Contacté con Marek hace unos días para que me hablase de su trabajo, especialmente de la serie que os presento donde uno, como espectador, se hace preguntas sobre qué quería expresar. Me comentó que no le gusta hablar de su obra, prefiere que el público saque sus propias conclusiones, sin embargo compartió conmigo un texto en el cual se hablaba del misterio de esas imágenes anónimas que se nos aparecen como fantasmales.
Partiendo de esa idea fantasmagórica, podríamos establecer un discurso respecto a ellas, pero, ¿y si las valoramos sólo estéticamente? Más allá de la idea de desmaterialización del alma y todos aquellos planteamientos que se nos ocurrirían mirando las imágenes, hay un atractivo que las hace especiales y, por tanto, en parte únicas por su puesta en escena.
Fotografiar con un vídrio opaco de por medio entre la cámara y el modelo ha sido un recurso más o menos recurrente a lo largo de la historia de la fotografía. Sin embargo aquí, Marek, riza el rizo situando al sujeto por encima del objetivo. Va más allá del plano nadir y, como espectadores, nos hace partícipes gracias a ese punto de vista imaginando que sobre nuestra cabeza tenemos a unos seres que piden a gritos ser liberados.
Digo lo de ser liberados porque esas manos parecen indicar que quieren salir de ese cajón donde sus almas parecen haber quedado atrapadas. De ahí la idea fantasmagórica y todas esas connotaciones de seres espectrales.
Como serie, no podría ser más sencilla, lo único que cambia es la posición del modelo. Esto nos indica que a veces no hacen falta grandes medios para contar historias, porque aunque parezca que no se nos está contando nada, bien podríamos otorgarle un sentido a cada imagen imaginándonos quién hay detrás de esos cuerpos, que no rostros porque en ningún momento se les intuyen.
La búsqueda del yo, la época del anonimato que Marek me contaba y que fue clave para llevar a cabo esta serie, serían dos lecturas más que dar a estas fotografías. Llegar a la esencia prescindiendo de toda envoltura. Encontrarse el interior de uno mismo. Sentirse flotar como una pluma pero sin dejar de poner los pies (y las manos) en el suelo.
Si echais un ojo a las distintas series de su página web, veréis que nada tienen que ver estéticamente con Latency, pero sin embargo sí se intuye ese halo de misterio e intimismo, son imágenes sobre todo urbanas donde la soledad y el silencio están presentes en cada esquina. Os invito a verlas y a reflexionar sobre qué os provocan, porque así cerraréis el círculo que Marek propone, el de dejar que el espectador saque sus propias conclusiones.
Fotógrafo | Marek Chaloupka Fotografías cedidas por | Marek Chaloupka
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