Poco a poco las cámaras compactas de objetivos intercambiables van avanzando. Una carrera en que las dos grandes del sector, Canon y Nikon, se han quedado fuera de juego con modelos que han tenido un paso discreto. Mientras, el resto van escalando posiciones con un formato muy atractivo para el usuario y con cada vez más opciones para elegir.
Fujifilm ahora amplía su serie X con un modelo de estas características. Aspecto clásico con prestaciones modernas con muchos puntos atractivos. En Xataka hemos tenido oportunidad de probarla y aquí os traemos nuestras primeras impresiones de una cámara que busca hacerse un hueco entre quienes buscan prestaciones por encima de la media. Esta es la Fujifilm X-T1.
Un duro competidor para las compactas de objetivos intercambiables
Hace un par de años y medio cuando probé mi primera CSC, una Sony Nex-7, me gustó mucho que tuviera un par de diales de ruleta completamente programables en la parte superior. Era muy cómodo tenerlo a mano a la hora de disparar en manual, tenía todo bastante a mano y hoy en día sigue siendo un modelo excelente.
Con el tiempo otras han ido pasando por mis manos y me di cuenta de que no todas ponían tanto énfasis en este aspecto. Relegaban muchos modos manuales a botones secundarios o menús por lo que al final entre unas cosas y otras invertía más tiempo del deseado configurando la cámara. Empiezo por este apartado, porque fue precisamente lo que más me llamó la atención de la X-T1.
Cualquier aficionado a la fotografía, que no tenga mucha experiencia, se puede sentir abrumado al ver la parte superior de este modelo de Fujifilm. Un montón de diales que a los novatos les puede resultar agobiante, pero una delicia para todos aquellos a los que les gusta tener los controles a mano en todo momento. Empezamos bien: se nota que Fuji dirige esta cámara a quienes tienen ya un poco de tablas en esto de la fotografía.
Cogemos la cámara y la proporción tamaño peso es bastante correcta. Unos 400 gramos en el cuerpo, que son cómodos en mano. Un agarre generoso con todos los botones accesibles, aunque algunos son un tanto inaccesibles o los podemos pulsar sin querer. La distribución es buena y también es cuestión de superar esa pequeña curva de aprendizaje.
Nota: Las fotos que se han hecho con la Fujifilm X-T1 no se han editado y son tal cual se han tomado con la cámara.
Montamos el objetivo, el 18-55mm que vendrá con uno de los kit de la cámara, y salimos a la calle a disparar unas cuantas fotos. Lo primero que nos sorprende es el enfoque: bastante rápido y eficaz en automático. Probamos en manual con el modo doble pantalla y como solución técnica es más cómodo que el zoom de enfoque que tienen otras cámara, que personalmente me gusta también pero esto supone un paso más.
Hablando del visor, la pantalla abatible con el modo de visión completa aprovecha muy bien esos 2,3 megapíxeles que tiene. Tiene bastante luminosidad para que podamos ver todo sin problemas en condiciones de mucha luz. Seguimos caminando y empezamos a hacer unos cuantos disparos: buenos contraluces, fiel con los colores… Un buen rendimiento en exteriores.
Hacemos una pequeña grabación de vídeo y vemos que Fujifilm ha decidido darle menos protagonismo a este apartado en su cámara. La grabación es correcta, nos salvará de algún que otro apuro, pero no es el modelo que estamos buscando para conseguir resultados realmente finos. Es cierto que hay que probarla a fondo pero la primera sensación que nos ha dejado apunta en esa dirección.
Pasamos a interiores para hacer algunas fotos y sorprende bastante la calidad con la que toma las imágenes. En el visor no se aprecia pero revisando las fotos en el ordenador, apenas se aprecia ruido. En algunos momentos puntuales le ha costado enfocar a la primera pero hay que tener en cuenta que el modelo que hemos probado no era el definitivo. Quitando este pequeño fallo, nos hemos quedado sorprendidos.
Conclusiones tras la primera toma de contacto
Resulta difícil llegar a grandes conclusiones tras estar poco más de una hora con la cámara pero lo que hemos podido probar nos ha gustado mucho. Quedan cuestiones pendientes: como la conectividad WiFi, tanto para transferir fotos como para usar un móvil o tablet como disparador, así como la autonomía de la batería, pruebas con el ISO…
Sin embargo, hay que decir que en este rato lo que hemos visto con la cámara nos ha gustado gratamente. Es cierto que Fujifilm todavía no roza el nivel técnico de Sony con sus pequeñas Full Frame pero su sensor y procesador dan unos resultados de muchísima calidad. Al margen del tamaño, ya sabéis que la cámara no hace al fotógrafo.
La primera impresión ha sido muy buena y seguro que cuando pase por las manos de nuestros compañeros de Xataka Foto tendremos un análisis en profundidad donde se verá si esta cámara viene, o no, para competir con otras tope de gama en esta categoría.