Recuerdo haber leído un artículo hace tiempo sobre los fotógrafos de moda, los actores y actrices de Hollywood y los retratos. Hablaban de la Rolleiflex y cómo se hizo tan popular en la fotografía de retrato porque el retratado no se sentía cohibido ante la imágen de la cámara. El retratado podía mirar directamente a los ojos del fotógrafo, esa complicidad le hacía relajarse y posar de una manera más natural. Esa idea me entusiasmó.
La Rolleiflex es una de esas cámaras, que junto a Leica, tienen su nombre escrito en la Historia de la Fotografía. De procedencia alemana, cuya comercialización se desarrolló a partir de 1927, se caracterizaba por tener dos lentes, la superior para apuntar al objetivo y la inferior que realmente tomaba la fotografía. Utilizaba negativos de 4×4 y 6×6 y facilitó la portabilidad ya que aunque aún era tosca, podía ser fácilmente transportable y manejable.
Es una cámara que para la gente que no hemos vivido esa época, se nos presenta como un objeto nostálgico, bello incluso, es diferente al resto como así la presenta James Looker en el vídeo (delicado, poético, sugerente) de cabecera. Para aquellos que queremos revivir su uso pero en la era digital, tenemos la versión mini, sin embargo la sensación de aquellos que usaron y siguen usando la versión original, está a años luz.
Robert Doisneau, uno de los fotógrafos con Rolleiflex más conocidos
El fotógrafo francés decía de la cámara alemana: “No es agresiva y permite un gesto de cortesía al tener que agachar la cabeza”. La tuvo durante 39 años, después la cambió por una Leica, pero con ella inmortalizó el famoso “Beso en el ayuntamiento” y retrató a estrellas y gente de la calle por igual. Para Doisneau, que descubrió la fotografía gracias al escultor André Vigneaer y que le costó perder su timidez con la cámara, resulta increíble que se hiciera un nombre en la moda y en publicidad llegando a trabajar para la revista Vogue.
Vivian Maier, la niñera que retrataba su mundo con una Rolleiflex
Por lo general la Rolleiflex fue una cámara utilizada en el medio profesional, pero debido a su fácil transporte y uso, se popularizó entre la clase media. Tal es el caso de Vivian Maier cuyos negativos han salido a la luz recientemente gracias a John Maloof el cual las distribuye por internet mediante su blog. Un material inédito compuesto por 100.000 imágenes donde la autora refleja las calles de Chicago, desde mendigos a niños, con un talento aparcado en el anonimato pero que hoy se está descubriendo.
Richard Evans Schultes, retratando con una Rolleiflex en la Amazonia
Traigo a Evans Schultes a estas líneas, para hablar sobre un fotógrafo que no quería serlo pero que trabajó tomando fotografías en la selva tanto a plantas como a los indígenas del lugar. La Rolleiflex sin duda condicionó sus imágenes. De constitución alta, situaba su cámara a la altura del ombligo, de esta forma retrataba a los autóctonos, que eran de baja estatura, dando una imágen dramática a la composición final. También, el gesto de inclinarse para tomar la fotografía, otorgaba un carácter de humildad frente a la, digamos, agresión que puede ocasionar una cámara de un solo lente.
La Rolleiflex en el cine
Para finalizar quería dar un apunte cinéfilo. Aunque una de sus apariciones más recientes en el cine es gracias a `Retratos de una obsesión´, prefiero dejaros disfrutando de una delicia llamada “Una cara con Ángel” donde Audrey Hepburn posaba en París para Fred Astaire que portaba varias Rolleis en su cuello. Por cierto, una película cuyos maravillosos títulos de crédito fueron diseñados por Richard Avedon, que además hizo de asesor en la cinta.
Así con este buen sabor de boca que deja la película, terminamos con el repaso, curioso, del papel de la mítica Rolleiflex en la Historia de la Fotografía. Una cámara que ha dado una gran cantidad de material, usada por muchos de los grandes y que es rescatada año tras año en ferias de fotografía antigua para nostalgia de unos, y amor platónico y objeto de deseo para muchos otros en los que me incluyo.
Vídeo cabecera | Vimeo
Vídeo | Youtube
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