Fujifilm X-T30, toda la información, toma de contacto y muestras de la nueva evil de tamaño reducido pero prestaciones avanzadas

Tras presentar la cuarta generación del X-Trans CMOS y Processor, la firma nipona ha hecho oficial el lanzamiento del segundo modelo que incorpora esta nueva tecnología. Y, contrariamente a lo que se podría pensar (pero dando por buenos los rumores previos), no se trata de una X-Pro 3 o una X-H2 sino la pequeña Fujifilm X-T30, un modelo para entusiastas que presentan como muy versátil y apodan la “pequeña gigante”.

Y es que, como ya contamos en el análisis de la Fujifilm X-T20, este modelo presume de ser una cámara muy pequeña y compacta pero con prestaciones similares a su hermana mayor (entonces la X-T2 y ahora la X-T3) y prácticamente la misma calidad de imagen al incorporar el mismo sensor y procesador de imagen.

No es baladí que la nota de prensa de Fujifilm hable de una cámara dirigida a un amplio espectro de público, “desde los principiantes a los avanzados”, que incluye “multitud de funciones nuevas”. Entre ellas el nuevo sensor X-Trans 4 de 26,1 megapíxeles, el procesador X-Processor 4 y un nuevo sistema AF de alto rendimiento.

Pocas novedades externas

Sin embargo, el diseño de la nueva cámara es idéntico por la parte delantera y superior. Hay que coger la cámara y darle la vuelta para ver el principal cambio que es una remodelación de la parte derecha donde ha desaparecido la habitual cruceta y ahora luce un joystick, al estilo de lo que hemos visto en la familia desde que apareció en la X-T2.

Este cambio viene acompañado de un engrosamiento de la zona de goma situada en esta parte trasera y de la recolocación, justo ahí, del botón Q de acceso rápido. Esto permite un mejor agarre, aunque el grip delantero sigue siendo pequeño (no ha variado). Aparte de esto, el único cambio es un engrosamiento de los botones que ahora sobresalen un poco más (aunque es muy difícil apreciarlo). El cuerpo sigue siendo compacto y ligero (solo 383 gramos) y la pantalla LCD trasera es ahora 1,3 mm más fina y promete una reacción táctil mejorada.

Por lo demás, externamente interesa saber que además de los colores que ya lucía la X-T20 (negro y negro más plata), el nuevo modelo también estará disponible en color plateado carbón como la X-T100, eso sí dos meses después de que las otras lleguen a las tiendas.

Novedades internas

Si externamente apenas hay novedades por dentro es una cámara completamente nueva, o al menos así nos la presentaron. Lógicamente, el hecho de renovar el sensor y el procesador no es algo baladí, pero es que las novedades van más allá, y afectan sobre todo a los campos del enfoque automático y la grabación de vídeo.

Empezando por lo primero, la X-T30 incluye un algoritmo mejorado en base al que utiliza la X-T3 “para ofrecer un rendimiento del seguimiento de AF todavía más avanzado”. Así, promete una “precisión perfeccionada en detección de rostros/ojos y la introducción de la función Face Select de selección de rostros para proporcionar prioridad de enfoque automático en el sujeto seleccionado”.

Esto se logra gracias a que el número de píxeles de detección de fase del sensor se ha incrementado a 2,16 millones (el cuádruple que con el X-Trans CMOS 3). Además, el área de AF por detección de fase del sensor cubre todo el recuadro (100% aprox) “lo que permite enfocar de un modo rápido y preciso a un sujeto en cualquier parte del recuadro”.

Esta evolución del funcionamiento de AF estará disponible también durante la grabación de vídeo, el otro apartado en que hay una importante mejora. De hecho, en la presentación los responsables de Fujifilm hicieron hincapié en que no hay ninguna cámara de este segmento que ofrezca algunas de estas capacidades y que la X-T30 podría ser una estupenda cámara de apoyo para alguien que ya use una X-T3 para estos propósitos (al compartir el mismo sensor).

