Hay proyectos fotográficos que duran décadas, diferentes sesiones donde se palma la evolución y el paso del tiempo. No ocurre con las fotografías de Miguel Bergasa sobre la comunidad de Mennonitas, de origen centroeuropeo y que hablan un dialecto antiguo alemán, asentada en Paraguay.
Salvo pequeños detalles que sólo el autor es capaz de reconocer, son imágenes donde parece haberse detenido el tiempo, enfatizadas además por la intemporalidad que da el blanco y negro, cualquiera de nosotros diría que son fotografías tomadas hace dos siglos.
Como bien nos contaba Miguel Bergasa ayer a propósito de este trabajo, los Mennonitas son una comunidad religiosa, ésta concretamente asentada actualmente en Paraguay tras su primer periplo por Canadá cuando llegaron a América y su posterior asentamiento en México, que vive anclada en sus propias creencias bíblicas diferenciándose de los Amish en que aceptan muchísimo menos el progreso.
Tienen prohibido el alcohol, el tabaco, los bailes, así como cualquier contacto con el exterior excepto las transacciones comerciales que hacen como productores de leche, cultivos y madera. De hecho es una comunidad muy trabajadora que supone, pese al mínimo casi 1% de población en Paraguay, una gran producción económica para el país.
Los niños sólo acuden a la escuela por un periodo de seis años y las enseñanzas se limitan a conocer la bíblia y nociones de aritmética para sus funciones posteriores en el campo. Sólo está permitido el uso de tractores para la agricultura pero las ruedas son metálicas y no de caucho con la finalidad de no caer en la tentación de salir hacia la ciudad.
Hasta el año 2002 no llegó la electricidad aprovechando que el gobierno paraguayo iba a instalar redes eléctricas para abastecer a otras regiones y se hizo una votación en la que por muy poca mayoría se decidió que se instalase. Dispositivos como radios están prohibidos aunque en los últimos tiempos son los jóvenes quienes la escuchan a escondidas.
Los cementerios no tienen cruces y su lugar de reunión es la iglesia, único lugar común entre toda la comunidad que no vive bajo la orografía tradicional de un pueblo con sus diferentes calles sino que cada granja está dispersa una de otra.
Como veis, una comunidad curiosa dentro de nuestra percepción de la vida, cuyos detalles más significativos he sido incapaz de reprimir puesto que despiertan todo nuestro interés.
Los Mennonitas vistos por Miguel Bergasa
Puestos en situación sobre esta comunidad, queda ahora hablar sobre el trabajo fotográfico de Miguel Bergasa, quien llegó en 1983 a Paraguay con la intención de realizar unas fotografías así como de coordinar un documental para TVE.
No fue fácil acceder a ellos puesto que muy pocos conocían su ubicación, encontrando otras comunidades dispersas por Paraguay de la misma religión que sin embargo vestían y actuaban como el resto de la población paraguaya. Finalmente encontró el asentamiento que buscaba en Nueva Durango y pudo realizar el reportaje que tenía en mente gracias a lo exótico de esta forma de vida.
El documental fue emitido en Documentos TV y las fotografías dieron fe de la existencia de una comunidad que pudo visitar en dos viajes posteriores, uno en 2003 y el último en 2011. Según el propio autor la evolución ha sido mínima salvo pequeños detalles y la llegada del tendido eléctrico. Pero como decía al principio, para nuestra percepción parecen fotografías tomadas en un mismo momento, a pesar de algunas imágenes realizadas en digital en la última visita, puesto que Bergasa actualmente lo ha añadido a su trabajo en analógico.
Son fotografías que nos conducen a esas estampas de los colonos americanos y a la América profunda, con ciertos detalles a la hora de vestir de las mujeres que nos transportan a Armenia u otros países del centro y este de Europa. Son estampas congeladas en el tiempo, que despiertan nuestra atención por ser incomprensible su austero modo de vida. Son miradas que nos miran de frente porque a Miguel siempre le ha interesado ese punto de vista directo, mirando a los ojos.
Un trabajo que no habría sido posible sin la ayuda del actualmente expulsado de la comunidad por no ser afín a las creencias, Jacob Wall, que le acompañó por las diferentes familias y granjas para poder adentrarse más fácilmente en su peculiar mundo.
En el vídeo que os comparto más arriba podéis tener acceso a más información sobre esta comunidad, aunque os invito a visitar la página web de Miguel Bergasa, muy completa por cierto, donde podéis mirar el resto de trabajos así como sus libros y catálogos.
Fotógrafo Miguel Bergasa Fotografías cedidas por Espacio Foto
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