La fotógrafa Kristina Kostadinova, representada por la galería catalana Víctor Lope, se ha perdido por las ruinas comunistas de Bulgaria para traernos un muestrario arquitectónico de fantasmas olvidados por sus altas connotaciones de un ideal político que ya es historia. Un trabajo que más allá de lo que representa, nos invita a reflexionar acerca del valor del monumento y del paso del tiempo
Entre 1946 y 1990 Bulgaria fue gobernada por el Partido Comunista Búlgaro, única fuerza política de una marcada ideología marxista leninista. Tras la entrada de Bulgaria en una democracia quedó como recuerdo reciente de su pasado comunista un gran compendio de monumentos y mausoleos, algo muy del gusto de los gobiernos comunistas y que se convirtió poco a poco en historia reciente del país.
La fotógrafa Kristina Kostadinova ha estado fotografiando panteones, mausoleos y efigies para reflexionar acerca del valor de estas construcciones en pleno siglo XXI tal como explica la galería Víctor Lope, representante de la fotógrafa:
Poco a poco las creencias desaparecen y pierden su magia. Pero las obras de arquitectura permanecen y siguen inspirando a la humanidad después años. La sociedad se distancia de la religión y pierde la noción del origen étnico de sus cimientos. ¿Qué quiere decir esto? Significa que el verdadero poder inmaterial de la arquitectura es el alma (espíritu) del arte, el estilo del arquitecto que ha proyectado una ideología sobre el espacio.
El resultado es un trabajo que nos muestra como los cambios ideológicos llevan de la exaltación arquitectónica al olvido total, haciendo que reflexionemos acerca del valor de la arquitectura más allá de las motivaciones existentes en un momento dado. ¿Existen razones para el olvido de aquellas obras arquitectónicas que nunca más se volverán producir?
Imágenes | Cortesía de la galería Víctor Lope y la artista
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