photos.