Cuando te compras una cámara réflex, sabes que te estás atando a un sistema. Si en algún momento deseas cambiar de marca de cámara, deberás malvender todos tus objetivos, flashes y accesorios, para comprar otros nuevos. De un modo similar, al comprar un objetivo te estás atando a una combinación específica. Por mucho que más adelante te atraiga un objetivo determinado, no lo comprarás si no complementa bien a los que ya tienes, o si su longitud focal se solapa con tu equipo actual. Aunque los quieras tener todos (ya nos conocemos…), por lo general nos tocará ajustarnos a un presupuesto y ser selectivos.
Elegir bien un objetivo es más importante que elegir la cámara, pero es que además debemos considerarlo como una pieza más del equipo completo que tenemos en mente, y no como una adquisición aislada. Veamos cuales son las combinaciones de objetivos que mejor se adaptan a los gustos de cada fotógrafo, y los inconvenientes y ventajas de cada una:
Un par de zooms, como eje del equipo
Ésta es posiblemente la combinación más popular, y la que más gente usa, pero no por ello necesariamente la mejor. Ésta es la combinación a la que nos dirigimos al comprar los objetivos en un kit con la cámara. Dividir el rango focal más usado, desde el angular hasta el teleobjetivo, en dos zooms, cuenta con la ventaja de que ninguno de ellos tendrá que tener más de 3 o 4 aumentos. Gracias a esto, ambos objetivos podrán ser relativamente económicos, ligeros, compactos, luminosos, y con un buen rendimiento óptico.
Uno de los zooms puede ir desde una focal angular hasta la de teleobjetivo corto, y el otro desde la focal de teleobjetivo largo hasta 200mm o 300mm. Dependiendo de los modelos concretos, tal vez se nos quede un espacio sin cubrir entre ambos, por ejemplo entre 50mm y 70mm, pero esto no tiene por qué ser relevante. Esas longitudes focales intermedias no suelen suponer grandes cambios en el ángulo de visión ni en la perspectiva, y pueden salvarse con un par de pasos del fotógrafo hacia delante o hacia detrás. Si optamos por zoom angular con más aumentos, cubriremos ese hueco, pero sacrificando luminosidad o calidad de imagen.
Yo encuentro esta combinación especialmente útil si buscamos un zoom angular estándar luminoso, que nos sirva tanto para paisajes, como para fotografía social o de reportaje, como para retrato. Objetivos como el Tamron 17-50mm f2.8 (para Canon, Nikon, Sony y Pentax), Zuiko 14-54mm f2.8-3.5 (para Olympus y montura Cuatro Tercios), o cualquiera de los tradicionales 24-70mm f2.8 de Canon, Nikon o Sony (para cámaras de sensor completo), nos darán un resultado excelente. En cuanto al teleobjetivo zoom, hay muchos y muy buenos, que alcanzan hasta los 200mm o 300mm. Si te puedes permitir buscarlo estabilizado o luminoso (f2.8 o f4), le sacarás mucho más partido.
Más adelante podremos ampliar nuestro esquema de dos piezas con algún zoom angular extremo como el reciente Tokina 11-16mm f2.8, o incluso algún ojo de pez, como el Peleng 8mm f3.5 o el Tokina 10-17mm f3.5-4.5. Si tus zooms no son luminosos, tal vez puedas plantearte también un objetivo de focal fija macro o uno más luminoso para retratos, aunque posiblemente no le des mucho uso si tienes un zoom f2.8.
Tres zooms, ni uno menos
Esta configuración, algo más cara que la anterior, puede ser la más apropiada para quienes le dan mucho uso a los angulares extremos, y quienes para su objetivo zoom estándar prefieren focales largas que angulares. También para quienes, por ser muy amantes de la fotografía de naturaleza, prefieren tener un teleobjetivo de largo alcance dedicado. Este esquema tal vez nos obligue a cambiar más de objetivo, pero nos permite tener objetivos más específicos para ciertos usos. También puede ser la opción idónea para quienes combinan el uso de cámaras de sensor completo con cámaras de sensor APS-C, pues podrán tener cubierto casi todo el rango focal en ambos sistemas al mismo tiempo.
El eje de esta configuración suele ser un 24-70mm f2.8. Podemos elegir entre los modelos más caros de los principales fabricantes (Canon, Nikon, Carl Zeiss), o entre modelos más económicos de terceros fabricantes, como el popular Sigma 24-70mm f2.8. Por encima podemos usar cualquier teleobjetivo que comience a partir de 70mm y, por debajo, algún zoom angular extremo. En esta última categoría es muy popular el Tokina 12-24mm f4, y también el Sigma 12-24mm f4.5-5.6, que pese a ser más caro y voluminoso, cuenta con la ventaja de servir para cámaras de sensor completo, ofreciendo en ellas un impresionante ángulo de visión.
