Todo empezó en 1976 cuando participaba como profesor en el taller de fotografía del mismísimo Ansel Adams en el Parque nacional de Yellowstone. Mientras que sus alumnos se afanaban por imitar al maestro haciendo fotos de aquel impresionante paisaje, Roger Minick se fijó en las ingentes cantidades de turistas que iban llegando y los retrató convirtiéndoles en protagonistas de un proyecto que acabó llamando "Sightseers".
Roger Minick (Oklahoma, 1944) es un fotógrafo norteamericano que ha dedicado media vida a retratar aquel vasto país. Sus imágenes están incluidas en las colecciones permanentes del Museo de Arte Moderno, el Metropolitan Museum of Art, el J Paul Getty Museum, la George Eastman House, y The Smithsonian. Por tanto cuenta con una larga trayectoria y muchos proyectos muy interesantes (que pueden verse en su web y en diversos libros disponibles en Blurb), pero nos ha llamado la atención sus fotos de turistas por aquello de que se salen de la norma.
El propio Roger nos cuenta como él mismo había mirado con desdén a estos personajes y como nunca los había considerado un "sujeto" a fotografiar. Sin embargo, durante los días que duró aquel taller, Minick empezó a fijarse e ellos y a sentir que estaba siendo testigo de algo que iba más allá, de algo exclusivamente estadounidense que él mismo denominó como Sightseer Americanus (“turista americanus”).
De viaje para fotografiar a los turistas
Tres años más tarde, Minick dedició embarcarse con su esposa en un viaje en autocaravana por todo el oeste de los Estados Unidos (años después incluiría también otras zonas) con el único propósito de fotografiar a los turistas que encontraban. Así lo hizo durante el 80 y el 81 y entre medias hubo un momento crucial: cuando se dio cuenta de que debía dejar de lado el blanco y negro (que era su medio habitual hasta ese momento) y apostar por el color para que la ironía y el humor que había visto en los vivos colores de la vestimenta de los turistas, en contraposición con el paisaje, pudiera apreciarse en todo su esplendor.
Armado con una cámara de formato medio con flash (como luz de relleno para las fotos al mediodía y como una forma de dar un toque irreal a las fotos) y con una Polaroid, se pasó horas observando a los turistas y fotografiando a aquellos que más le llamaban la atención por algún motivo. Por supuesto, les pedía permiso explicando que su esposa y él estaban viajando por todo el país visitando los principales destinos turísticos. La idea de su proyecto es que tuviera un valor cultural y que fuera visto en el futuro como una especie de cápsula del tiempo de lo que los estadounidenses parecían a finales del siglo XX.
Y desde luego que logró su propósito porque sin duda estas imágenes brillantes y llamativas, con una ambientación muy especial, son una especie de tratado de qué es lo que motiva a tanta gente, cientos de miles de personas, a gastar gran cantidad de tiempo, dinero y esfuerzo en visitar lugares lejanos. Os dejamos con más sugerentes imágenes.
Foto de portada: Turista en el Glacier Point del parque nacional Yosemite.
Fotos de Roger Minick publicadas con su permiso para este artículo
Ver 8 comentarios