Ya el otro día os hablábamos de que hay gente que mete su cámara en un congelador para disminuir el ruido de las fotografías. Por lo visto, meter la cámara en el congelador no parece ser tan efectivo como nos intentan vender, y puede que nos la carguemos.
Así que hemos estado indagando por Internet, y parece que el hecho de refrigerar los sensores de las cámaras fotográficas no es nada nuevo. Es una técnica bastante extendida en astrofotografía, donde las exposiciones suelen ser de varias horas y es ahí donde más se calientan los sensores de las cámaras y empieza a aparecer el ruido.
En la época de la fotografía analógica, no existía este problema, el tiempo de exposición no afectaba en absoluto a la calidad de la toma final. Sin embargo, las cámaras digitales tienen el problema de que sus sensores, al ser electrónicos se calientan cuando llevan un tiempo funcionando. Este calor se traduce en forma de ruido en las fotografías.
Steve Castle
En un uso normal de la cámara, el calor no será mayor problema, puesto que éste funciona durante décimas de segundo unas pocas veces por minuto (depende de qué situaciones). Aún así, es más que evidente que es recomendable refrigerar el sensor en astrofotografía si queremos mejorar nuestros resultados.
De esto, parece que las marcas aún no se han dado cuenta, y no hay ninguna cámara réflex de uso común con un sensor refrigerado. Aún así, los usuarios se las han ingeniado y existen varias soluciones en este aspecto. Una de ellas es la de refrigerar la cámara externamente con un disipador; y otra es la de abrir la cámara, quitar el filtro de infrarrojos, montar un disipador sobre el sensor, y refrigerarla.
En el caso de hoy, vamos a hablaros del primer caso, que es más sencillo y no invalidará la garantía de nuestra cámara.
Lo primero que tendremos que hacer, será agenciarnos con un disipador + ventilador de un ordenador. Una vez que los juntemos, tendremos que hacer un interruptor que nos permita encenderlo y apagarlo. Para ello, le conectaremos 8 pilas de 1,5 V en serie y haremos que funcione.
Posteriormente, tendremos que hacernos una caja de aluminio de un grosor muy fino que nos permita meter dentro nuestra cámara. Además, tendremos que hacer un agujero tan grande como la bayoneta, así podremos insertar cualquier objetivo sin mayor problema.
Si queremos mejorar aún más nuestro resultado, podemos añadir un pequeño disipador con ventilador incorporado, que quedará justo a la izquierda de la pantalla de nuestra cámara.
Posteriormente, recubriremos la caja de poliuretano y esto nos ayudará a mejorar la refrigeración de la misma.
Como podemos ver en la siguiente gráfica, partiendo de una temperatura ambiente de 25 ºC, conforme pasa el tiempo, la temperatura del sistema baja bastante, lo que confirma la efectividad del sistema.
Para todos aquellos que probéis el invento, podéis decirnos vuestras experiencias y resultados en los comentarios.
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