Tamás Rizsavi es un conductor de trenes en Budapest, lo que le ha permitido conocerse al dedillo su ciudad. En sus ratos libres, se aparta de las restricciones de las vías del tren para escalar gran cantidad de edificios de su ciudad natal y fotografiarla desde todos los ángulos posibles. El resultado, como no podía ser de otra forma, da vértigo.
Todo comenzó en algunos ratos libres en los que Rizsavi ocupaba las cabinas de algunos trenes, no como conductor, sino como fotógrafo, haciendo uso de lentes ojo de pez para intentar compartir en Internet lo que es la experiencia de encontrarse pilotando un tren de pasajeros, una actividad que no muchas personas tienen la suerte de experimentar.
Pero pronto la cabina del tren se le quedó pequeña, y probablemente a causa de encontrarse demasiadas horas dentro de un espacio tan pequeño, sintió la necesidad de empezar a visitar rascacielos de Budapest para ver la ciudad desde un ángulo muy diferente al que ha estado acostumbrado. Y como suele ocurrir con este tipo de actividades, en las que siempre hay implícito un poco de riesgo, se ha enganchado a esta nueva forma de fotografiar.
Mediante el uso de trípode y largas exposiciones así como un revelado en el que en algunas tomas hace uso de un leve HDR, Tamás Rizsavi se está convirtiendo poco a poco en uno de los mejores embajadores de su ciudad, mostrándonos en sus fotografías la diversidad de paisajes y luces que hay en una ciudad que se suele tener en mente como gris y aburrida.
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