Uno de los vicios que tenemos los daltónicos cuando retocamos, es el abusar de la saturación y querer dominar el color. A veces, nos pasamos. Sin embargo, no es algo exclusivo de los daltónicos, en general, es algo muy habitual en cualquiera que comienza en la fotografía y más en aquellos que comenzaron su andadura en la era digital, principalmente.
También las diversas modas procedentes de determinadas acciones para Photoshop o Instagram, filtros o plugins varios han hecho que la gestión de color llegue a extremos poco dados a lo razonable. Para evitar esos problemas existen muchas herramientas que son usadas, no solo por fotógrafos daltónicos, como yo, sino por muchos profesionales de la fotografía, que necesitan, buscan o quieren un cierto nivel de exactitud en el color.
Balance de blancos y temperatura de color
Hace tiempo, mi compañero Rodrigo Rivas, nos contaba lo siguiente: El archivo RAW es un archivo que llamamos “negativo digital” por contener en él toda la información que recibe el sensor (en bruto). Posterior a esto nosotros mediante un proceso de revelado digital nos encargamos de ajustar parámetros, para dar a ese archivo las características propias de un archivo de imagen como tal (profundidad de color, espacios de color, extensión, ... etc).
Uno de los mitos que ha generado este archivo es del no ajustar cosas tan básicas e importantes como lo eran en la fotografía química y es que la frase de <em"Ya lo ajusto luego en el RAW", es cada vez más repetida. Entendiéndolo como que en el RAW podemos hacer todo, podemos hacer muchas cosas pero no todo.
Uno de esos puntos que hemos dejado olvidados, por así decirlo, en la toma ha sido el famoso White Balance o Equilibrio de Blancos. Y es que, parece ser que el ajuste que realizamos al revelar nos hace olvidarnos de esto.
¿Además tenemos claro qué es la temperatura de color? Podemos también definir la temperatura de color como la sensación que percibe el ojo humano ante una luz, siendo cálida si predomina el color ámbar o fría si predomina el azul. Como tal percepción es subjetiva. ¿Quién dice que no sois vosotros los equivocados y los daltónicos los que vemos el mundo como es?
Balance de Blancos automático y modos preestablecidos.
Al principio. Cuando estás aprendiendo. Cuando todavía no te metes a editar y apenas tocas tus fotografías. Déjalo en automático. Es lo mejor. Si hace sol, usa el modo soleado, si está nublado preajusta el balance de blancos en modo nublado, ... etc.
Pero en esta fase, no hagas más. Con esto te evitarás muchos problemas. Después de todo la cámara es la que capturará los colores y no tú. Además, así, siempre puedes echarle la culpa a la cámara.
Carta de Grises
Pasada esa fase inicial, para daltónicos y no, algo tan básico como una carta de grises debería formar parte de tu equipo. Y es que como apuntaba antes y en el capítulo anterior la percepción del color varía en función de muchos parámetros.
Este tipo de tarjetas, conocidas comúnmente como tarjetas de gris neutro al 18%, reflejan, gracias a su material, el 18% de la luz que reciben, lo cual nos facilitará ajustar posteriormente el tono/temperatura de la luz en la edición posterior.
Para realizar el balance de blancos de forma "aproximada" debemos realizar una fotografía a la tarjeta en las mismas condiciones de iluminación que la escena que quisiéramos fotografiar a continuación.
Esto nos permitirá, a posteriori, editar la fotografía y ajustar el balance de blancos con la correspondiente herramienta de "Equilibrio de Blancos" existente en la mayoría de softwares de edición, cuyo funcionamiento común consiste en seleccionar dicha herramienta y hacer clic en la zona de la tarjeta gris.
Carta de color
Cuenta, Hugo Rodríguez, quizá quién mejor conoce este asunto en nuestro país, que "las cartas de color son una herramienta imprescindible para todo fotógrafo que busca una gran fidelidad en la reproducción del color y de la gama de grises, como bien saben los fotógrafos más expertos."
Este tipo de cartas se fotografían en las mismas condiciones de iluminación que la escena que queremos fotografiar, al igual que las cartas de grises (de hecho, incluyen varios grises) y nos permitirán crear un perfil de color específico para un determinado software de edición. De tal forma que lo que fotografiemos se ajuste con bastante exactitud a lo que después editamos. En mi caso, uso una sencilla XRite Color Checker Passport. La utilizo en todas mis sesiones y su uso es tan sencillo como realizar una fotografía al lado del sujeto con cada esquema de iluminación antes de comenzar. Esto me permite generar después en Lightroom in perfil de color específico para esas condiciones de luz.
Color Blind Asistant
Sin embargo, ser daltónico y querer corregir un color en concreto puede ser un dolor de muelas auténtico. Por eso, una herramienta como Colorblind Assistant puede facilitarte la vida. Disponible en Linux, Windows y Mac, esta pequeña aplicación queda sobre el escritorio como una pequeña ventana flotante que indica en todo momento el color RGB de la posición en la que se encuentra el puntero del ratón.
Esto permite, por ejemplo, que un daltónico severo pueda así identificar que su macro tiene una clara dominancia del verde y corregir dicha dominante, disminuyendo la saturación de dicho color, por ejemplo. En mi caso no la uso, pero mi tío que es mucho más daltónico, desde que la descubrió es plenamente feliz.
Spectrum para Chrome
Si no sois daltónicos o si lo sois pero queréis ajustar vuestra pantalla, mejor dichos, vuestro navegador Chrome para ver fotografías como un daltónico o bien para verlas como una persona normal, al igual que Photoshop tiene ciertos modos para esta deficiencia visual, existe una extensión para Chrome, llamada Spectrum que nos permite cambiar los colores según diferentes grados de daltonismo.
Resumiendo
Ya no tienes excusa para no hacer una, por lo menos, correcta gestión del color en tus fotografías. Tienes a tu disposición éstas u otras muchas herramientas que te ayudarán a lograr una mayor fidelización en el color de tus fotografías.
En Xataka Foto | Fotografía y Daltonismo