Muchos son los grandes fotógrafos de los que podemos (y debemos) aprender. Pero muy pocos han llegado a sentar cátedra con la contundencia que lo ha hecho Ernst Haas en la historia de la fotografía. Como filósofo reflexionó sobre el hecho fotográfico, como profesor no dejó de inculcar sus conocimientos y, además, fue un maestro del color. Quizás el más influyente (con permiso de otros genios como Saul Leiter o William Eggleston), que cultivó tanto en la fotografía documental (siendo miembro de la agencia Magnum) como en la fotografía comercial sin perder ese espíritu colorista, creativo e innovador.
Y es que si algo puede definir al gran Haas es precisamente que Haas nunca perdió la curiosidad como artista. Se reinventó (también era pintor y se le puede considerar un completo artista visual), innovó, no dejó de probar nuevas fórmulas, de llevar más allá su talento fotográfico. Pero, tras tantos halagos, conozcamos un poco más sobre su obra y entenderemos la importancia de su legado y el por que lo considero uno de mis fotógrafos de cabecera. Imprescindible.
Ernst Haas: sus inicios
Ernst Haas nació en 1921 en Viena aunque se nacionalizó estadounidense años después. Cuando tuvo que emigrar de su Austria natal por ser descendente de judíos y abandonar sus planes de formarse en medicina. Eso hizo cambiar su rumbo, estudiar Bellas Artes y, al poco, comenzar a trabajar como fotógrafo ya en EEUU. Su carrera fue creciente en aquella época, donde cultivaba la fotografía documental, con habilidad de reportero y viajando por Europa, consiguió un puesto fijo en la prestigiosa revista Life, donde ya había publicado. Pero eligió la agencia Magnum como destino profesional, auspiciado por el gran Robert Capa.
Pero no abandonamos la revista Life tan pronto porque fue crucial en su carrera. De hecho, en 1953 publica un reportaje clave: Images of a Magic City. Un trabajo innovador en lo formal, todo un ensayo fotográfico que aún hoy día no ha perdido un ápice de su fuerza y atractivo (fue muy adelantado a su tiempo y una suerte que Life, que buscaba trabajos para un público generalista, apostara por él). Haas se atrevió a experimentar con el color para un trabajo de encargo sobre la, muy fotografiada, ciudad de Nueva York.
Pero este trabajo, publicado en dos partes en Life (que se pueden ver completos gracias a Google Books), no es sólo pionero en el uso del color en fotografía, sino también por la forma de afrontarlo: no es un trabajo descriptivo de la ciudad. Vemos reflejos, sombras, juego con los colores y la formas… mucha abstracción. Era un trabajo arriesgado, reflexivo y buena muestra de los intereses artísticos que movían a Haas. Incluso para un encargo así fue capaz de llevarlo a su terreno, a la experimentación y demostrar que no hay límites creativos si uno se lo propone. Toda una lección. A partir de aquí Haas logró un prestigio y un respeto enorme que la agencia Magnum se encargó de potenciar.
Su talento le permitía alternar trabajos de pura fotografía documental con otros trabajos comerciales (como su famosa campaña para Marlboro) sin abandonar sus experimentaciones en proyectos más personales. Algo que solo alguien con su talento se puede permitir. En sus ensayos explicaba la clave:
“El único secreto para hacer buenas fotos es no perder la curiosidad ni creer que se ha alcanzado un objetivo, se trata de seguir buscando”.
El color y el movimiento: dos pilares en la obra de Ernst Haas
En adelante se le vincularía como el gran fotógrafo referente sobre el uso del color, aunque no por ello se puede desdeñar ni perder de vista su trabajo anterior y el realizado en blanco y negro. Haas se convirtió en un experto en la reproducción de copias a color de sus trabajos, tanto como para dominar el proceso Dye Transfer, que Kodak comercializaba desde 1946 y que permite obtener copias de máxima calidad.
Siguió trabajando para Life, coordinando la agencia Magnum e, incluso enseñando fotografía y reflexionando (escribiendo algunos ensayos), sin perder su visión ni creatividad en ningún momento. De hecho, logra realizar otro reportaje innovador que se ha convertido en otro de sus grandes logros fotográficos. Así, en 1957 realiza Beauty in a Brutal Art, un trabajo sobre el arte de la tauromaquia en España. Exposiciones lentas que otorgaban una belleza inusitada al arte del toreo. De nuevo, innovando (para la época, ya que además fue realizado a color).
En años siguiente continuó realizado trabajos muy brillantes, que le llevaron incluso a aproximarse al mundo del cine. Fue llamado por John Huston para encargarse de la dirección de fotografía de la superproducción “La Biblia”. Y en 1971 realizó un libro espectacular: The Creation, con imágenes registradas por la propia naturaleza. Más innovación.
Libros y premios
John Szarkowski, el que fuera prestigioso y capital director del Departamento de Fotografía del Museo de Arte Moderno de Nueva York dijo de Haas: "...ningún fotógrafo ha expresado mejor que él el puro goce físico de ver…".
Ernst Haas ha publicado numerosos libros, entre los que podemos destacar el mencionado The Creation (1971), Ernst Haas in America, Himalayan Pilgrimage, Color Corrections o el recién publicado, esta misma primavera, Ernst Haas on Set, donde se recogen sus fotografías en los estudios de rodaje de Hollywood. Echando un ojo a esta bibliografía la conclusión es clara: Haas era un fotógrafo todoterreno (ha sido uno de los mejores retratistas de Marilyn Monroe, por ejemplo) y siempre buscaba innovar y dar rienda suelta a la creatividad.
En cuanto a premios, podemos destacar el último, en 1986, justo el año de su fallecimiento, como es el Premio Internacional de la Fundación Hasselblad.
En conclusión, un maestro del que hay tanto por aprender.
"No estoy interesado en fotografiar cosas nuevas. Estoy interesado en ver cosas nuevas"
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