El todoterreno como pieza clave
En los últimos años, los objetivos todoterreno se han puesto más de moda que nunca. Estos objetivos, que suelen costar unos 300€ en sus versiones estándar y unos 450€-600€ en sus versiones estabilizadas, abarcan un amplio rango focal, desde el angular al teleobjetivo. El teleobjetivo puede ser el gran amigo de aquellos que quieren llevar la mochila ligera, pero eso no significa que, como comúnmente se cree, sirva para cualquier fotografía. Un objetivo todoterreno cubre un amplio rango focal, pero no sin inconvenientes: escasa luminosidad, lentitud en el enfoque, distorsiones en la posición de angular, y una calidad de imagen muy justita en la posición de teleobjetivo.
Junto a los populares 18-200mm de casi todas las marcas, algunos modelos destacan por tener un aún mayor rango focal. Si hay un todoterreno que destaque por ese motivo actualmente es el Tamron 18-270mm f3.5-5.6 VC, disponible para Nikon y Canon, y próximamente para Pentax y Sony. Los usuarios de Olympus lo tienen más complicado si optan por este esquema de objetivos, por disponer exclusivamente del Zuiko 18-180mm f3.5-6.3 que, por el factor de recorte de los sensores del Sistema Cuatro Tercios, tiene un angular insuficiente. Los usuarios de cámaras con sensor completo podrán optar por los tradicionales 28-300mm, generalmente más antiguos, grandes y pesados.
Dadas las limitaciones de estos objetivos, muchos de los aficionados que opten por esta configuración terminarán completando su objetivo principal con uno o dos objetivos más. Lo más común es necesitar alguna focal fija luminosa, útil especialmente para retratos, pero con muchas más utilidades. Para esto lo tendrán más fácil los usuarios de Canon o Nikon, que incluyen en sus catálogos sendos 50mm f1.8, muy sencillos y económicos, pero de gran calidad óptica. Otra alternativa puede ser un 50mm f1.4 (fabricados por Pentax, Sony, Nikon y Canon), o el Sigma 30mm f1.4 en el caso de Olympus. También habrá quien complete su equipo con un tercer objetivo angular extremo, para usarlo en circunstancias muy específicas.
Para amantes de las focales fijas
Por lo general, los objetivos de focal fija ofrecen una calidad de imagen fuera de toda duda, con menos problemas y distorsiones que los objetivos zoom. Además, suelen ser más luminosos que los zooms del mismo precio, y su uso suele ser una experiencia muy grata para el fotógrafo, por exigirle una mayor atención hacia el encuadre buscado. Incómodos para quienes prefieran girar el anillo del zoom a dar unos pasos o cambiar de objetivo con mayor frecuencia, son una opción contemplada por muchos fotógrafos.
Los usuarios de Canon y Nikon dispondrán de un catálogo más amplio de estas ópticas. Los que usen Pentax contarán con una enorme ventaja, y es la compatibilidad con muchos objetivos de focal fija manuales, que aún se encuentran bien conservados a buen precio. En cualquier caso, la mayoría de estos objetivos son muy compactos y discretos, por lo que son fáciles de llevar a cualquier sitio, e idóneos para la fotografía callejera.
Lo más común será comenzar a configurar el equipo con un 50mm, para más tarde completarlo por arriba y abajo con un 24mm, 28mm, 35mm, 85mm, o 135mm, dependiendo de los gustos personales. Eso sí, todos aquellos que no usen cámaras de formato completo se encontrarán con dificultades para cubrir las focales angulares, ya que no hay muchas opciones por debajo de 28mm, y aún menos por debajo de 24mm. Los usuarios de cámaras APS-C Nikon están de enhorabuena, por el reciente lanzamiento de un Nikkor 35mm f1.8 DX a un precio bastante contenido.
Antes de aventurarte a comprar un objetivo, o a pedir consejo sobre algún modelo concreto, plantéate qué tipo de fotografía quieres hacer. ¿Te centrarás en algún tema específico, o harás fotos de casi todo? ¿Necesitas que tu mochila pese poco? ¿Quieres hacer fotografías con calma y no necesitas cubrir todo el rango focal de los 8mm a los 300mm? ¿Qué focales usas más? ¿Te importa cambiar de objetivo con frecuencia? Una vez respondas a estas preguntas, verás como el abanico de posibilidades se va estrechando hacia dos o tres modelos, como mucho, con similares características, entre los que decidir ya no es, ni tan complicado, ni tan relevante.
En Xataka Foto | Curso de fotografía: 7. Tipos de objetivos
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