Muchos hemos escuchado a nuestros padres o abuelos decirnos que cuando ellos fueron niños, no estuvieron rodeados de ordenadores, teléfonos y toda la parafernalia tecnológica que nos inunda hoy día desde que nacemos.
La fotógrafa Niki Boon tuvo una infancia alejada de la vida digital y de los agobios de las grandes urbes y ha querido que sus hijos también la experimenten. En sus fotografías nos muestra como es su día a día en una perdida zona rural de Nueva Zelanda.
Niki Boon es una fisioterapista que vive en Nueva Zelanda en el área rural de Marlborought. Pese a que su trabajo tiene una factura técnica impecable en el que se pueden leer influencias claras de Sally Mann así como ciertas reminiscencias a Diane Arbus y que nos puede dar más de una lección de cómo trabajar con estilo, elegancia y limpieza el blanco y negro, ella no deja de considerarse una fotógrafa aficionada.
Hay un tema que la obsesiona y son las experiencias que vivió como niña y que aún resuenan en su mente como vivencias que han sido lo más parecido que ha vivido como libertad. Es por ello que cuando se quedó embarazada decidió mudarse y vivir en una pequeña área rural donde apenas hay afluencia de tráfico o personas en una casa donde los ordenadores y los televisores no son el centro de atención.
Su trabajo documenta el día a día de sus hijos, que han desarrollado gracias al lugar en el que viven una profunda y fuerte relación no solo entre ellos, sino con el entorno natural en el que viven. Sin duda, una infancia que recordarán para siempre cuando crezcan.
Página web | Niki Boon Photography