Tres frases que nos limitan cuando entramos al mundo de la fotografía móvil

Tres frases que nos limitan cuando entramos al mundo de la fotografía móvil

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La evolución de la tecnología es algo inevitable. A medida que vamos desarrollando los sistemas de captura, encontramos que el poder de captura se está centrando más en los procesos computacionales. Esto enoja a muchos amantes de la fotografía que tienen los procesos más puros del arte en sus corazones, lo que los lleva a demeritar esta evolución.

Sin embargo, como hemos mencionado antes, aceptar la evolución tecnológica como los procesos de IA o el desarrollo de sistemas fotográficos compactos es algo que debemos afrontar si no nos queremos quedar atrás en la historia. La fotografía móvil es parte de ese proceso y si queremos aceptarla y comenzar a explorar, debemos eliminar las siguientes tres frases de nuestra vida.

“Los móviles no son cámaras de verdad”

Acá es donde se centra la principal controversia con los móviles: ¿son o no una cámara?

No es su función inicial, sin embargo los smartphones cuentan con un objetivo de focal y apertura fija, un sistema interno de composición óptica, un plano focal en forma de sensor. El procesador computa la información capturada y esa luz que estimuló los fotodiodos se transforman en una imagen. Ese es el principio de la fotografía y, si bien hay procesos computacionales que no son propios de la tradición, el resultado es una imagen construida a partir de la luz.

El arte fotográfico se realiza a partir de lo que logramos hacer con nuestros sistemas. No importa si la imagen se hizo con un sensor de formato medio o con uno de fragmento de pulgada. Si la composición, el contraste y los elementos son trabajados de manera correcta, el resultado va a ser una pieza única. Esto se demuestra año tras año con los ganadores de concursos como los Mobile Photo Awards y los iPhone Photography Awards.

Todo se reduce en cómo utilizo a mi favor lo poco que puedo ajustar en mi móvil.

“No se compara la calidad”

La calidad o incluso la idea de disparar en RAW es un cuento viejo que se pone más viejo con la rápida evolución tecnológica. Los sistemas de IA son cada vez más complejos y completos, la capacidad de hacer capturas por arriba de los 50MP permite hacer reducciones para obtener nitidez y hacer recortes sustanciales. La mayoría de móviles de gama media para arriba ya tienen integrado una captura RAW DNG (y hace poco os contamos por qué deberíamos hacer fotos con esa opción activada).

A eso le debemos sumar que los software de edición son cada vez más potentes para eliminar algunos defectos como aberraciones y ruido. Así mismo hay software para ampliar las imágenes y mejorar la información a partir de análisis por IA como las soluciones de Topaz. Incluso los software de los móviles ya tienen herramientas de optimización, que permiten imágenes que cumplen con estándares de muy buena calidad.

La calidad de un smartphone se limita a impresiones de gran formato. Aunque, probablemente, eso cambiará con el avance tan acelerado que hay actualmente.

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“Uno no debería hacer fotos con smartphones”

¿Por qué no? Esta noción de que el móvil no está hecho para capturar fotos y que debemos dejar de experimentar con una herramienta por no costar miles de euros o tener objetivos intercambiables es nuestro principal límite. Si no podemos liberarnos de los diales, los objetivos grandes y la marca de cámara que nos atrapó cuando arrancamos en este mundo; nuestra visión se va a ver sesgada.

Es importante experimentar con la imagen. Entender procesos. Al usar móviles nos enfrentamos a retos de color, rango dinámico y limitación de funciones que nos hacen aprender más. Si, se pueden aprender cosas de Tik Tok y se pueden hacer excelentes imágenes con un móvil.

Aceptemos la tecnología y el progreso y dominemos sus herramientas para encontrar nuevas miradas en nuestro arte.

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