La prestigiosa marca sueca sigue apostando por la fotografía aérea en este caso en el ámbito industrial. La novedad es que presenta una cámara diseñada específicamente para fotografiar desde el cielo (por lo que no tiene piezas móviles) con una resolución de 100 MP gracias a un sensor de formato medio de última generación. La nueva Hasselblad A6D-100c viene a sustuir a la A5D de la que os hablamos hace algo menos de dos años, manteniendo la apuesta de la firma sueca por un sector cada vez más candente.
La principal novedad de la cámara está en sus renovadas tripas que ahora incorporan este CMOS de formato medio que seguramente es el mismo que se monta en cámaras convencionales de la firma como la H6D-100c y la plataforma aérea integrada que os presentamos hace solo unas semanas (desarrollada al alimón con DJI). En cualquier caso, se trata de un sensor de 53,4 x 40,0 mm que ofrece un rango dinámico de hasta 15 pasos y una resolución máxima de 11600 × 8700 píxeles (en su web se pueden descargar imágenes de prueba como la que tenéis a continuación).
El sistema incluye una función para sincronizar hasta ocho cámaras A6D en menos de 20 microsegundos a través de un bus de conexión, característica que elimina completamente cualquier posible problema que se pudiera dar en postproducción a causa de exposiciones no sincronizadas.
Por otro lado, el tiempo de exposición de la cámara alcanza hasta 1/4000 segundos para ofrecer imágenes más nítidas, y la cámara es compatible con las nueve ópticas del sistema H en versión especial para cámaras aéreas que fueron presentadas junto a la A5D. Estos objetivos, disponibles en focales entre 24 y 300 mm, están diseñados para ofrecer la mayor calidad de imagen sin que se perjudique por los movimientos no deseados y, por otro lado, para garantizar que el plano de imagen y el sensor permanezcan paralelos en todo momento.
Con un peso (sólo el cuerpo) de 1,36 kilos, la cámara se presenta también en una versión sin el tradicional filtro de infrarrojos, lo que permite a la A6D-100c capturar longitudes de onda invisibles para el ojo humano (las comprendidas entre los 750 y los 1.000 nanómetros) y que la hacen ideal para análisis medioambiental y de cultivos.
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