Vincenzo Balocchi o cómo jugar con la inteligencia del espectador

Podría hablar de cualquier otro autor, desde Chema Madoz hasta Rodney Smith, me valdría cualquiera que a través de su fotografía nos hiciera ir un paso más allá del disfrute visual, nos hiciera pensar y a su vez nos sacara una sonrisa.

Ellos, como Vincenzo Balocchi, son los fotógrafos con los que disfruto. Porque su trabajo inspira y a su vez nos ayuda a retenerlos más tiempo en nuestra memoria por ese doble ejercicio que hacemos cuando contemplamos una de sus fotografías.

Siendo sincera, llegué a la obra de Balocchi gracias a la foto que adjunto a continuación. Simpleza, belleza e inteligencia por parte del autor que hicieron que pareciera del italiano, cuando en realidad es imposible puesto que el London Eye fue inaugurado en el año 2000 y el fotógrafo murió en 1975. ¿De quién es entonces esta fotografía? Y, ¿cuál fue la razón por la que ha estado distribuyéndose por internet bajo la autoría del fiorentino?

Pasear por la calle con la cámara y esperar que estas imágenes se nos aparezcan ante nuestro objetivo no es fácil, pero la práctica puede llevar a que al menos de mil fotos, una se nos pueda salvar. Para conseguirlo es muy importante tener una base visual a nuestras espaldas y estar siempre alerta con los cinco sentidos.

En este sentido, existe una fotografía de Balocchi que es maravillosa, la del gato junto a las palomas. Una de esas instantáneas que sólo puede suceder en la calle cuando uno está alerta a lo que ocurre a su alrededor.

Vincenzo Balocchi, nacido en Florencia, fundó (en los años 20-30) el Instituto Fotocromo especializado en reproducciones de obras artísticas. De ahí cuando os digo lo de la importancia de una cultura visual, este autor la tenía y eso se nota a la hora de componer y transmitir.

Os dejo con varias de sus famosas fotografías esperando que os sirva de inspiración cuando salgáis a la calle buscando imágenes. Para este tipo de instantáneas no hacen falta grandes medios, sólo estar muy concentrado y saber mirar, puede parecer difícil pero os animo a que lo intentéis.

Fotógrafo | Vincenzo Balocchi