Ya sabéis la fijación que tengo por la Gran Manzana, cuna de grandes fotógrafos y series fotográficas desde hace siglos. Por ello, siempre que veo algo que me remite otra vez a ella, me gusta compartirlo con vosotros. Ahora es el turno de que conozcáis a Marc A. Hermann, el cual vende su imagen, sólo tenéis que echar un vistazo a su web para daros cuenta, al más puro estilo Weegee.
Marc A. Hermann, viene a encarnar al reportero de sucesos que poblaba las calles de Nueva York en los años 40 cuando surgió toda esa oleada de noticias sensacionalistas. Por ello este homenaje, según nos cuenta, es hacia los ciudadanos de esta urbe americana que cuenta historias en cada esquina.
La idea, inspirada en Sergey Larenkov y Joeri Teeuwisse y sus imágenes históricas sobre Europa llevadas, o más bien entrelazas con el presente, llevó a Marc a rebuscar entre las fotografías del periódico con más archivo visual de Nueva York, The Daily News, y comenzó a retratar los escenarios de aquellas instantáneas para fundirlas con las originales.
De este modo, nos encontramos con un fondo de paisaje urbano actual, en el cual se nos presentan sucesos en blanco y negro que corresponden a esas fotografías originales de reporteros como Paul Bernius o Charles Payne. Los montajes, como Marc se apresura a contar, no son perfectos ya que hay ciertos matices que el paso del tiempo no puede subsanar y también por esa reminiscencia al carácter artesanal e imperfecto de los montajes que se hacían en aquella época, no en este tipo de género sino en otras vertientes fotográficas.
Lo bueno de este trabajo es que nos retrotrae a las calles de Nueva York y, a la vez, nos enseña historia sobre los personajes y sucesos que alimentaban las páginas de la prensa impregnada en grandes dosis de morbosidad. Accidentes de coche, asesinatos e incendios que incluso despiertan nuestra curiosidad pasado el tiempo.
En su página web hay una selección de estas fotografías comentadas al detalle. Se agradece esa labor documental y el trabajo de Marc que nos hace imaginar otra época desde la perspectiva actual, haciéndonos partícipes de unos sucesos que no se nos antojan tan impactantes como podrían serlo para nuestros antepasados, pero los cuales observamos con el mismo morbo que ellos.
Fotógrafo | Marc A. Hermann | The Daily News
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