La ceguera es una condición que poco se asocia con el trabajo fotográfico. Sin embargo, esta limitación no ha afectado el trabajo del fotógrafo estadounidense, Bruce Hall. Un autor que asombra con una serie de trabajos que exploran su pasión por el agua, la vida con su esposa y sus hijos autistas y los retos de capturar imágenes siendo legalmente ciego.
Aquí en Xataka Foto quisimos presentar el trabajo y vida de este asombroso fotógrafo.
Creciendo en un mundo nublado
Desde que era un niño, Hall fue diagnosticado con una serie de problemas ópticos: Nistagmo, miopía, astigmatismo, ambliopía, degeneración macular y extropía. Esto llevó a una infancia lejos de la posibilidad de descubrir el mundo, ver todo como una gran neblina de puntos de colores. Sus condiciones oculares le permiten ver color y algo de contraste, pero, como nos dice Hall a Xataka Foto, no cuenta con la posibilidad de ver más lejos que aproximadamente siete centímetros. Como él lo pone en un comercial para Apple: “Soy legalmente ciego y, para mí, el mundo luce casi como una pintura impresionista”.
Fue también en su infancia que encontró una salvación. Hall dice que creció oyendo historias sobre las estrellas, sin poder verlas. “Fue cuando tenía nueve o diez años que un niño del vecindario me dejó ver a través de un telescopio. Apuntamos a la Estrella del Norte. Fue como la puerta a un nuevo mundo”. Este aparato científico le dio la esperanza de poder descubrir el mundo. No podía ver más allá de unos centímetros, pero el visor de un aparato fotográfico está más cerca que eso.
Fue así que su vida consiguió relación con la fotografía. Este era el medio que le permitía descubrir el mundo. Para él, los fotógrafos observan para capturar imágenes, pero el captura imágenes para observar. Las cámaras se han transformado en una obsesión creada por la necesidad de ellas.
Esta obsesión es lo que ha permitido que descubra el mundo de manera más sensible y detallada que muchos otros fotógrafos; lo que se puede ver en el resultado de sus asombrosas imágenes. En su mayoría, el fotógrafo utiliza gran angulares, captura lo que más puede en una escena para tener muchos elementos que observar. Sin embargo, no deja de lado el parar de vez en cuando a capturar un detalle como puede ser una hoja o un letrero.
El color acompaña la mayoría de su trabajo, así como el movimiento, las líneas y el contraste de texturas. Se puede ver también la fascinación por el agua, con muchas de las fotografías girando en torno al mar y una gran serie dedicada al mundo submarino. Hall nos cuenta que él trata de incorporar el agua en mucho de su trabajo, en especial ahora que su trabajo se centra en sus hijos. Este elemento, en sus distintas formas, es una gran forma de conectarse con ellos, pasar un buen rato y sobrepasar los retos que impone la condición de los gemelos.
A nivel técnico, Hall nos cuenta que debido a su condición, lo mejor para él es trabajar con un equipo ligero. Dependiendo del día puede ir con una Nikon D750 con un 70-200 F2.8, 16-35 o un fijo 85mm F1.8 o 50mm F1.4; una Fuji X100S; una Olympus TG-5, la cual al ser resistente al agua siempre viaja en su maletin; una Sony Nex-6 o Canon G16 con carcasa para el agua; o simplemente su iPhone 6. También cuenta con un trípode ligero, luces de estudio y modificadores que utiliza dependiendo de lo que tenga planeado hacer.
La familia como tema
En su vida adulta, Bruce conoció a su esposa Valerie. Años después tuvieron una pareja de gemelos, quienes desarrollaron autismo. Lo que sería un golpe a la familia, teniendo en cuenta la condición del fotógrafo, se transformó en una forma de acercarse aún más.
En 2015, Valerie y Bruce crearon una campaña de Kickstarter para conseguir los fondos y publicar ‘Immersed: Our Experience with Autism’, el cual se puede conseguir por Amazon. El libro cuenta con un escrito realizado por Valerie acompañado por las fotografías de Bruce. A través de 265 páginas se narra la experiencia de ser padres entendiendo el autismo, enfrentándose a los retos que esto presenta y las hermosas experiencias surrealistas que acompaña el acercarse a esta condición psicológica.
El estilo de Hall se presenta en su máximo esplendor: Colores vivos, texturas, agua, movimiento. Todos los elementos con los que él ha descubierto el mundo se presentan de la misma manera con sus hijos. La cámara lo acompaña para descubrir la vida de los infantes y la relación con el autismo. Como mencionábamos arriba, el agua es una forma poderosa de conectarse con esta situación y seguir adelante ante tantos retos.
El trabajo de este fotógrafo es hermoso, y os recomiendo explorarlo más a fondo visitando su página web. En ella podréis tener acceso al libro y al blog donde siguen comentando la evolución del proyecto.
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Imágenes | Cortesía de Bruce Hall (Web)