Hace tiempo descubrí la figura de Michael Kenna, un fotógrafo minimalista. Quizás es la mejor forma de definirle. Formato medio, blanco y negro exquisito. Y largas exposiciones. Os invito a descubrir la mirada de uno de los herederos de los grandes fotógrafos del pasado: Michael Kenna.
Ser diferente a la hora de hacer una fotografía siempre llama la atención. En una época donde todo corre prisa, en la que las imágenes vuelan del sensor al móvil para que sean enseguida vistas por tus seguidores, Michael Kenna no ha dejado los orígenes. Película de blanco y negro, una vieja Hasselblad, trípode y un tiempo infinito para grabar en los haluros de plata esas fotografías más cercanas a un haiku que a una imagen del siglo XXI. Antiguos le llamaran alguno; único, pensamos otros.
La biografía de Michael Kenna
De origen irlandés, nació en 1953 en una familia de seis hermanos. Su formación católica le llevó al seminario, donde cultivó ante todo su pasión por el arte. Con 17 años estudió en la Banbury School of Art de Oxfordshire, donde la fotografía se convirtió en su pasión. Pero tocó todos los palos de las Bellas Artes. Conoció la obra de grandes fotógrafos como Bill Brandt,Josef Sudek, Eugene Atget y Alfred Stieglitz. Pero también a pintores de la talla de Caspar David Friedrich, John Constable y Joseph Turner. Se especializó en la London College of Printing.
Él mismo reconoce que no sabe la cantidad de creadores que le pueden haber influenciado a lo largo de su vida. Y constata que un fotógrafo tiene que tener una sólida formación artística para lograr un estilo propio. Nunca entendí a los que no pisaron un museo en su vida.
A la vista de los resultados, una de las mejores decisiones de su vida fue abandonar su tierra y aventurarse en los Estados Unidos, donde trabajo en Nueva York, San Francisco, Oregon... hasta que se instaló en Washington. Empezó trabajando de impresor y fotógrafo comercial, pero con el tiempo su obra llegó a las galerías, y se pudo dedicar plenamente a la fotografía de paisaje, con su propio lenguaje. El sueño de cualquiera de nosotros.
El estilo de Michael Kenna
Puede parecer casualidad, pero la primera vez que vi el trabajo de Michael Kenna fue a través de un vídeo que se publico en estas páginas. Vi a un hombre que se hundía en la nieve para fotografiar un árbol solitario en una remota isla de Japón, Hokkaido. Y me enamoré de su minimalismo. Desde entonces busco la esencia del paisaje con su trabajo como inspiración.
El paisaje para mi es como una gran iglesia, un inmenso escenario de religiosidad.
Y aunque estudió en el seminario, se ha declarado agnóstico. Así que entiendo que su forma de ver el mundo está más cerca de la obra de Terrence Malick y el pensamiento de Heidegger que de un creador inspirado por un dios cristiano como Ansel Adams. Aquí es donde más se nota la diferencia con el que algunos pueden llegar a compararle. Aunque no se parezcan en nada.
Su trabajo es puro minimalismo. Su luz es la del amanecer, aunque puede disparar a una hora cualquiera si la luz es buena. Pocas veces abandona en la habitación una cámara tan clásica como la Hasselblad 500, que carga con carretes en blanco y negro. Y sale a disparar, cargado con su trípode a la búsqueda de la mínima expresión del paisaje, donde predominan las líneas, los blancos y los negros puros para crear fotografías que solo se pueden expresar con pocas palabras.
Creo que el blanco y negro es más misterioso porque vemos en color todo el tiempo. Es más subjetivo, más tranquilo que el color. Revelo personalmente todo mi trabajo propio para interpretarlo subjetivamente en la oscuridad del laboratorio. Es una preferencia personal.
Dónde podemos ver su trabajo
Michael Kenna es muy desconocido en estas tierras, aunque estuvo en tierras de La Mancha en 1996. Fotografiando molinos, buscando a Don Quijote. Y como podéis ver no es amigo de los artificios. Cree en la fuerza de la luz.
Y ha expuesto varias veces en España, incluso tiene dos exposiciones pendientes este año, en el museo Evaristo Valle de Gijón y en el Claustro de Sant Bonaventura de Llucmajor, en Mallorca.
Espero que a partir de ahora, cuando penséis en fotografía de paisaje, os acordéis que hay muchas formas de acercarse a esta especialidad, y que no todas dependen de mil filtros y colores que no existen. Michael Kenna representa otra forma de fotografiar que no podemos dejar de mirar.
En Xataka Foto| Michael Kenna, capturando el rastro del tiempo
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