Alberto Schommer, reciente premio Nacional de Fotografía 2013, acaba de entrar en ese pequeño (o grande según se mire) Olimpo de los fotógrafos que han logrado exponer en el Museo del Prado. Con una sólida carrera a sus espaldas, tiene 86 años, ha planteado junto con la Dirección General de Bellas Artes y el director del Museo de la Pinacoteca madrileña, Miguel Zugaza, una muestra que recoge una serie de retratos de personajes contemporáneos ilustres de una etapa concreta de su trayectoria (lo 80') para confrontarlos con los grandes ilustrados retratados por otros grandes pintores de los fondos del Museo.
Con ello, no sólo se incentiva la presencia de Fotografía en el gran museo por excelencia español sino que además se le hace un homenaje en pequeño formato (no es una retrospectiva) a la carrera del vasco Alberto Schommer, aunque se traduzca en el sueño de toda una vida por mucho que a los fotógrafos la Pinacoteca nos parezca inalcanzable.
Son un total de 18 retratos frontales, eliminados de cualquier contexto como lo hacen los bustos clásicos en escultura, y que a su vez se nutre de la influencia de Velázquez que se inspiraba en El Greco quien introdujo el retrato frontal exento y con luz directa, cuya mirada es casi imperceptible apareciendo en la oscuridad, como bien había podido observar en un primer momento y como después el propio Schommer ha sabido darle poética en la explicación. Nos miran y sabemos que lo hacen como quienes portan máscaras. De ahí el título de la exposición y la selección de un trabajo que confronta con las trece pinturas de nuestros maestros españoles desde el siglo XVI hasta principios del XX.
La exposición compone una galería iconográfica de artistas y literatos de la edad moderna y contemporánea donde se encuentran cara a cara Juan de Ribera y José Luis L. Aranguren, Luis de Góngora y Vicente Aleixandre, Goya y Antonio Saura, Espronceda y Juan Benet o el joven Velázquez y Antonio López, entre otros.
Esta exposición que puede verse en la sala C del edificio Jerónimos hasta el 14 de septiembre, ha podido realizarse también con la colaboración de PHotoEspaña y nos ha dado la oportunidad de conocer en primera persona a Alberto Schommer e incluso reivindicar un museo dedicado al retrato como lo hace la National Portrait Gallery de Londres durante la rueda de prensa. Amén de un alegato del propio fotógrafo sobre la fotografía digital en la cual debido a su inmediatez no debemos usarla de un modo banal, como ya nos los dijese Momeñe hace unos días.
Os invito a verla y de paso a dejaros caer por la cercana y encantadora galería Herencia y Materna (Ruiz de Alarcón, 27) donde hasta el 30 de julio se está presentado la obra de Angélica Heras, "Botánica", singular por la presentación de las plantas fotografiadas sobre un fondo negro que nos recuerda a los dibujos sobre una pizarra y que gracias a los marcos utilizados se nos antoja como un trabajo profundamente decorativo y accesible a todos los bolsillos en su formato pequeño. No os la perdáis. Y la de Schommer tampoco.
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