Introducirse en la fotografía de moda es un estilo exigente que necesita de tiempo y dedicación para conseguir dedicarnos profesionalmente a ella. Debido a que es un tipo de fotografía exigente y altamente competitivo, debemos formarnos y aprender todo lo posible para poder dedicarnos de lleno a ella.
Junto a la publicitaria, es uno de los tipos de fotografía que más compromiso y atención al detalle requiere, por lo que hay que estar dispuesto a estar a la última cuando hablamos de técnicas, procesos y equipos. Para ello, hoy os damos siete consejos para introducirnos en la fotografía de moda.
1. Documentación y contextualización
Para acercarnos a cualquier sector, primero debemos saber qué hay dentro. Si hablamos de fotografía de moda, es importante estudiar el contexto y las distintas corrientes que han sido importantes durante la historia. Saber de dónde venimos hará que sepamos mejor a dónde vamos.
Para ello podemos usar diferentes fuentes. Si estudiamos la historia de la moda, hay inmensos manuales y documentos que seccionan los estilos más influyentes. Cada etapa tuvo sus elementos y colores característicos, pero debemos saber identificarlos y tener buen ojo para saber qué diferencia la moda de los años 80 con la de los 90, por ejemplo.
Si lo que queremos es estar a la última, las revistas de moda son nuestro mejor aliado. Bazaar, Vogue, Elle o Vanity Fair son algunos ejemplos. Un buen ejercicio en este campo podría ser seleccionar las fotografías que más nos gusten e intentar diseccionar su estilo a través de las luces, colores y estilemas del fotógrafo o el diseñador de moda. También sirven vídeos de making of's que muchos fotógrafos publican para compartir su metodología de trabajo.
2. Con una buena base, ofrécete como ayudante
Una vez dispongamos de un bagaje iconográfico de la fotografía de moda actual, debemos buscar la experiencia. Para ello, podemos ofrecer intercambios con otros modelos para ampliar el portafolio, o podemos ofrecer nuestra ayuda desinteresada a algún fotógrafo que nos guste y al que podamos ayudar personalmente.
Trabajar personalmente con otros fotógrafos no sólo ayuda a ampliar el portafolio, sino que establece conexiones sociales que te permitirán conocer cada vez a más gente. A partir de ahí, todo se basa en seguir curioseando, aprendiendo e intentando hacer nuestras fotografías en solitario.
3. La iluminación lo es todo
Cuando hablamos de fotografía de moda, hablamos de la máxima calidad técnica en nuestro trabajo y equipo. Si disponemos de unos 200 euros, es interesante comprar con un par de flashes y algunos accesorios como beauty dish, un panal de abejas o rejillas, un softbox o un par de paraguas y realizar algunas sesiones caseras en interiores o exteriores.
Los esquemas de iluminación ya están muy manidos, pero para empezar nada está mejor que una configuración clásica como un beauty dish o usar un par de paraguas. Todo en la fotografía se basa en romper reglas y crear un estilo propio, por lo que la experimentación con las luces es capital. Haz pruebas por ti mismo, y crea una iluminación con la que te guste trabajar. Experimenta con tantos modificadores como quieras, y úsalos combinándolos entre sí hasta llegar a tu propio estilo.
4. El postprocesado no hace milagros
Todos hemos aprendido a postprocesar a través de los años en foros, videotutoriales de YouTube y la propia experiencia. Los que manejamos el programa casi en su totalidad sabemos que Photoshop es una herramienta potente, pero que no hace milagros, por lo que debemos tener en cuenta que la calidad de la sesión no debería verse malograda bajo el engaño de "ya arreglo esto en Photoshop".
Si bien es importante postprocesar nuestras fotografías porque ofrecen un acabado profesional a nuestro trabajo, no debemos subestimar que la sesión deba salir perfecta, especialmente si ya sabemos de antemano que tendremos que recortar al/la modelo del fondo o que debemos resaltar una prenda o accesorio concreto.
5. La presencia online
Como seres que vivimos en la era de la información y estamos constantemente conectados, no tener presencia online equivale a no existir. Debido a la multitud de páginas de fotógrafos aficionados que existen, no es difícil sobresalir con un trabajo mínimamente cuidado que llame la atención.
Disponer de una página de Facebook o un timeline actualizado en Instagram son factores que subestimamos y que transmiten mucho más de lo que creemos a un potencial cliente. Si además aderezamos las imágenes intercalando algunos artículos de interés sobre nuevos equipos y técnicas, nos ganaremos la confianza de quien nos vea al transmitirle que no sólo generamos trabajos constantes, sino que estamos al día de la actualidad.
6. La búsqueda de proyectos debe ser constante
Como anteriormente os he comentado, la búsqueda de proyectos es algo que debemos priorizar bajo ciertos criterios.
Es interesante que llevemos a cabo algunos proyectos personales paralelos a los meramente profesionales porque nos ayudarán a dotar de contenido a nuestra página. Ayudas a estudiantes de bellas Artes, fotografía o actores y actrices principiantes son buenos primeros pasos.
Podemos colaborar desinteresadamente con cualquiera cuando empezamos, pero debemos tener cuidado con 'clientes' que no quieren pagarnos pero quieren 'fotografías profesionales'. Ofrecer gratuítamente las fotografías a un cliente que hará dinero con nuestro trabajo es contraproducente.
Si entre todos acabamos con estos oportunistas, conseguiremos redignificar la tarea del fotógrafo profesional.
Fotografía de portada | B·tie
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