Pese al parecido que el título de este artículo tiene con el de uno de los libros de Stephen Hawking, no es más que un homenaje, ya que no pretendemos hacer un análisis pormenorizado del trabajo de ninguno de los fotógrafos presidenciales de la Casa Blanca, pero sí un breve repaso que nos permita compararlos un poco.
Que la Casa Blanca tenga un fotógrafo que acompañe al Presidente durante todo el día y que le haga fotos a todas horas es algo que a los que nos dedicamos a esto no encanta, sobretodo si se trata de Eric Draper o de Pete Souza. Pero no todos tienen el talento de estos, quizá pocos lo hayan tenido, pero repasemos un poco de historia.
Pese a que fue James Knox Polk, allá por la década de 1840, el primer Presidente en usar la fotografía para realizar su retrato presidencial, tuvieron que pasar muchos años y 24 presidentes para que hubiera en la Casa Blanca un fotógrafo Presidencial.
Cecil Stoughton. John Fitzgerald Kennedy.
John F. Kennedy fue Presidente de EE.UU de 1961 a 1963. En su corto mandato hizo un cambio que se convertiría en una costumbre que todos, menos uno, seguirían: Contratar a un fotógrafo que le siguiera a todas partes.
Cecil tomó más de ocho mil fotografías de la familia Kennedy en los 34 meses que duró su trabajo, comenzando con la inauguración de Kennedy y terminando con su asesinato.
Stoughton era un capitán de la marina pero no pasará a la historia por eso, sino por dos aspectos más determinantes: ser el primer fotógrafo personal de un Presidente Estadounidense y por captar una de las imágenes más icónicas de todas las que se han tomado hasta la fecha: el juramento del sucesor de JFK en el cargo tras su asesinato.
Esta fotografía tiene una historia. Stoughton fue el único fotógrafo acreditado para estar ese día en el Air Force One. Él mismo insistió para que se tomara la fotografía ya que, pese a ser algo "insípida" era un documento histórico y que tenía que realizarse. En la imagen se ve al nuevo presidente, Lyndon B. Johnson jurando el cargo, acompañado de su esposa, Lady Bird Johnson, y la recién enviudada Jacqueline Kennedy que tenía aún salpicaduras en su ropa del magnicidio que acababa de ocurrir.
Yoichi Okamoto. Lyndon B. Johnson.
Seguramente las circunstancias que le llevaron a la presidencia le hicieron ver que tener un fotógrafo todo el día con él era algo más que un egocéntrico capricho. Eso, sumado a que en esas fechas la fotografía de prensa exigía cada vez más volumen de fotos, se vio más operativo tener un fotógrafo que hiciese las fotos que luego serían seleccionadas que dejarlo todo en manos de los editores de los medios.
Tanto se asumió el papel del fotógrafo en la Casa Blanca por aquella época que aún hoy podemos disfrutar de más de mil quinientas imágenes digitalizadas hechas por Okamoto al entonces Presidente Johnson.
Oliver F. Atkins. Richard Milhous Nixon.
Oliver F. Atkins fue miembro del equipo de fotógrafos oficiales del Presidente Richard Milhous Nixon. Pero antes de eso ya estuvo trabajando como fotógrafo personal cuando Nixon era candidato.
Atkins y su cámara fueron testigos de lo que yo considero uno de los momentos "más marcianos" de todos. Pongámonos en situación: Estados Unidos estaba en guerra con Vietnam y Nixon no gozaba de gran popularidad, Elvis Presley, por su parte, ya no era el ídolo de masas que había sido años atrás. El cantante solicitó una reunión con el presidente porque quería que este le concediera una insignia auténtica que le permitiera ser un agente encubierto de la Oficina Antinarcóticos para combatir las drogas que atizaban EE.UU. por aquellas fechas... lo mejor es que Nixon se la concedió.
David Hume Kennerly. Gerald Ford.
Acababa de estallar el caso Watergate y Gerald Ford fue elegido sustituto del recién dimitido Vicepresidente Spiro Agnew. Esa fue, seguramente, la primera vez que Hume fotografió al que poco después se convertiría en el trigésimo octavo Presidente de Estados Unidos.
Por aquel entonces Hume Kennerly era un refutado fotógrafo de prensa que había ganado en 1972 el premio Pulitzer. Ese verano del 73 se encontraba trabajando para la revista Time. Durante el reportaje que le hizo a Ford, que fue portada de la mencionada publicación, se fraguó una amistad que llevó al fotógrafo a ser el cuarto fotógrafo presidencial.
