Como toda lista que se precie, esta que os vamos a presentar es tremendamente subjetiva. No está sujeta a hecho demostrables de forma científica. Y todos pueden opinar para llegar a conclusiones interesantes y prácticas. La idea de escribir este artículo surge de la necesidad de tener referentes claros para estudiar la historia de la fotografía y saber los caminos que podemos seguir para desarrollar nuestra pasión. Los fotógrafos aquí nombrados han marcado el trabajo de las generaciones futuras y muchos de ellos han animado a muchos a coger una cámara para empezar a hacer fotografías.
En muchos talleres y cursos algunos alumnos no conocen el trabajo de los grandes autores. Las referencias que tienen están limitadas a lo que ven en internet, que no es malo desde luego, pero es insuficiente. Hoy se pueden descubrir grandes autores en la red (Michael Kenna o Fan Ho los encontré al adentrarme por las páginas, por poner un ejemplo personal) pero en cualquier especialidad es importante tener una buena base para luego construir sobre la experiencia.
En este listado faltarán muchos fotógrafos. Pero entre todos podemos compartir y dar a conocer a fotógrafos que por algún motivo han motivado a las siguientes generaciones. Porque esta es la intención principal de este artículo, encontrar a aquellos que con su trabajo han marcado a otros por su forma de ver o de relacionarse con una cámara. Y que puede que haya alguna otra rama además de las que hablo en el árbol que voy a desarrollar. Y sin más dilación ahí vamos.
Hoy no vamos a escribir biografías ni publicar galerías extensas de los autores citados. Nada más que es una breve introducción para que nos empiecen a sonar sus nombres y comience un dialogo con ellos, como si fueran nuevos amigos o la posibilidad de compartir de nuevo viejas historias con ellos.
Los primeros que entendieron la fotografía
Es muy llamativo cómo la fotografía, presentada con todos los honores en 1839, alcanzó la mayoría de edad muy pronto. Los primeros maestros lograron sus mejores obras en apenas una década. Es verdad que se sentían deudores de la pintura. No tenían referencias y no se podía innovar más allá de la técnica (cómo me recuerdan estos tiempos a aquellos).
Pero el primero que nos enseñó el camino fue Gaspard-Félix Tournachon (Nadar). Desde su estudio de París inmortalizó a los más grandes personajes de la época con una intención claramente pictórica. Pero sus obras, con sus fondos neutros para no desviar la atención del espectador, sentaron las bases del retrato fotográfico, donde lo más importante es captar la personalidad del personaje.
Es difícil contemplar sus trabajos y no acordarse de su influencia en los trabajos de Richard Avedon o Irving Penn, por poner dos ejemplos. Les separan varias generaciones pero la forma de mirar viene de ese estudio parisino de luz natural que todos los grandes querían pisar.
A mediados del siglo XIX nació Jean Eugène Auguste Atget. Tampoco iba para fotógrafo, pero las desgracias de la vida le llevaron a recorrer París con su vieja cámara. No veía la fotografía como un oficio pero tenía una forma de mirar, de componer y colocar la cámara que llamó la atención a los artistas de los años 20. Era capaz de dotar de vida hasta el elemento más insignificante. Ya no hacía falta ser hermoso, nuevo o grandioso para llamar la atención.
Esa forma de trabajar, la forma de evitar intervenir en la imagen, sin querer aportar un ápice de la personalidad, marcó a muchos fotógrafos desde París hasta que gracias a Berenice Abbott gran parte de sus negativos llegaron a los Estados Unidos, donde está considerado un gran maestro.
Las dos grandes corrientes de la fotografía
Antes de citar a los dos grandes innovadores no puedo evitar recordar al que muchos consideran el padre de la fotografía. Muchos autores lo citan continuamente como uno de los grandes referentes. Y destacan que fue el primero que hablo con la lengua de la fotografía, sin el lastre de las expresiones de otras bellas artes. Me refiero por supuesto a Walker Evans. Quizás es el mejor de todos, pero seguro que se podría discutir mucho sobre el tema. Y desde luego merece uno, dos o más artículos en exclusiva. Como todos los que estoy nombrando aquí.
En los años treinta, después de sus estudios de pintura (su verdadera vocación) decidió hacerse fotógrafo. Y con la ayuda imprescindible de una pequeña cámara, la conocida Leica, se convirtió en el fotógrafo con mayúsculas: Henri Cartier Bresson. Probablemente es el más conocido de todos y la principal referencia en las escuelas para hablar de un artista total.
Todos los que empezamos siempre hemos querido hacer las fotografías como las hacía él. Fotografías perfectas, medidas con ojo de cirujano, donde todo está donde debería estar. Tan bien hechas que parecen preparadas. Parecen decir que si sabes mirar el mundo es perfecto. Solo hay que saber mirar.
En las traducciones siempre se habla de su famoso instante decisivo. Realmente se refería a hacer fotografías a la carrera. Su forma de mirar marcó a varias generaciones. Y muchos han creído que es la única forma de fotografiar, que todo depende de la geometría. Quizás es el fotógrafo con el estilo más copiado o que más ha inspirado a los noveles.
Y en los años cincuenta, veinte años más tarde, surgió la figura de Robert Frank, que para mi abre la segunda rama de la fotografía. La segunda gran rama de ese árbol Walker Evans que nace de las raíces profundas de Nadar y Atget.
Con su trabajo 'Los americanos' da un golpe en la mesa y desvía la mirada de aquellos que estaban cansados de la perfección y que saben que el mundo no es perfecto, que es imposible medir todo y que no se vive de fragmentos, sino de historias. Que nunca miramos de forma estática, que cuando nos desplazamos de forma totalmente erguida, que nos balanceamos cuando andamos. Que no hay un instante mejor que otro, que todo depende del ojo con el que se mire...
Desde entonces los fotógrafos eligen estas dos vías para expresarse. Ninguna es mejor que otra. Sería muy aventurado decirlo. Como fotógrafos podemos elegir un camino u otro: el cartierbressoniano o el frankiano (si se me permiten los neologismos). Ahora os propongo que conozcáis a estos artistas que os he presentado (o recordado) y que juguéis a situar a vuestros fotógrafos favoritos en un lado u otro... y todos se ajustarán perfectamente.
Por ejemplo Avedon es frankiano; Salgado es cartierbressoniano; Cristina García Rodero es cartierbressoniana; R. Depardon es frankiano; ¿Colom es frankiano?; ¿Masats es cartierbressoniano?... Como veis empieza un juego apasionante...
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