Cualquier fuente de inspiración es válida en fotografía si nos permite sacar lo que llevamos dentro. A principios de este año dedicamos un post al porfolio de Richard Tuschman, un fotógrafo con una habilidad muy especial para recrear la obra pictórica de Edward Hopper. Su capacidad de componer a través de la fotografía los cuadros de este apreciado pintor impresiona, pero, en realidad, la obra de Hopper solo es un vehículo que permite a Tuschman expresarse.
Algo similar es lo que ha afrontado Sandro Miller con el objetivo de homenajear a algunos de los referentes que le han ayudado a definirse como fotógrafo, entre los que se encuentran Annie Leibovitz, Alberto Korda, David Bailey, Andy Warhol o Dorothea Lange, entre otros. ¿El resultado? Inolvidable. Pero es muy probable que no hubiese alcanzado una capacidad expresiva tan alta de no haber contado con la ayuda del genial actor John Malkovich.
Es imposible comparar las fotografías originales con las recreaciones de Miller y Malkovich sin dejarse atrapar por su genialidad. El primero tiene el mérito de haber sabido capturar el estilo y la composición de las fotografías originales, y el segundo ha conseguido atrapar la esencia de los personajes retratados y recrearla a través de su capacidad interpretativa.
Lo curioso es que Malkovich ha conseguido meterse con la misma convicción en la piel de hombres, mujeres y niños, y solo con la ayuda del maquillaje. Esta colección de fotografías me ha recordado una de las películas del genial Spike Jonze, con la que no solo comparte protagonista, sino también un espíritu similar: «Cómo ser John Malkovich», que se estrenó en 1999.
La imagen que abre el post es solo un aperitivo de lo que nos depara esta colección de fotografías de Sandro Miller. Si os apetece mirarlas con calma echad un vistazo a la página web de Miller o a la galería de Catherine Edelman. Ahí las tenéis todas. Y merecen mucho la pena.
Vía | PetaPixel
Más información | Sandro Miller
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