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Harry Gruyaert, el fotógrafo europeo que mejor ve el color

Harry Gruyaert, el fotógrafo europeo que mejor ve el color

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Harry Gruyaert, el fotógrafo europeo que mejor ve el color

Esta semana el fotógrafo belga Harry Gruyaert ha inaugurado una importante exposición en Londres que supone una gran retrospectiva de su trabajo. Una larga trayectoria dominada por el poderoso e influyente uso del color. No en vano, Gruyaert se le puede considerar el autor más influyente en la fotografía a color en Europa (con permiso de Ernst Haas).

Este veterano autor, miembro de la agencia Magnum, fue un revolucionario en el uso creativo y experimental del color allá por los años 70 y 80. Cuando el color solo se asociaba a la publicidad. Gruyaert estuvo muy influenciado por la tradición americana más colorista personalizada en Saul Leiter, William Eggleston o Stephen Shore, pero también el cine le aportó su interés y pasión por una paleta de tonos saturados.

Su escenario habitual es la calle y es donde logra capturar escenas con colores vibrantes y explosivos. Escenas mundanas y cotidianas llenas de belleza cromática, donde sabe destacar el detalle en las calles de París o Moscú, en su Bélgica natal, en Marruecos o la India.

Harry Gruyaert: sus inicios

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Nacido en Amberes en 1941, con 18 años marchó a Bruselas donde estudió en la escuela de fotografía y cine (1960-63), puesto que Gruyaert decidió dedicarse al séptimo arte en contra de los consejos paternos. Primero empezó como director de fotografía en documentales (trabajando en ello de 1962 a 1969) y su aspiración inicial era convertirse en director de cine. Pero, pronto la fotografía fija le cautivó y poco después se trasladó a París para desarrollar su carrera como fotógrafo. Allí vio mucho cine y se afanó por aprender, llegando a trabajar como asistente del gran William Klein y de Jeanloup Sieff.

Después coqueteó con la fotografía de moda y realizó algunos trabajos de fotografía editorial, pero fueron sus viajes por Europa y el norte de África, especialmente Marruecos, cuando quedó profundamente marcado por el potencial que le ofrecía el uso del color y comenzó su carrera artística. Fue el germen de su apuesta por la película en color.

Un visionario europeo que exploraba sus posibilidades al tiempo que, en otras latitudes, grandes autores como Joel Meyerovitz, Saul Leiter, o Stephen Shore también apostaron fuertemente por él y elevaron su categoría artística dentro de la fotografía.

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Aunque, Gruyaert en un viaje a Nueva York también confesó el impacto que le causó el arte Pop: “cuando fui a Nueva York por primera vez conocí el Arte Pop. Esas pinturas de Warhol y Lichtenstein me ayudaron a mirar el color de una manera diferente, de dejar de ser un snob y utilizar su vulgaridad”.

Otra gran influencia capital fue la iluminación y estética del cine complejo de Michelangelo Antonioni, con tonos saturados e imágenes no narrativas, que fueron forjando el trabajo de Gruyaert.

TV Shots

En esa etapa de exploración y, cuando la fotografía a color seguía sin tener el prestigio artístico pretendido (y menos en su tierra natal), se lanzó a experimentar en un proyecto, el primero, que le abrió muchas puertas y que fue muy rompedor. Se trata de ‘TV Shots' (1972), donde fotografía los Juegos Olímpicos de Munich a través de la pantalla del televisor, una forma de explorar también un tema como la banalidad de la televisión. Un trabajo realizado a color, por supuesto. Lo que le lleva a despertar el interés por su atrevimiento y la fuerza de sus imágenes. De hecho causó polémica tras su exposición en París en 1974, visto como un desafío a las convenciones habituales de la fotografía de prensa.

Este trabajo com su atrevimiento y mirada diferente otorgó prestigio a Gruayert, logrando el Premio Kodak en 1976 y entrando en la agencia Magnum, donde se convirtió en miembro en 1981.

Explorando la luz y el color de Oriente y Occidente

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Su visión del color, como medio para despertar los sentidos fue tomando aún más protagonismo en sus siguientes viajes. Se lanzó a recorrer mundo en una furgoneta durante muchos años. Además de Marruecos y el resto del norte de África, recorrió Europa y Oriente Medio. Una necesidad de explorar el mundo que él mismo ha manifestado sentir: “me muevo mucho, me gusta emocionarme y descubrir cosas. No hay que acostumbrarse a ver siempre lo mismo, es importante ver cosas con ojos nuevos”.

De todos sus destinos Marruecos fue recurrente y el que se convirtió en escenario habitual y especial para el belga:

"No he visto nada igual en casi ninguna otra parte del mundo. Mi primer viaje allí, en 1972, fue algo absolutamente excepcional. Me enamoré completamente de ese país, de su color, de su gente, de sus paisajes".

Sus fotos de este país demuestran su nivel de enamoramiento con sus colores. Fascinado por sus paisajes, también hay que apuntar que no estaba tan interesado en sus habitantes, que suelen aparecer de forma testimonial en sus imágenes: "No pretendo cubrir el país desde un punto de vista sociológico, hay aspectos de Marruecos que no están en mis fotografías, pero no me preocupa. Lo único que me interesa es que la imagen sea estéticamente fuerte".

De hecho sus fotografías en diferentes destinos exóticos, como Egipto o la India huyen del estereotipo. Gruyaert captura atmósferas muy particulares, donde el juego de luces y sombras aportan gran riqueza a escenas mundanas. No trata de realizar un trabajo documental clásico, sus imágenes no cuentan ninguna historia a priori, son formas y luz, con el color destacando escenarios cotidianos, la calle, sus habitantes... como él mismo explica:

"Es pura intuición. No hay concepto. Las cosas me atraen y funciona en ambos sentidos. Me fascina el milagro donde las cosas se unen de una manera en que las cosas tienen sentido para mí, por lo que hay muy poco pensamiento."

Libros

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Su gran trabajo en estos destinos le llevan a publicar varios libros que logran elevar aún más su innovación en el uso del color. Así, se publica ‘Maroc’ en 1990 (y reeditado en 2013) y años después vuelve a destacar con ‘Made in Belgium’ (2000), donde retrató su país natal. O el gran ‘Rivages’ (2003 y reeditado en 2008) su particular comparación visual entre la luz y el color de occidente y oriente. Y ‘TV Shots’ también se plasmó en forma de libro en 2007. También cabe destacar su gran trabajo en Rusia, capturando su profunda transformación desde finales de los ochenta en un libro titulado ‘Moscú: 1989-2009’.

Su último libro, de reciente lanzamiento por la prestigiosa Thames & Hudson, coincide en este año donde acaba de inaugurar una gran exposición retrospectiva (en Magnum Print Room, Londres, del 15 de septiembre al 31 de octubre), como comentamos al inicio. Un auténtico maestro que merece un lugar muy destacado dentro de la fotografía europea de las últimas décadas. Y, por cierto, que su trabajo comercial brilla igualmente a una gran altura, solo hay que echar un vistazo a su reciente campaña para la firma Hermés.

Fotos | Detalles de algunas de sus fotos incluidas en el libro recopilatorio de su obra publicado por Thames & Hudson, en 2015

En Magnum Photos | Harry Gruyaert

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