Disparar en formato RAW es casi un mandamiento en el mundo de la fotografía. Si bien una cámara de fotos es capaz de producir un buen JPEG, la regla para conservar más información en la toma debe ser la de capturar en el formato con mayor información nos pueda dar el sistema. En varios móviles ya está instaurado disparar en un formato crudo y en esta entrada os contamos el porqué debemos tratar de disparar siempre en este formato.
Pero no siempre se dispara en RAW
Disparar en RAW tiene varias ventajas y desventajas. En el mundo profesional siempre va a primar que tengamos la mayor cantidad de información y el mayor control de nuestra imagen para poder revelar y editar de manera fina. Sin embargo, como hemos mencionado antes, en el mundo profesional hay situaciones en las que debemos disparar en JPEG.
En algunas ocasiones, debido al peso, a la cantidad de capturas e incluso el destino final, puede ser necesario o más práctico capturar imágenes en un formato con compresión. Pero, cuando comparamos una imagen bien expuesta de un RAW a un JPEG podemos notar que los cambios son pocos.
En el caso de la imagen de arriba vemos que el JPEG (a la derecha) está levemente más saturado y un poco más brillante. Pero también podemos ver una buena textura, el mismo nivel de ruido y un buen rango de información. Lo que nos muestra que el JPEG en la misma resolución nos permite trabajar la imagen sin demasiadas complicaciones, mientras la exposición sea la correcta.
Esto se debe a que el JPEG no pasa por muchos pasos de corrección cuando la cámara de fotos la procesa.
¿Qué cambia en los móviles?
Como hemos mencionado en ocasiones pasadas, debido a las limitaciones físicas del móvil, los móviles respaldan sus fotografías en una serie de procesos fotográficos. En el flujo automático, desde la captura estamos pasando por un proceso de mezclar tomas para conseguir más información y luminosidad; luego el móvil analiza el contenido para ajustar tonos, eliminar ruido digital y agregar capas de nitidez que den una escena con buena luz y detalle.
Por el otro lado, los móviles que dan la oportunidad de hacer capturas RAW tienen un proceso a medias. Si bien hay una parte del procesado de las tomas para aumentar el rango dinámico y la reducción de ruido, el RAW no pasa por muchos de los procesos de corrección de tono y nitidez que los JPEG.
Arriba podemos ver un ejemplo de ello. Mientras el RAW mantiene tonos más naturales, el rango de luz al máximo y textura sobre las hojas y la escena; el JPEG se ve de un color verde llamativo, pero la escena ha perdido mucha textura y se ha perdido rango y contraste en la escena. Abajo podemos ver una comparativa de la información que se puede recuperar del RAW en tan solo unos ajustes.
Gracias al RAW podemos recuperar la escena, evitar artefactos extraños sobre nuestras imágenes y tener mejores imágenes. Hemos hablado antes de editores móviles con los que podemos procesar imágenes crudas y, si queremos llevar nuestras imágenes del móvil al siguiente nivel, siempre será mejor capturemos con la mayor información y controlemos el resultado en el revelado y la edición.
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