Pocas cámaras han sido capaces de marcar una línea en el mercado como la Olypus Pen. Primero en 1959, con la aparición de la primera Pen y, en el 2009, con la aparición de la Olympus Pen E-P1. Cincuenta años de historia de una cámara pensada para ahorrar espacio y dinero y que conoceremos a través de la Olympus Pen D, un modelo que representa todos los valores del concepto Pen.
Yoshihisa Maitani y el concepto Pen
Ya hablamos de Yoshihisa Maitani en el artículo sobre la Olympus OM-2, pero es imposible hablar de la Olympus Pen y no citarlo, ya que esta cámara fue su primer gran diseño y toda una obsesión por un concepto: el de la Pluma (Pen).
Yoshihisa Maitani quería una cámara que fuera como una pluma estilográfica, capaz de llevarla en el bolsillo, fácil de usar, con calidad y a un precio bajo. Para sacarla en cualquier momento y tomar una fotografía en lugar de tener que apuntar nada. Algo que ahora muchos hacemos con las cámaras de los móviles.
La Olympus Pen tuvo un parto difícil debido al nivel de exigencia que Maitani se marcó. La calidad óptica fue el primer paso: quiso diseñar una lente capaz de competir con las de Leica y que costara mucho menos. Conseguir esta parte se llevo por delante casi todo el presupuesto para el prototipo, lo que obligo a crear un cuerpo de cámara muy sencillo con elementos de plástico y un contador de película que no volvía a cero cuando se abría la tapa.
En 1959 se estrenó en el mercado la primera Olympus Pen permaneciendo a la venta hasta principios de los ochenta, con veinte modelos diferentes que alcanzaron los 17 millones de unidades vendidas.
La historia más reciente y conocida es el rescate que Olympus hizo del concepto Pen, al lanzar su micro cuatro tercios con objetivos intercambiables e inspirarse en la Pen de carrete.
La Olympus Pen D3
Lo primero que os llamará la atención es el reducido tamaño de la cámara, conseguido gracias a que el cuadro de imagen es la mitad de un fotograma de 35mm., lo que se denomina mitad de cuadro o half-frame. Esto permite hacer 72 fotos con un carrete de 36 exposiciones, algo muy útil para ahorrar espacio y dinero en película. Pero todo pro tiene un contra y, en este caso, es que las fotografías tienen un poco menos de calidad, aunque casi no se aprecia en ampliaciones pequeñas.
El medio cuadro condiciona bastante el uso de la cámara, al tener la cámara en horizontal hacemos la foto en vertical y viceversa. El visor es minúsculo, pero aun así tiene las marcas para la corrección del error de paralaje.
El sistema de carga de película y arrastre no tiene ningún misterio. Justo debajo de donde se recoge la película expuesta, tenemos el compartimento de la batería para que el fotómetro funcione. Para activarlo, pulsaremos el pequeño botón justo al lado de la rueda de arrastre de la película.
La lectura del fotómetro va del 3 al 17, mostrando sólo los números impares. Para ajustar la exposición moveremos la rueda de velocidades en el objetivo y en una pequeña ventanita, entre la escala de diafragmas y velocidades, encontraréis esos mismos números.
De todos los modelos de Olympus Pen que se hicieron con visor directo, la D3 incorporaba las mejores prestaciones: velocidad de obturación hasta 1/500 de segundo, objetivo F. Zuiko con apertura de f 1,7 y un fotómetro más preciso.
Comprar una Olympus Pen
Si te ha seducido la historia de este modelo o la belleza del diseño quizás te plantees comprarte una, por lo que tendrás que tener en cuenta al menos dos cosas: si eliges el modelo por el tipo de lente, la Pen D3 es la más luminosa, pero ojo, que al ser una cámara de medio cuadro, la distancia focal de 32mm. que indica la lente equivale a un 50mm. en 35mm; y el 28mm. a un 40mm. El otro aspecto importante es el tema de las baterías, que son de mercurio y puede resultar difícil encontrarlas.
El precio de los modelos Pen varia mucho según las prestaciones de la cámara. Podéis encontrar los primeros modelos, como la Pen o la Pen S, por menos de 30 euros, modelos de la serie D y la serie EE por menos de 50 euros y los modelos más caros son la serie F, que ya tienen ópticas intercambiables, y llegan a los 150 euros.
Si buscáis una cámara pequeña barata esta es la opción, pero si el pequeño visor no os convence, siempre podéis optar por la Rollei 35, que todavía es más pequeña pero de formato completo.
En XatakaFoto | Cámaras Clásicas Fotografías | Jose Juan Gonzálvez
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