Hablar de Lewis Carroll es sinónimo de fantasía desbordada y de creación de exóticos mundos. La mayoría conoceréis a Carroll por su obra literaria, gracias al libro de “Alicia en el país de las maravillas”, un magnifico libro lleno de inocencia. Pero aparte de ser un gran novelista también fue un conocido fotógrafo (1856-1880), sobre todo por sus retratos a niñas.
Es cierto que también retrató a novelistas, profesores e incluso médicos, todos procedentes de una clase adinerada. Pero su pasión era la fotografía infantil, captar la inocencia y esa libertad pura antes de que crecieran, y por ende la perdieran.
No negaré que sus imágenes de niñas son hermosas, pero al mismo tiempo son perturbadoras. Los retratos pueden pecar de una cierta dejadez en cuanto a la iluminación, pero para él eso no era importante, su obsesión era extraer toda la belleza infantil, el alma de las niñas, y no en captarla simplemente. Por eso en la mayoría de sus retratos de niñas fotografía el cuerpo completo, para obtener mejor toda la expresividad del momento, la magia del instante.
No estoy de acuerdo con los desnudos infantiles de Carroll, pero no estoy aquí para juzgarlo, cada uno que observe las imágenes y saque sus conclusiones. Pero no podemos negar que existía una cierta complicidad con la modelo. Trabajar con niños no es fácil, y mucho menos en aquella época en que era necesario exposiciones largas para obtener unos resultados decentes.
Fotógrafo | Lewis Carroll
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