A veces pienso, cuando me encuentro con proyectos como el que os voy a comentar, que cuando nos paramos a fotografiar un insecto, un atardecer o la puerta vencida por el inexorable paso del tiempo de un edificio en ruinas, estamos desaprovechando parte del enorme potencial de la fotografía. Es un pensamiento efímero y seguramente también egoísta y profundamente injusto, alentado por el embriagador perfume de quien aspira a cambiar el mundo gracias a sus imágenes. Porque una imagen vale más que mil palabras, proyectos como Prision Photography, de Pete Brook, se sirven de la fotografía como instrumento para despertar conciencias dormidas.
Cuenta Pete Brook, en una reciente entrevista publicada en el blog de fotografía de The New York Times, que fue durante un viaje por los Estados Unidos (él es británico) cuando entró en contacto con el mundo del sistema penitenciario norteamericano, mientras buscaba un tema en el que trabajar que le sirviese de excusa para quedarse en el país.
Entonces se da cuenta de que gran parte de la sociedad ignora, voluntariamente o no, la alarmante realidad de las cárceles del país: sostienen un sistema inviable en el que conviven lo público y lo privado, un sistema en el que el espíritu sancionador llega a veces, a anular el derecho más básico de cualquier persona.

Es por esto que nace Prision Photography, un inmenso y premiado archivo fotográfico que aglutina el trabajo de numerosos fotógrafos que han retratado la realidad tras los barrotes de las prisiones norteamericanas. Pete Brook quiere ir más allá y está a punto de embarcarse en un nuevo proyecto que complementará lo ya conseguido con su blog-denuncia. Se llama Prison Photography on the Road: Stories Behind the Photos y en él serán 40 de esos fotógrafos quienes cuenten su experiencia al fotografiar en un lugar tan particular.
En España contamos con fotógrafos implicados en proyectos similares. Tal es el caso de Fernando Moleres, quien cuenta con una serie de fotografías de niños encarcelados en África y una iniciativa de nombre Free Minor Africa que aspira a arrojar un poco de luz y esperanza sobre las injusticias que rodean a estos jóvenes.
Vía | 20 Minutos
Fotografías | Andrew Lichtenstein
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10 comentarios
Francisco Sogel
Hola Miguel!
Me ha gustado tu artículo, pero no esa frase de "...estamos desaprovechando parte del..." y la de "... cambiar el mundo gracias a...". Creo que hay gente que ni desaprovecha el potencial de la fotografía y no creo que busque cambiar el mundo con sus imágenes, por no introducirse en el mundo penitenciario para enseñar al mundo las miserias del sistema que nos hemos montado.
De todos modos, repito, me ha gustado el artículo.
Un saludo a ti y a tod@s
Roman Novoa Perez
Lo de cambiar el mundo puede suceder... Hay imagenes que "lo han hecho" (entre comillas por que no :( ha cambiado tanto). Hay que contar la historia, por que tiene que oirse. pero para cambiar las cosas... como dice Ricky Dávila hay otros caminos mucho mejores.
alvaromartin82
En todos sitios recomiendan especializarse en dos o tres tipos de fotografía como máximo como mejor forma de ganar dinero de la fotografía. La verdad, al menos la mía, es que dan ganas de dedicarse a casi todas las áreas de la fotografía o, al menos, tocarlas, se gane dinero o no con ellas.