Hace algunas semanas os dábamos una serie de puntos importantes para el revelado químico de fotografías en casa, concretamente para el revelado en blanco y negro que es el que he tenido la oportunidad de experimentar y disfrutar enormemente. En esa escueta entrada dábamos una pasada sobre elementos muy importantes sobre el revelado pero donde no pudimos profundizar. Hoy estrenamos una serie sobre estas claves en la que empezamos con el espacio: el laboratorio de revelado.
El tamaño sí importa
Aunque hay fotógrafos que se apañan a revelar negativos e incluso sacar copias en el cuarto de baño de su casa, está claro que cuanto más grande sea la habitación en la que revelemos, mucho mejor. Aunque hay formas de apañarse en un cuarto pequeñito, lo ideal sería de disponer de dos mesas o tablones suficientemente grandes para poder dividir nuestro laboratorio en zona seca y zona húmeda.
En mi caso, he trabajado en una habitación suficientemente amplia como para poder instalar un caballete de obra y un tablón de aproximadamente dos metros. En ese amplio espacio he podido instalar la ampliadora y las cuatro cubetas de revelado: revelador, baño de paro, fijador y cubeta de enjuagado.
El tanque de revelado y sus químicos los he ubicado en una pequeña mesita con trapos absorbentes o papel de cocina. La razón es la falta de espacio en el tablón principal y porque durante el revelado de negativos, los químicos chorrean y podrían estropear el contenido de las cubetas de revelado de copias. Si lo viesemos en planta, quedaría tal que así...
Zona húmeda y zona seca
Como habréis podido imaginar, la distribución clasica de 'zona húmeda-zona seca' dista mucho de ser la ideal, básicamente porque la ampliadora es imposible ponerla en otra parte al no contar con más mesas ni tablones de momento.
Esta distribución no significa que no sea una distribución práctica porque es posible exponer y revelar una copia sin moverse del sitio. La parte negativa llega cuando cogemos un poquito de habilidad, ya que la contaminación lumínica de la ampliadora nos impedirá por lo general tener más de una copia revelando.
El sellado a la luz, capital
Otra de las grandes preocupaciones es el sellado a la luz de nuestro laboratorio. En mi caso, mi laboratorio no tiene una puerta que cerrar, por lo que he tenido que recurrir a una tela tupida, opaca y pesada similar a la que emplean en los ventanales de los hoteles para aislar la habitación.
Poniendo dos capas de tela y haciendo el apaño con velcro para conseguir que la tela se pegue lo máximo posble al marco de la puerta, ha sido posible conseguir una habitación aislada de la poca luz ambiental del exterior, y tanto los negativos como las copias han salido perfectas. Las soluciones caseras suelen ser más complejas, pero mucho más baratas y personalizables.
En XatakaFoto | 6 claves para el revelado de negativos y copias en casa
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