Si existe un fotógrafo que siempre he admirado por su capacidad para ofrecer guiños al espectador con sus fotografías, ese es Elliott Erwitt. Autor prolífico gracias a sus trabajos para publicidad y moda junto a otros más personales, sus imágenes conservan ese halo de elegancia con toques de humor.
Podríamos decir que Elliott Erwitt es un fotógrafo que impregna dosis de humor inteligente a las instantáneas que capta en la calle, algo que después ha sabido trasladar a sus trabajos por encargo.
Nacido en París en 1928 y tras vivir en Francia e Italia, la Segunda Guerra Mundial le obligó a trasladarse junto a su familia a EEUU. Fue ya a finales de los años 40 cuando comenzó en el mundo de la fotografía gracias a un estudio ubicado en Hollywood, lo que le llevaría a conocer a otros fotógrafos como Robert Capa o Edward Steichen.
Esa amistad le llevó a ser invitado a formar parte de la Agencia Magnum, pero fue su historial fotográfico el que hizo que varios años más tarde se convirtiese en presidente de la misma.
Por su cámara pasaron grandes estrellas del celuloide además de otras personalidades del mundo de la política como John Kennedy o Nixon, e incluso Ernesto Che Guevara, entre otros muchos personajes de la vida social y política de sus años más dorados.
Lo que Elliott Erwitt nos ha enseñado como maestro
Pero sin duda, hay una parte en el portfolio de Erwitt que es el que nos cautiva. Sus instantáneas tomadas en la calle donde recoge toda esa inteligencia de la que hablábamos al principio.
Tiene este fotógrafo un ojo especial para encontrar humor en las estampas callejeras. Una buena forma de acercarse a ellas es a través de su completa página web, donde el apartado "Phototoons" se convierte en un deleite para aquellos que estamos encantandos con que se nos ponga a prueba.
Tanto en ese apartado como en el que llama "Películas", que no es si no una serie de relatos cortitos mediante la narración de varias fotografías, Elliott Erwitt despliega toda su capacidad creadora para ofrecer al espectador la posibilidad de no quedarse sólo con la estampa visual, sino acceder a otros estratos que convierten a las imágenes, en ocasiones, en pequeñas historias cargadas de ironía.
Ese es el Elliott Erwitt que nos gusta, al igual que nos fascinan sus composiciones y sus encuadres que ayudan a favorecer el foco de atención y a conseguir que esas imágenes nos cuenten algo.
En resumen
Por todo ello, Elliott Erwitt se convirtió en un grande de la historia de la fotografía. Todo un fotógrafo que nos abre la mente hacia otras formas de entender la fotografía más allá de la estampa bonita y bien compuesta.
Su fotografía es un referente para todos los fotógrafos, independientemente del género al cual se dediquen, sólo hay que ver cómo en su dilatada carrera, todos los géneros que practicaba conservan ese sello inconfundible que nos hace ver lo importante que es ser fiel a uno mismo.
Fotógrafo Elliott Erwitt
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