En cualquier caso, la X-T30 ofrece una funcionalidad de vídeo 4K/30P más avanzada, la capacidad de grabar audio de alta resolución y la posibilidad de realizar el seguimiento de ojos durante la grabación. Para conseguir una mejor calidad, la X-T30 graba en 6K (6240 x 3510) y lo traduce a “una calidad asombrosa en 4K”.

Además, la cámara también admite el formato DCI (17:9), permite grabar vídeo 4K/30P a 4:2:0 8 bits en la tarjeta SD y ofrece funciones de grabación F-Log y 4:2:2 10 bits a través del puerto HDMI. Por lo demás, no podían faltar las exclusivas simulaciones de película de la casa que ahora incluyen el modo Eterna que se puede utilizar tanto en foto como en vídeo.

Fujinon XF 16mm F2.8 R WR

Junto a la X-T30 se ha presentado una nueva óptica fija de tipo gran angular para la familia X que destaca por su tamaño compacto y su ligereza, pero sin renunciar a “un rendimiento de resolución muy alta gracias a su diseño óptico”, según Fujifilm. Se trata del Fujinon XF 16mm F2.8 R WR cuyo pequeño cuerpo es metálico y está sellado como sus “hermanos” los Fujinon XF 23 mm F2 R WR, el XF 35 mm F2 R WR y el XF 50 mm F2 R WR.

Este nuevo conjunto de lentes (que se lanzará en color negro y más tarde en plata) tiene un peso de solo 155 gramos y una longitud de 45,4 mm. Su distancia focal equivalente es de 24 mm, su abertura máxima de ƒ2.8 y su diafragma cuenta con nueve palas.

La construcción óptica recae en diez elementos distribuidos en ocho grupos, con dos lentes asféricas. Este diseño y “la disposición óptima de las lentes asféricas elimina las aberraciones esféricas y la curvatura de campo mientras ofrece un gran rendimiento desde el centro de la pantalla a cualquier esquina”. Por lo que toca al AF, el objetivo está “controlado por un motor de gran precisión para obtener un enfoque automático más rápido y silencioso”.

Firmware 3.0 para la X-T3

Todas las novedades en el campo del enfoque automático que hemos mencionado para la X-T30 van a volcarse en la X-T3 gracias a la actualización del software interno que también ha sido presentado, aunque no será lanzado hasta abril (día por determinar).

Gracias a ello prometen un aumento en la precisión del AF a la hora de detectar rostros y ojos (de un 30% aproximado), tanto en foto fija como en vídeo. Además, incluirá una nueva función de selección de rostros (para que la cámara siga de forma prioritaria a un sujeto previamente seleccionado), aumentará la velocidad del AF al disparar desde corta a larga distancia (o al revés) y, finalmente, mejorará el control de la pantalla táctil para hacerlo más intuitivo tanto al disparar, como al enfocar o al seleccionar una zona.

Precio y disponibilidad

La Fujifilm X-T30 tiene fijada como fecha de lanzamiento el próximo día 20 de marzo con un PVP recomendado de 949 euros en el caso de que queramos adquirir sólo el cuerpo de cámara. Si la queremos con un objetivo tenemos dos opciones: Con el sencillo Fujinon XC 15-45mm costará 999 euros, mientras que con el XF18-55mm F2.8-4 R LM OIS la cifra sube a los 1.299 euros. Por su parte, el Fujinon XF16mm F2.8 tendrá un precio de 399 euros.

Toma de contacto y muestras

Nuestra primera impresión con la nueva X-T30 fue de dejà vu porque ciertamente (como comentábamos) ambos modelos parecen idénticos. Su tamaño es calcado y por la parte delantera nada ha cambiado. El visor ha sufrido algún leve cambio que afecta al brillo y la resolución pero básicamente es el mismo de la X-T20, pequeño pero con buen resultado. La pantalla sigue siendo basculante hacia arriba y abajo pero no lo suficiente como para hacerse selfies o grabarse uno mismo en vídeo.

También se puede echar en falta que el cuerpo esté sellado. Una decisión, que según nos comentaron desde Fuji España, responde más a un intento de diferenciar el modelo de la X-T3, pero que a nosotros nos sigue resultando molesto (más que nada porque el precio de la cámara lo justificaría).

