Han pasado 20 años de 'Amelie', una de las películas más odiadas y amadas por todo el público. Su visión no admite un punto medio. O te encanta o la condenarías al fuego eterno y a todos sus seguidores. 'Amelie' destaca por muchas cosas, como el guion y la música, pero la fotografía de Bruno Delbonnel es lo que nos marcó a todos.
Es una película que me gusta, no lo puedo negar. La verdad que me ha dado vértigo darme cuenta de que ya han pasado 20 años desde que la vi por primera vez. Fui al cine porque el universo del director me encantaba desde que descubrí 'Delicatessen' (1991). Y quería ver más después de 'La ciudad de los niños perdidos'(1995) y 'Alien resurreccion' (1997).
La propuesta me enganchó desde el primer fotograma. El guion puede levantar ciertos recelos por la inocencia de la propuesta. Pero cada fotograma es una obra maestra de la composición y del color. El trabajo del director de fotografía es irreprochable plano por plano.
Y eso es lo que vamos a analizar. En cierta manera su trabajo recuerda a la forma de trabajar de Vittorio Storaro, el maestro italiano que utilizó el color para entender la evolución de los personajes.
La magia de la fotografía de 'Amelie'
'Amelie' es la historia de una mujer que, tras un hecho fortuito -encontrar una caja escondida de un niño en el momento en el que comunican la muerte de lady Di-, decide dedicar su vida a hacer el bien a los demás. El problema es que, como todos nosotros, primero tiene que tratar de arreglar su vida.
A lo largo de todo el metraje la fotografía está muy presente, porque ella de pequeña tiene una cámara que cree que provoca accidentes. Y el amor de su vida es un coleccionista convulsivo de imágenes perdidas de fotomatón. Y aparece un enano de jardín que viaja por todo el mundo con una polaroid para contar su periplo.
Pero la dirección de fotografía es una maravilla y es la que consigue llevarnos de la mano plano tras plano. Una profesora una vez nos dijo que cada fotograma de la película es una obra de arte por sí solo.
El director de fotografía Bruno Delbonnel consiguió fama y notoriedad con este trabajo. Así llego a Hollywood para trabajar con los hermanos Coen ('La balada de Buster Scruggs') o el mismo Tim Burton en 'Big Eyes' o 'Sombras tenebrosas'.
El color es el protagonista absoluto. La paleta de colores, basada en los rojos y los verdes (dos complementarios en el círculo cromático), viene de una técnica que se llevaba mucho en los tiempos de los carretes, que era revelar las diapositivas con los químicos de los negativos de color.
Además, como Storaro, se sirve de lo que expresan estos colores para orientar al espectador. La esperanza, la alegría y la pasión se expresan gracias a los tonos elegidos en cada momento.
Toda la película destaca por el uso de la luz suave, gracias a la difusión tan grande de los enormes focos que utilizó para lograr ese contraste suave en el que los personajes parecen irradiar luminosidad, sobre todo la protagonista
Los encuadres de 'Amelie'
Además, tenemos que valorar el encuadre de cada una de las escenas. Gracias al manejo de la cámara por parte del director de fotografía, la historia vive a pesar de las dos horas de duración. Los movimientos de cámara, los encuadres llamativos y los juegos simétricos nos ayudan a fijarnos una y otra vez en la narración.
Como podemos ver en este vídeo, la simetría está presente en todo momento, desde que la cámara está fija en el rostro de un personaje hasta los momentos en los que inicia un travelling. Si te gusta el cine seguro que esta forma de elegir los planos te recuerda a uno de los directores más importantes de la historia: Stanley Kubrick.
Efectivamente, Stanley Kubrick, un gran fotógrafo también, dejó como seña de identidad los planos simétricos para conjugar la narrativa de la historia con el poder visual del cine. Y es una forma de mirar que está presente en 'Amelie' y en todo el cine de Wes Anderson, por poner un ejemplo más actual.
Mucha gente no soporta esta película. Pero seguro que si tratan de olvidarse de la historia y se centran en cada uno de los momentos desde el punto de vista fotográfico, descubrirán otra forma de verla. Y seguro que cambia su percepción. Han pasado 20 años, seguro que merece una oportunidad ¿Qué pensáis?
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