Esta mañana inaugurábamos la semana grande de PHotoEspaña con una exposición que nos hacía entrar en el festival de la mejor manera posible, por las preciosas escaleras del Museo Cerralbo (Madrid), un entorno inigualable para una exposición que promete ser una de las más visitadas por la calidad del material expuesto.
"Korda, retrato femenino" es la muestra que nos trae a Madrid la obra menos conocida del fotógrafo cubano cuya fotografía más icónica fue la del Ché Guevara ("Guerrillero heroico"), pero que en esta ocasión nos permite conocer su faceta en torno al retrato femenino, un tema muy recurrente durante toda su carrera que dejó un legado precioso que hoy podemos conocer gracias a PHotoEspaña.
Fue la obsesión de Korda por captar la belleza de las mujeres lo que se presupone le hizo querer dedicarse a la fotografía. Su estilo, en este sentido muy influido por la publicidad y la moda que llegaba de autores como Irving Penn o Richard Avedon, le permitió después retratar a los líderes de la Revolución Cubana con ese halo de intemporalidad que había estado desarrollando en sus retratos femeninos.
Las fotografías que podemos ver en esta muestra conservan esa elegancia y distinción a la hora de retratar a sus modelos, no sólo ofreciendo unas poses de una delicadeza asombrosa, sino también en los primeros planos, de una fuerza y sensibilidad al mismo tiempo que hacen que el espectador se acabe adentrando en las miradas de ellas.
De Julia a Sao Paulo
La exposición nos lleva a conocer su obra dentro del retrato femenino desde la figura de sus modelos. De este modo con "Julia", su primera mujer, comenzó a desarrollar un estilo propio con fotografías que no fueron publicadas en revistas hasta tiempo más tarde, donde incluso su primogénita Diana sirvió también de modelo para sus primeras campañas publicitarias.
Gracias a un concurso organizado por la compañía de seguros Godoy Sayán pudo abrir su primer estudio de fotografía que después le llevaría a trasladarse a otro local más amplio y definir su marca como Studios Korda. En esos momentos fue cuando empezó a desarrollar campañas de publicidad importantes y a trabajar para grandes diseñadores. Su estilo, como decíamos al principio, muy influenciado por revistas como Vogue o Harper's Bazar no le impidió que fuera un pasito más allá creando un lenguaje narrativo propio gracias a las sesiones en exteriores en lugares decadentes. Algo innovador que le permitió trabajar de forma excepcional la luz natural.
El ideal de sus modelos se alejaba de la imagen de mujer cubana de grandes curvas. Mujeres delgadas, menos raciales, que le permitieron ser identificado con las modas del exterior e ir creándose una sólida carrera que no sólo le hacía despuntar a él como fotógrafo sino a las modelos, como Nidia Ríos, la cual fue aprendiendo la profesión gracias a Korda o la entonces televisiva Norka que también empezaba sus primeros pinitos en la alta costura. Dos modelos que encarnaban ese tipo de belleza y que componen las fotografías más interesantes de toda la muestra.
Con la Revolución, Korda fue, como señaló la historiadora Cristina Vives, "un improvisado fotorreportero pero un experimentado publicista". Con esto se explica que el fotógrafo sustituyese a sus modelos por los nuevos líderes trabajando con ello la imagen más comercial de los revolucionarios. La imagen reflejaba más un retrato simbólico que un hecho informativo. Algo que en la mítica imagen del Ché Guevara podemos observar de manera más intensa, no en vano es una de las obras más reproducidas de la historia de la fotografía.
Anécdotas de su carrera
En 1959 Korda conoció a su admirado Richard Avedon quien le instó a que desarrollase su propio estilo dejando las influencias que le habían inspirado durante tanto tiempo, pero él nunca negó esa fuente de inspiración y supo utilizarla muy bien en unos retratos que, si tenéis ocasión de ver en la exposición, os cautivarán por la sofisticada puesta en escena y las poses tan cuidadas de las modelos, que como decíamos se alejaban de la voluptuosidad y provocación de los cánones cubanos de belleza.
A pesar de ello, Korda también fue criticado por sus desnudos a raíz de una publicación en la revista "Carteles". En respuesta a aquello se trasladó a un cementerio con su secretaria, ataviada de riguroso negro, para publicar en la misma revista la fotografía llamada "La belleza y la muerte". Obra que puede verse en esta muestra.
Su última sesión, cinco meses antes de morir, tuvo lugar en Sao Paulo, donde fue invitado a exponer y cuyo viaje aprovechó para realizar una sesión improvisada con varias modelos brasileñas. Murió en París el 25 de mayo de 2001 habiendo dejado un legado no completo en su totalidad puesto que en 1968 los Studios Korda fueron intervenidos por el departamento de Lacra del Ministerio del Interior cubano, confiscando todos los negativos y equipos de los que sólo se recuperaron los negativos de la Revolución.
En resumen
Una muestra imprescindible dentro de PHotoEspaña 2015, que nos permite descubrir la obra menos conocida de Korda y que estará abierta al público hasta el 6 de septiembre en el Museo Cerralbo de Madrid. No os la perdáis.