En este especial de Xataka Foto vamos a tratar diversas especificaciones técnicas de vídeo y realizaremos una pequeña comparativa para poner estos elementos en la práctica y comprobar las diferencias, empleando una cámara de vídeo como es la Canon C100 y una de fotos, la Nikon D800e. Toca empezar con un tema algo peliagudo y complejo como son los códecs, la codificación o formato de compresión que las cámaras emplean para grabar vídeo.
Cuando echamos un vistazo a las especificaciones de las cámaras podemos encontrarnos con múltiples variantes de códecs. Para ponerlo en perspectiva fotográfica, es como cuando decidimos si empleamos Tiff, Jpeg o PNG. Sin embargo hay un problema añadido: muchas cámaras emplean códecs desarrollados específicamente para las mismas. Esto es importante saberlo para conocer el término de la eficiencia del códec, ya que nos podemos llevar muchas sorpresas si solo miramos el bitrate.
¿Qué nos indica un códec?
Las seis especificaciones más importantes a conocer de un códec son: tipo de códec, resolución, compresión, GOP, bits y muestreo de color.
Estándares de codecs
Cada códec dispone de una serie de variantes dentro del mismo, y en ocasiones se emplean estas variantes sin nombres específicos o ciertas nuevas variantes. Existen algunos códecs sin embargo cuyas especificaciones vienen ya totalmente predefinidas. Así por ejemplo, están los archiconocidos Prores de Apple, empleados en montaje independientemente del códec con el que grabemos (algunas cámaras profesionales y grabadoras externas lo llevan incorporado), o los más empleados en cámaras de consumo AVCHD y XAVC S.
No obstante, debemos tener en cuenta que incluso con una especificación predefinida puede haber diferencias enormes de cámara a cámara. Y es que hay muchos otros factores a tener en cuenta, ya que el procesado interno del vídeo va a ser crucial para el proceso posterior de compresión.
La (poca) importancia del bitrate
El bitrate nos define los datos que se guardarán por unidad de tiempo, generalmente expresada en Mbps (megabits por segundo, no confundir con megabytes). Puede parecer a priori que una mayor cantidad de datos por segundo significa mayor calidad, pero aquí entra el factor de la eficiencia del códec, y lo cierto es que debemos comparar el material de forma directa (y sin compresión extra de Youtube o Vimeo) para realmente ver las diferencias.
Un ejemplo podemos verlo en la Panasonic GH4. Esta cámara tiene multitud de bitrates a los que podemos grabar y también varias resoluciones. Algo curioso, es que si grabamos a Full HD, podemos usar un bitrate de 200 Mbps, mientras que si grabamos en 4k, el bitrate es de 100 Mbps. Esto puede inducirnos a pensar que si el material vamos a emitirlo en Full HD, será mejor emplear dicha resolución y el mayor bitrate. No obstante, la realidad es que es mejor reescalar el 4K y emplear su bitrate inferior: obtendremos mayor calidad. Se puede observar con facilidad incluso con la compresión de Vimeo en el video de Andrew Reid.
Otro ejemplo es la Canon C100, una cámara de especificaciones muy poco llamativas y resultados realmente buenos. Emplea el códec AVCHD (MPEG-4 AVC 25Mbps 4:2:0), que nunca ha tenido buena reputación. Su calidad es tal, que las diferencias con su hermana mayor la C300 (MPEG-4 50Mbps y muestreo de color 4:2:2) son ínfimas. Incluso empleando una grabadora externa como la Atomos Ninja, las diferencias son casi nulas, aunque emplee Prores y la salida sea 4:2:2. Es más, emitiendo en Full HD su nitidez es superior a una GH4 con 4K reescalado. Es la magia del vídeo.
Por qué todo esto importa
Muchas veces al anunciarse una cámara, se anuncia su códec junto a su bitrate. Desde ahí, hay quienes hacen muchas adivinanzas, medios que buscan la carnaza comparan estas especificaciones para defenestrar a una u otra cámara, y poner a otra en el olimpo. Sin embargo, los códecs nos dicen muy poco, y el bitrate, que suele ser lo más anunciado, es lo que menos nos dice de todo. Son mucho más importantes el muestreo de color y la profundidad de bits, ahí las diferencias de calidad son absolutas e indiscutibles, en el bitrate, dependemos del códec y el uso que haga la cámara del mismo: es dependiente de cada caso particular.
No significa esto que sean inútiles. Y es que donde realmente importan es en la etapa de etalonaje. Aquí, el muestreo de color y los bits son esenciales, así como el tipo de códec. Es habitual como indicaba anteriormente el uso del Prores en esta etapa, y es que aunque grabemos con un códec muy inferior en especificaciones, ello nos dará un mayor espacio para la alteración y modificación de los colores.
Otro motivo por el que importa es para que no te vendan la moto. Es algo enormemente complejo, una Panasonic GH2 y una Canon C100 ambas emplean AVCHD, pero las diferencias son abismales en el uso que hacen del mismo. Cuando se trata de cámaras de fotos, sean DSLR o CSC, hay tantos factores, de los que hablaremos en próximos capítulos, que alteran la calidad de nuestra imagen final que el códec realmente pasa a ser bastante secundario. Y es que existen motivos por los que las cámaras de vídeo son tan caras, y éstos no se ven en las especificaciones.
Hay una enorme cantidad de gente estudiando audiovisuales hoy en día. Y algo común, es ver como se emplean las cámaras de fotos como cámaras de vídeo, incluso mucha gente gasta a lo largo de pocos años mucho más dinero en dichas cámaras, que nunca terminan de contentarles, de lo que puede costar una videocámara profesional. Y por ello este especial, porque amigos: una cámara de fotos no es una cámara de vídeo aunque pueda resolver la papeleta. Para pequeñas producciones indie, o como cámara B, son una buena idea, pero poco más. A lo largo de este especial iremos viendo por qué, y como las especificaciones en vídeo son de lo más engañosas.
En Xataka Foto | El vídeo en cámaras DSLR
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