Corría el año 1982, cuando una jovencísima Madonna (Madonna Louise Ciccone), de la que nadie aún había oído hablar fue invitada por el fotógrafo Richard Corman para una sesión de fotos en su apartamento del Lower East Side neoyorkino.
Ese fue el primer encuentro entre ambos. Corman, es conocido por sus reportajes y sesiones, fue uno de los pocos y afortunados que tuvo el privilegio de retratar a muchos jóvenes artistas que poco tiempo después se convertirían en estrellas a partir de esa década de los años '80.
Estas fotografías han visto la luz hace muy poco como resultado de una promoción en Rock Paper Photo, la galería online de arte y fotografía de la propia artista.
Contaba a la revista Rolling Stone que esa es la verdadera Madonna, una chica sencilla y espontánea que le gusta bailar y cantar:
[Fue] en el verano de 1982 en su apartamento en el Lower East Side. Antes de entrar en el edificio, tuve que llamarla desde una cabina telefónica desde el otro lado de la calle y me dijo, en términos muy claros, que el sitio no era para entrar en el edificio sin ella avisar a todos los inquilinos, debido a una gran cantidad de actividades ilegales que se daban allí, sobre todo en la entrada y en la planta baja - en las que no tomaba parte.
Una vez dentro, añade Corman, me ofreció café solo y chicle. Al poco tiempo, comenzó la sesión con su vieja Rolleiflex. Dice Corman que la sesión fue muy espontánea y aprovechando la iluminación del propio apartamento. Lugares simples como la silla, la cocina, en el tejado con los chicos del barrio bailando o en la calle con gente descansando en un banco se convirtieron en los elementos de un escenario sencillo que dio lugar a fotos especiales.
Dice Corman, que en aquella época, ella era como el flautista de Hamelin de los niños del barrio, se llevó su música al tejado ya apareció la chiquillería dispuestos a bailar con la que sería, poco después, una de la grandes divas que ha tenido la música en las últimas décadas. Todo un símbolo de lo que vendría después.
Esta es la historia del primer reportaje profesional que se conoce de esta artista. Entonces fueron Madonna, Corman, los niños y la gente del barrio. Hoy en día, dice el fotógrafo, no habría menos de 30 personas a su alrededor pensando, diciendo y controlándolo todo. Fue un momento muy especial.
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