Como viene siendo habitual, el tiempo del que dispusimos para probar la cámara fue bastante escaso pero teniendo en cuenta que es un modelo tan similar al anterior, por lo que toca a la ergonomía y demás nos remitimos al análisis de la X-T20.

En cuanto al manejo y comportamiento, es difícil sacar conclusiones pero desde luego nos gusta el joystick añadido. Eso sí, está situado un poco bajo de tal manera que a nuestro pulgar le costaba encontrarlo. Por contra, el botón Q queda demasiado a mano (por encima del joystick de hecho) lo que hace fácil activarlo por error.

El manejo ha mejorado gracias a que ahora las dos ruedas de control son totalmente configurables y el joystick tiene muy buen tacto y permite manejar el punto de enfoque (y moverse por los menús) con agilidad. Por supuesto, también se puede seleccionar con el dedo pero, como ya nos ha sucedido otras veces, la interfaz táctil es sensible y propensa a que se activen cosas sin querer. Así, aunque es algo que habrá que probar con calma, parece que ahora (gracias al joystick) es más recomendable desactivar la pantalla tactil.

Por lo que toca al enfoque nos pareció que lo hacía muy acertadamente, pero apenas pudimos comprobar las novedades en este campo así que dejamos para mejor ocasión el tema del enfoque a los ojos y rostros.

En cuanto a la calidad de imagen, como ya dijimos sobre la X-T20, al tratarse del mismo sensor el resultado es muy similar a su hermana mayor, en este caso la X-T3. Eso significa que ofrece una gran calidad, excelente nivel de detalle, ruido muy controlado hasta unos 6.400 ISO y esa reproducción del color de la que vienen haciendo gala todas las Fujifilm. Eso sí, por contra, muy probablemente adolecerá también del mismo problema referido al procesado con ciertos programas del que hablamos aquí.

Como es habitual, no hemos podido abrir los RAW pero lo cierto es que los JPEG que entrega directamente la cámara son espectaculares. Como siempre, podéis comprobar por vosotros mismos los resultados con las fotos que adjuntamos y las de la galería, aunque a nosotros nos parece que tienen muy buena pinta (y siempre teniendo en cuenta que son muestras de un modelo de preproducción).

Por lo que toca al nuevo objetivo XF 16mm F2.8 R WR hay que decir que su tamaño compacto y peso ligero casan muy bien con este modelo y que los resultados prometen seguir con la calidad ya conocida de las ópticas de la casa. Por cierto que su luminosidad es un punto peor que sus hermanos de gama (que son ƒ2), algo que responde a un diseño que buscaba ofrecer calidad de imagen en un tamaño muy reducido.

Conclusiones

Así las cosas, parece que de tener un papel “secundario” en su catálogo, la pequeña X-T30 ha ganado protagonismo. Entendemos que motivado, en parte, por el hecho de que Fujifilm esté tratando de llegar a un espectro más amplio de público (como contamos a propósito de la X-T100). Esto explicaría también que el lanzamiento de este nuevo modelo no suponga la jubilación de la X-T20 que, de momento, va a convivir en las tiendas con la X-T30.

Por cierto que, a este respecto, los responsables de Fujifilm España quisieron hacer mucho hincapié en la política de actualizaciones de sus cámaras que no sólo sirven para arreglar defectos sino que permiten mejorar muchas de sus características, alargando su vida útil. Una política que por supuesto aplaudimos desde Xataka Foto y animamos a que sigan otras marcas.

En cualquier caso, la Fujifilm X-T30 nos ha gustado mucho. No nos extraña que la llamen pequeña gigante teniendo en cuenta que sus tripas son las mismas que las de la X-T3 pero en un cuerpo pequeño y muy atractivo. Una lástima que, por aquello de marcar diferencias, no tenga el cuerpo sellado o estabilizador (asignatura pendiente de todas las X-T), pero evidentemente no se puede tener todo. También que su precio haya aumentado (ligeramente, bien es cierto) respecto a lo que costaba de partida la X-T20.

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