Promoción del arte sigue ofreciendo material para fotógrafos enfocados al sector artístico, en esta ocasión pone al alcance de todos una guía que formó parte del taller que Castro Prieto y Chema Conesa impartieron hace unos meses. En dicho curso quisieron promocionar el trabajo de jóvenes autores guiándoles en el desarrollo de sus proyectos personales.
La guía para proyectos fotógrafos recoge, en apenas menos de 20 folios, los puntos claves para que un fotógrafo pueda dar salida a su obra. Ya hemos hablado en diversas ocasiones sobre los distintos formatos con los que podemos presentar nuestras series fotográficas, los cuales vienen también señalados en el pdf que se ha puesto a disposición del público en la red.
[...] la Guía para proyectos fotográficos, escrita por Juan Manuel Castro Prieto y Chema Conesa, se ofrece como una herramienta más para el ámbito de la fotografía, una publicación donde se exponen diversos aspectos sobre los que reflexionar a la hora de abordar el desarrollo o puesta en marcha de un proyecto fotográfico.
A través de conceptos como el desarrollo de una idea, las preguntas que nos hacemos sobre el soporte fotográfico que queremos generar y el soporte formal materializado en fotolibro, portfolio e internet, se explican de manera concisa dichos aspectos que, a nivel general, pueden ayudarnos a comprender mejor cómo un fotógrafo gestiona su trabajo y cómo nosotros también podemos abordarlo.
La guía está disponible a través de la web del Ministerio de Cultura y ofrece textos tan interesantes para tener en cuenta como los que adjuntamos a continuación. Por ejemplo sobre la diferencia entre elegir trabajar en analógico o en formato digital. O sobre cuestiones tan obvias que no todo el mundo tiene en cuenta a la hora de presentar un portfolio.
Digamos que de alguna forma la fotografía digital obliga de alguna manera a intervenir en postproduc ción de forma más activa que si empleamos la fotografía analógica, puesto que esta ya nos da claves estéticas más firmes y asentadas según cada producto empleado. Aun así, es evidente que también la fotografía analógica termina atravesando una digitalización en el proceso de difusión, por lo que también es factible de intervención a posterior.
No es conveniente mezclar géneros fotográficos en el mismo portfolio, no vale mezclar reportaje, retrato, paisaje y desnudo o moda como en paella. Funciona mucho mejor enseñar una o dos vertientes del trabajo en fotos o folletos separados y claramente diferenciados.
Todo ello para terminar con un párrafo muy significativo sobre que lo complicado es el hecho de tener algo que decir, que en conclusión es ese discurso que separa a los que simplemente hacen fotos de los que exponen en lugares de relevancia porque han creado una teoría que funciona.
En definitiva, todos somos capaces de fotografiar, lo que es más complicado es tener algo que decir sobre cualquier tema de forma relevante. En definitiva solo una mente interesante puede producir fotografías interesantes, y solo alguien con voz propia puede desarrollar un proyecto continuado.
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