¿Se puede tener síndrome de Diógenes con los folletos de una exposición? En mi caso creo que sí, guardo todo aquello que pueda serme útil. Pero, ¿útil para qué? Una vez pasado el tiempo poco nos importa ya que tal o cual fotógrafo expusiese en Madrid. Error. Hace unos días encontré en una cajita de hojalata, de esas que en su tapa viene labrado el nombre de Venecia en francés y unas góndolas de la época de Canaletto nos hacen viajar en el tiempo, un panfleto de PHotoEspaña dedicado a Peter Granser.
Peter Granser, Peter Granser, no, no me suena. Ni siquiera recuerdo haber visitado su exposición hace 10 años. Y éso sólo puede significar dos cosas, que no recordase su obra porque no me despertase nada interiormente o que realmente no visitase aquella exposición.
Mi memoria visual no suele fallar, así que me decanto por lo segundo. Prefiero también optar por lo segundo, porque lo primero me llevaría a hablar sobre la fugacidad de la fama del artista, más teniendo en cuenta que aunque sigue activo, no había tenido noticias de su presencia hasta ahora.
Sun City, uno de sus trabajos más laureados
Por lo visto su exposición pudo verse en la estación de Renfe Recoletos, recuerdo esas exposiciones en el pasillo, pero las recuerdo de mucho antes. El caso es que Peter Granser, un fotógrafo austriaco que había fijado su residencia en Alemania, nos presentaba "Sun City", una serie por la que había ganado el tercer premio en la sección de retratos del World Press Photo 2002 y el Premio Descubrimiento de los Rencontres Internacionales de la Photographie de Arlés.
Este trabajo documental se centraba en un complejo residencial ubicado en el Estado de Arizona donde los ancianos vivían en una especie de ciudad ideal donde todo estaba colocado en su lugar. Viviendas iguales, piscinas al estilo Hollywoodiense, barbacoas, elementos kitsch, todo muy americano extrapolado a la vida de unas personas que parecen vivir en el paraíso.
Pero si algo tienen esas imágenes, es el poder de trasladarnos a la luz que puede sentirse en esos lares. Podríamos estar hablando de jubilados en Lanzarote, pero a su vez reconocemos la estética americana en esas fotografías y cambiamos con ello la manera de acercarnos a sus vidas por el ideal que tenemos. Nuestra mentalidad cambia. El acento, al hablar, también.
Peter Granser con diez años de perspectiva
Haberle tenido diez años escondido en una cajita de recuerdos, a efecto mío parece que el tiempo ha detenido su obra, no es así si echamos un ojo a su página web y vemos cómo en los años posteriores publicó un fotolibro dedicado a Sun City y siguió trabajando en series como la dedicada al Alzheimer o cómo su sentido aséptico a la hora de fotografiar se contagia y nos da igual que esté hablándonos de América o de Austria y que hayan pasado los años de una serie a otra porque sólo cambia el contenido.
Uno de sus últimos trabajos "Heaven in clouds" le llevó a China y en él vemos una intención por explorar otros formatos de representación como pueden ser la instalación y el vídeo, así como sucede en otros proyectos como "Was einem Heimat war" donde se acerca a unos márgenes de comunicación fotográfica más conceptuales. Para ello consultad el apartado "Projects" en su web.
También os invito a pasear por sus ediciones de coleccionista donde hay una muestra de sus mejores trabajos, que para quienes están ahora experimentando con los fotolibros puede ser inspirador, o si no lo es, al menos que engorde su listado de fotógrafos que trabajan este tipo de formatos para la exhibición y proyección.
Seguramente jamás se me pasó por la cabeza que acabaría escribiendo sobre este autor cuando guardé, primero en el bolso y después en mi cajita de recuerdos, el panfleto sobre Peter Granser. Ahora me alegro, aunque haya sido para darme un paseo por esos lugares que de otro modo nunca habría visitado o si lo hubiera hecho, jamás habría sido con esa blancura y ese distanciamiento que este fotógrafo proyecta en cada imagen.
Fotógrafo | Peter Granser
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