El portfolio es una de las herramientas de trabajo dónde el fotógrafo tiene que invertir en creatividad y originalidad, ya que es la representación de lo que sabe hacer y cómo lo hace. Si estás planeando dar el paso hacia el sector fotográfico profesional o buscas llegar a nuevos clientes, tienes que crear un porfolio con tus fotografías y tener en cuenta algunas cosas para tener éxito con él.
Planifica el portfolio
Antes de empezar a poner fotografías dentro de una carpeta, es importante un poco de planificación. Detente un momento a pensar hacia dónde va enfocada tu búsqueda de clientes y cuál es el tipo de fotografía que mejor sabes hacer.
Un portfolio tiene que ser fuerte y constante en la calidad; identifica cuáles son tus puntos fuertes y busca las fotos que reflejen tu saber hacer. Pregúntate cuándo has estado más cómodo haciendo fotos, cuáles son las que más te gustan y las que más han gustado a los demás. Pero ojo en este último punto, piensa que a mi madre le gustan todas las fotografías que le enseño, tienes que ir un poco más allá y buscar referencias reales como otros profesionales con los que compartas cosas o alguno de tus profesores.
Respondiendo a estas preguntas tienes que localizar en qué tipo de fotografía eres mejor: moda, social, artística, bodegones de producto…, y empezar a seleccionar fotos hechas dentro de esas categorías. Crear un portfolio sobre la disciplina que te da más seguridad, trasmitirá confianza al cliente que tiene que contratarte.
Cómo montar tu portfolio
En esta época digital, está claro que los portfolios on-line y las presentaciones en dispositivos como las tabletas han comido mucho terreno a la carpeta dónde clasificar y mostrar nuestro trabajo impreso. Pero no hay que despreciar el portfolio en papel, ya que nos permite pasar a un plano mas físico de la fotografía, mostrar las cosas a un tamaño mayor e incluso dejarlo al cliente para futuras revisiones.
Si vas a montar tu primer portafolio en papel, tienes que pensar en algunos detalles para presentarlo con garantías de éxito:
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El tamaño sí importa, antes de comprar una carpeta, haz alguna prueba de impresión en diferentes tamaños para saber cuál es el que mejor se adapta a tus fotografías. También piensa que creas el portfolio para moverlo, las carpetas de portafolio demasiado grandes son pesadas y puede llegar a crecerte el brazo de caminar con ellas. Bromas aparte, los portfolios grandes son difíciles de sujetar en las manos y mirar al mismo tiempo, tienes que apoyarlos y, una vez abiertos, ocupan el doble de espacio, dando pie a alguna situación incomoda delante del cliente.
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La carpeta es el envoltorio de tu trabajo, una mala carpeta puede estropearlo, en cambio, una carpeta adecuada proporciona una buena primera impresión. Cuando hablo de una carpeta adecuada, no sólo me refiero al aspecto exterior, también a la posibilidad de hojas intercambiables o que las fundas de plástico brillen poco para evitar reflejos. Podéis encontrar estas carpetas en algunas tiendas de fotografía, pero si queréis estar seguros de poder elegir, las tiendas de bellas artes suelen tener más surtido. Para los que quieran invertir un poco más, yo recomiendo cualquiera de las carpetas fabricadas por Pina Zangaro.
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Causa un buen efecto inicial, la primera foto siempre es la más importante, que sea la mejor o la que pienses que más llamará la atención del que mira.
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Todas las fotografías de tu portfolio tienen que contar algo, prepárate para dar algún detalle de cada una de ellas: para qué cliente eran, qué efecto buscabas, qué uso comercial se le puede dar? Con el diálogo, surge la posibilidad de sacar impresiones del que mira el portfolio.
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Datos de contacto, cuando haces un portfolio tienes claro que es tuyo, pero también tiene que quedarle claro al posible cliente. Pon, de manera bien visible, tus datos de contacto o, incluso, un pequeño perfil para que sepan cómo eres.
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El diseño es importante, intenta unificar. Si las fotos tienen margen, mantén siempre el mismo, intenta que el fondo no vaya cambiando de color y, si haces hojas con composiciones, procura que sean ordenadas y permitan detenerse en cada una de las fotografías.
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Un gran final es importante, intenta poner una foto que te dé pie a continuar con la reunión y que el portfolio quede abierto sobre la mesa.
Un portfolio tiene que tener vida, no es solo montar las hojas una vez y listo. Aprende de las reacciones de los posibles clientes para modificar el portfolio y no te olvides de actualizarlo con cada nuevo trabajo.
Empezar un portfolio desde cero
Todo el mundo tiene claro que las mejores páginas de un potfolio son las que muestran los trabajos realizados para otros clientes, pero si estás haciendo un portfolio para tener tu primer trabajo, está claro que no tienes fotografías de trabajos realizados y tendrás que suplirlas con imaginación y creatividad.
Los fotógrafos que buscan su primer trabajo para poner en un portfolio pueden sufrir el abuso de gente que se cree más espabilada y les proponen que les hagan las fotografías gratuitamente con el estímulo de ir llenando su portfolio y así conseguir más clientes. Ante esta propuesta, cada uno decide, pero yo pienso que sólo hacer fotos no paga facturas. Únicamente cuando cobras por ello, puedes llegar a desarrollar una carrera profesional.
Pero si estás dispuesto a trabajar gratis, hazlo para gente en tu misma situación, gente que empieza y que valorará la posibilidad de tener unas buenas fotos. Por ejemplo, si te interesa la fotografía de moda, busca gente que haya terminado los estudios hace poco, que también se esté moviendo e invirtiendo en sus diseños y que le interese tener unas buenas fotos. Cada vez que muestren su trabajo, mostrarán el tuyo y viceversa.
Cantidad versus calidad
La gran pregunta es siempre saber cuantas fotografías poner en un portfolio. La respuesta es difícil, ya que hay clientes que necesitan ver pocas y otros quieren ver muchas, porque valoran la cantidad como experiencia. Mis portfolios en papel siempre presentan 20 fotografías, cuidadosamente seleccionadas para intentar mostrar la calidad y acertar con lo que el cliente espera. Como complemento, tengo portfolios en PDF con muchas más fotos para los que quieren ver más trabajos.
Conclusión
Tener un portafolio es exponerse uno mismo a las críticas y a los halagos. Intentad aprender con cada uno de los NO que os den y no creáis que un SI es haberlo conseguido todo. Pensad que sólo se pueden hacer tortillas, rompiendo antes los huevos.
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