Sin fotógrafo oficial. James Earl Carter, Jr.
El trigesimo noveno presidente de EE.UU. ocupó su sillón entre de 1977 a 1981 y decidió no tener fotógrafo oficial y ya se sabe: sin fotógrafo, no hay foto.
Pete Souza. Ronald Wilson Reagan.
Souza comenzó su carrera en los años 70 en Kansas en el Chanute Tribune y el Hutchinson News, a principio de la década de 1980 trabajó en el Chicago Sun-Times, pero su trabajo allí duro poco porque poco después le llamaron para trabajar como fotógrafo del Presidente Ronald Reagan de 1983 hasta 1989.
En 2004 fue el fotógrafo oficial para los servicios funerarios de Ronald Reagan.
David Valdez. George Herbert Walker Bush.
En 1989 George Herbert Walker Bush consiguió ser el Presidente electo de Estados Unidos. Y le encargó la tarea de ser fotógrafo presidencial a David Valdez.
Valdez se formó como fotógrafo en la armada estadounidense donde sirvió con el 836º Grupo de Apoyo de Combate durante cuatro años. Su trayectoria como fotógrafo, a diferencia de todos los demás hasta la fecha, no era de fotógrafo de prensa, sino como fotógrafo militar e institucional.
No os riáis (mucho) pero por algún motivo una vez que en 1993 dejó el puesto de fotógrafo jefe de La Casa Blanca, fue fichado como director general de fotografía del parque de atracciones Walt Disney.
Robert McNeely. William Jefferson Clinton.
Bill Clinton tomó el relevo de Bush. Eran tiempos difícil, Estados Unidos acababa de salir de una guerra, como no, la llamada "Guerra del Golfo". Clinton se postuló como una cara amable, escogió para el trabajo de fotógrafo a Robert McNeely.
McNeely ocupó el puesto de 1992 a 1998, obtuvo el permiso del presidente para acceder a todos los departamentos oficiales de la casa blanca. Esta apertura y libertad permitió a MacNelly ofrecer un punto de vista diferente y abandonó la aburrida y encorsetada línea que habían mantenido casi todos sus predecesores.
Eric Draper. George W. Bush (hijo).
Más conocido en España como "George Uve-Doble Bush" es un personaje que ha levantado muchas ampollas y muchas polémicas. No entraré a valorar si ha hecho muchas cosas buenas durante su mandato, pero haber elegido a Draper como su fotógrafo creo que ha sido uno de sus mayores aciertos.
Eric Draper, para mí, es uno de los mejores fotógrafos que ha tenido la Casa Blanca. Ha cambiado los puntos de vista, ha roto con los convencionalismos clásicos y aportado una visión fresca y dinámica, me atrevería a decir que incluso cinematográfica.
Pete Souza. Barack H. Obama.
Se convierte el primer fotógrafo que repite en el cargo, además se da la anécdota de que ha sido elegido tanto por un presidente republicano como por uno demócrata.
Draper había dejado el listón muy alto y Souza se propuso superarlo. Para muchos es el mejor fotógrafo hasta la fecha que ocupa el puesto, yo creo que la pelea es complicada, pero sin duda, si esto fuera un combate de lucha libre americana, el cinturón de campeón es o para él o para su predecesor, pero si fuera una partida de ajedrez creo que estaríamos hablando de tablas.
Shealah Craighead. Donald Trump.
De momento no podemos decir nada nuevo a lo que ya dijimos en este artículo sobre la nueva fotógrafa oficial de la casa blanca, solo que nos alegramos de que sea una mujer, que ya iba siendo hora.
¿Quieres ser fotógrafo de la Casa Blanca?, pues así es como los seleccionan.
Pues todo esto para llegar hasta aquí, al vídeo que originó este artículo. Queríamos saber qué habilidades había que tener o qué es lo que valoraban en la Casa del Presidente para seleccionar a un fotógrafo. Sospechamos que si no tienes una cartera de clientes importante (a modo de portafolio) y un historial excepcional lo tienes complicado. Pero si tienes una relación buena con el presidente o los temas principales de su campaña y un gran ojo para la fotografía estás más cerca de conseguirlo.
Fuente | Picturecorrect