"FANZINISMO. Fotografía + Grapas" es la muestra que puede verse -hay que darse prisa- hasta el 20 de junio en la Escuela Blank Paper, sin duda el mejor escaparate, gracias a su labor en pro del fotolibro, donde podría tener cabida esta propuesta de Andrés Cobacho e Ignacio Navas, con una puesta en escena sencilla pero dando absolutamente protagonismo a los fanzines.
Fanzines que se pueden tocar, palpar, hojear e incluso oler para sentir la textura del papel a través de los sentidos, para comprobar cómo este tipo de publicaciones trasgreden los bordes de los libros y se convierten en experiencias y experimentos por donde hacer navegar las fotografías de sus autores.
Nos encontramos con varias secciones distribuidas en baldas donde se han colocado los diferentes fanzines que nos llevan por publicaciones tan interesantes y ochentenas como esas revistas autoeditadas por Miguel Trillo, auténticas joyitas de la cultura fanzine gracias a ese carácter libre de creación que le llevaba a maquetar de forma artesanal (casi collages) y a imprimir en imprentas de barrio.
La libertad que otorga el fanzine frente al catálogo o libro se puede observar en cada ejemplo de la exposición. Una libertad del propio autor que se hace palpable a la hora de plasmar sus ideas, no sólo de maquetación de las fotografías, sino de aspectos tales como el papel (o papeles) que utiliza, el tamaño final de la revista e incluso el número de copias y el modo de distribución del mismo. En este sentido un genial ejemplo es la propuesta de Ricardo Cases, cuyos fanzines van acompañados de una fiesta de presentación, detalle que le hace estar en contacto con el público consiguiendo así una experiencia más completa.
De Ricardo Cases también cuenta la exposición con un fanzine único (Supernormal #0) por ese carácter de primer volumen jamás continuado. O los ejemplos de Julián Barón como ejercicio de clase para sus alumnos donde la imagen desaparece para dar paso a los textos que bailan por las páginas fotocopiadas.
Nos encontramos revistas que daban salida al trabajo de varios autores, frente a otras publicaciones afines al fotolibro en formato fanzine. Todas ellas siguiendo, como venimos hablando, esa vena amateur, de autoedición en muchos casos y colaboraciones buscando sinergías entre amigos diseñadores e imprentas que se tiran a la piscina buscando esa libertad creativa, que hacen de esta exposición ubicada dentro del Festival Open de PHotoEspaña, un lugar donde perderse para descubrir el talento que hay detrás de proyectos fotográficos donde la creatividad se desborda, donde el humor está muy presente y donde las ganas por seguir creando gracias a esa inmediatez y low cost que da el fanzine, se hace notar en cada publicación.
Desde aquí nuestra enhorabuena esperando que el proyecto crezca y podamos verlo próximamente en otras localizaciones. Tras su paso por Córdoba, ahora está en Madrid, no os lo perdáis. Y para quienes tienen difícil acercarse, os comparto un par de ejemplos, el primero la publicación de Ricardo Cases que os comentaba y, el segundo, la revista revolucionaria de Miguel Trillo.
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