Alejándonos de las típicas fotografías de tipo editorial existen una multitud de oportunidades en las que podemos desarrollarnos como incipientes fotógrafos de moda. Uno de esos lugares son los desfiles de modelos, y hoy os daré seis claves que he aprendido cubriendo mi primer desfile de modelos para la revista online Chapelle Magazine.
El backstage, un lienzo en blanco
El primer punto y el más importante para mí es que siempre que podáis en cualquier evento, pidáis permiso para fotografiar el backstage. Mientras que el desfile es un camino que las modelos recorren y en el que hay que estar muy atento para fotografiar el conjunto, en el backstage es donde podremos poner nuestro toque personal para lograr unas fotografías tras los bastidores con personalidad.
Por eso, aunque la idea sea fotografiar el desfile de modelos, conseguir fotografiar los camerinos, el vestuario aún colgado y a los profesionales maquilladores, peluqueros y modistos puede ser lo que nos diferencie. Para ello, lo lógico es ponerse en contacto con el organizador del evento y pedir permiso.
Peinando, maquillando, vistiendo
Mientras las chicas se preparan las veremos cómo las maquillan, las peinan y las visten. En ese proceso no solo tenemos que fotografiar a las modelos, sino también a los profesionales que ralizan estas labores. Muchos de ellos no tienen fotografías en su ámbito de trabajo o no tienen muchas, por lo que aunque el grueso de nuestras fotografías muestren a las modelos, retratar a los profesionales que están trabajando en ese momento es una muy buena opción.
Obviamente será mucho más difícil fotografiar al equipo técnico ya que si bien las modelos se quedan quietas, un maquillador está constantemente moviéndose porque está trabajando sobre una modelo y necesita ajustar multitud de cosas. Por eso, nuestra mejor oportunidad será cuando se quede quieto para hacer algún ajuste.
Habla con los profesionales y las modelos
Conseguir entrar al backstage es importante porque nos dá la oportunidad de conocer a todo aquel implicado en la producción del desfile. Esta es una oportunidad de oro para extender nuestro 'networking', permitiéndonos conocer a profesionales con los que podríamos colaborar en un futuro.
Las modelos por lo general pertenecerán a una agencia y no nos será difícil contactar con ellas, pero si no contamos con el contacto del equipo técnico, después tendremos que investigar para poder contactar con ellos de nuevo. Puede que después no quieran colaborar en proyectos de un fotógrafo novel, pero nunca se sabe.
Naturalidad ante todo
Para unas fotografías 'making of' normalmente no recomiendo hacer posar a nadie excepto a las modelos, las cuales ya tienen interiorizados ciertos gestos que quedan muy naturales. Por eso, la regla de oro en el backstage es hacer como que el fotógrafo no está. Las mejores imágenes del equipo técnico son aquellas en las que se les ve trabajando, concentrados en sus tareas.
Por ello, lo mejor será no avisar ni pedir permiso e insistiremos en deshacer cualquier pose que nos ofrezcan en pos de la naturalidad. Tenemos que ser como un colibrí. Llegamos, encuadramos, enfocamos, disparamos y nos vamos.
Busca la seguridad en el desfile
Oh, ¿se te acaba de ocurrir que puedes probar una opción que nunca has usado para ver cómo queda la iluminación con tu flash? Ya puedes ir olvidándote de ello. El peor momento en el que arriesgar es en el momento del desfile. En serio, ponerte a probar opciones que no has usado nunca o cambiar los parámetros puede ser fatal si quieres fotografiar todos los conjuntos que van a desfilar.
Debemos buscar que todas las fotografías vayan a quedar bien o que al menos podremos retocarlas para conseguir el resultado que necesitamos. Por eso, lo mejor es encuadrar con bastante aire para poder recortar a posteriori, e iluminar lo mejor que podamos a la modelo con el conjunto para intentar ajustar la menor cantidad de elementos posibles.
El postprocesado express
Por supuesto, cuando fotografiamos este tipo de eventos, cuanto antes tengamos las fotografías retocadas y exportadas, mucho mejor. Para ello mi recomendación es usar un 'método de embudo', pasando de los ajustes generales a los más detallados por pasos.
El primer lote debe comprender todas las fotografías con ajustes generales de exposición y color. Para ello y en cuanto lleguemos en casa, ajustamos brillo, contraste, temperatura de color, saturación y ya aplicamos ajustes que no cambiaremos como el perfil del objetivo de la cámara para corregir deformaciones (en caso de que tiremos a distancias angulares) así como la máscara de enfoque.
Mientras esperamos la lista definitiva de fotografías podemos ir ajustando algunos parámetros foto por foto, ya que aunque muchas de estas fotografías no nos las pedirán, seguro que hay buenas fotos que queremos compartir en redes sociales o con sus protagonistas.
El segundo lote comprende la selección que la organización considera mejores y que requieren de un procesado fino. Podemos proceder a aislarlas a través de una selección rápida o algún tipo de filtro para que no nos interfiera con el total de las fotografías que hemos tomado. Aquí ya se hace casi obligado el uso de las curvas así como de los ajustes locales como filtros de degradado o radiales, así como el ajuste fino de todos los parámetros que hemos visto antes.
Lo suyo es que el segundo lote de fotografías acabe directamente en la publicación o en las redes, pero como no vivimos en un mundo ideal, tendremos que ir refinando y detallando el procesado a través de los comentarios de la organización.
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Fotografía de portada | Daniela Parada para Chapelle Magazine.Fotografía de Daniel Jiménez